Durante el periodo de emergencia sanitaria, más 15.000 unidades productivas forestales paralizaron sus actividades dejando al complejo productivo en serias dificultades, informó el gerente general de la Cámara Forestal de Bolivia, Jorge Ávila. Además, se prevé que al menos 5.000 empresas del sector cierren sus puertas.
El ejecutivo, señaló que la situación es complicada porque la actividad forestal se vio afectada en tres frentes: La comercialización interna, la provisión de materia para industrias del sector y una leve reducción de las exportaciones.
“La comercialización y la provisión se detuvo un 100%, porque no hay actividades comerciales. Nadie está con las barracas abiertas. Todo está cerrado”, señaló.
Explicó que 15.000 empresas, entre las carpinterías, comercios e industrias ligadas al sector, tuvieron que hacer una pausa debido a las restricciones y al hecho de que no hay un lugar para proveerse de materia prima.
De acuerdo con las proyecciones del sector, a decir de Ávila, la pandemia podría generar el cierre de 5.000 unidades productivas, si no se reactiva el sector y se restringe las importaciones. Recordó que en los últimos seis años, otras 4.000 cerraron debido a la crisis del sector por las regulaciones excesivas y el aumento de las importaciones.
Ya el sector arrastraba una crisis tremenda, la pandemia puede duplicar el cierre de empresas, si es que no se reactiva el sector y se regulan las importaciones”, dijo Ávila.
En cuestión de exportaciones, indicó que, al primer semestre del año, se mantuvieron estables, llegando a $us 13,1 millones, según datos divulgados por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE).
Explicó que la zafra maderera, que se realiza entre mayo y junio, es la esperanza del sector. "Si se toman las medidas de bioseguridad y se impulsa al sector, regulando las importaciones, se podría evitar el cierre de unidades productivas", puntualizó.
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