A los cuatro meses de la suspensión de la Ley de Preferencias Comerciales Andinas y de Erradicación de la Droga (ATPDEA) para la exportación de productos bolivianos sin aranceles a Estados Unidos, diez empresas solicitaron abrir negocios en Perú para aprovechar su Tratado de Libre Comercio (TLC) con el país del norte.
Otras dos compañías, cruceñas y cuyos nombres se mantienen en reserva, “emigraron” a Perú, una de ellas pertenece el rubro de la madera.
La otra está vinculada a la agroindustria y no se beneficiaba directamente de las preferencias, pero la idea de llegar al norte con un TLC la convenció.
ATPDEA era un beneficio otorgado por Estados Unidos que permitía a Bolivia exportar sin aranceles principalmente manufacturas textiles, cueros, maderas y joyería.
El acuerdo estuvo vigente desde 1991 y posibilitó la generación de 50.000 empleos, la mayoría en El Alto, donde operaban más de 500 empresas en los rubros de textiles, joyería, madera y cuero. En promedio, a ese mercado se exportaron unos 400 millones de dólares.
El 26 de noviembre, el entonces presidente George W. Bush dejó sin efecto las preferencias a favor del país a partir del 15 de diciembre del año pasado, debido a la supuesta falta de colaboración en la lucha contra el narcotráfico.
Pese a sus gestiones, el Órgano Ejecutivo no logró revertir la situación ni que el beneficio se extendiera.
La directora de Cámara Peruana Boliviana en Lima, María Teresa Villena, confirmó a La Prensa la presencia de inversiones bolivianas en la nación vecina e indicó que en los tres primeros meses del año se recibieron entre ocho y diez solicitudes para emprender un negocio.
El interés de las firmas no sólo es porque acceden a ventajas tributarias que ofrece el Gobierno peruano, sino también para aprovechar el TLC con Estados Unidos. “Muchas empresas se están trasladando a Perú (para) de aquí tener la plataforma para exportar su mercadería hacia el mercado norteamericano; es atractivo porque con el TLC pueden seguir exportando a Estados Unidos con arancel cero. Existe interés de empresas de confecciones textiles”.
El viernes, la Embajada peruana en Bolivia organizó un seminario para promocionar alianzas empresariales.
El agregado Económico y Comercial de la Embajada de Perú en el país y secretario ejecutivo de la Cámara Boliviano-Peruana, Gerardo Prado, indicó que existen compañías que se han acudido a esa oficina para recabar información al respecto.
El funcionario diplomático evitó nombrarlas, pero indicó que son firmas que pertenecen a los rubros de manufacturas, comercio y servicios.
En septiembre del año pasado otras compañías anunciaron que tenían proyectos para ampliar sus negocios a ciudades del Perú, tal el caso de Altifibers, que exporta prendas de alpaca.
El presidente del directorio de la compañía, Humberto Böhrt, en ese entonces había adelantado que, ante la eventual suspensión del ATPDEA, la firma había tomado esta decisión. Sin embargo, a la fecha no ha abierto su sucursal, según Böhrt, porque están en análisis las inversiones.
Además señaló que las ventas a Estados Unidos son mínimas y que su mercado más importante se encuentra en Europa.
Otras firmas, como Mabet, que exporta manufacturas en madera, según su gerente Mauricio Etienne, optaron por acogerse al Sistema Generalizado de Preferencias (SGP), que también permite ingresar productos sin aranceles en Estados Unidos.
El gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez, explicó que el año pasado se conoció, aunque no de forma oficial, que algunas empresas de Cochabamba tenían intenciones de ampliar sus operaciones a Chile, que también tiene suscrito un TLC con Estados Unidos y ofrece una plataforma para el comercio.
Ésta es, dijo, una decisión racional, porque de nada valen los “nacionalismos” cuando las condiciones no están dadas en Bolivia para producir y exportar.
El gerente general de la Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia (Caneb), José Rivero, comentó que, si las condiciones no están dadas para hacer empresa, se buscan mejores alternativas, por ejemplo en Perú.
En cambio, de acuerdo con el ejecutivo del IBCE, en otros países, como Chile, no sólo se preocupan por dar garantías a la inversión, sino también dan incentivos a los empresarios para que contraten más trabajadores y puedan expandir su producción.
Cierre de empresas
Además de la “migración” de inversiones nacionales, el cierre del ATPDEA provocó que al menos 20 microempresas en El Alto suspendieran operaciones y dejaran desempleadas a 3.000 personas.
El presidente de la Federación Regional de Micro y Pequeña Empresa (Feremype) de esa urbe, Humberto Sandalio, dijo que esta cifra es la que se conoce de manera oficial, aunque pueden existir más microempresarios afectados porque “la situación está grave, ya que las empresas que exportaban con ATPDEA ya no están exportando, entonces cierran o despiden”.
La presidenta de la Asociación de microempresarios Jiltañani, Damiana Katari, contó que el cierre del mercado de Estados Unidos obligó a muchas de las empleadas a procurarse alternativas de ingreso porque ya no tienen demanda.
“Jiltañani está formada por diez microempresas, antes teníamos 300 obreras, ahora sólo quedan 250, esas 50 se han ido porque no teníamos pedidos”.
Según los exportadores hasta el 30 de junio el Gobierno tiene la opción negociar y revertir la suspensión del ATPDEA. Si no lo hace, en octubre el Congreso estadounidense retirará definitivamente ese beneficio a Bolivia.
El Gerente General de la Caneb indicó que el sector más perjudicado ha sido el textilero y que aún es difícil determinar cuántas empresas están en riesgo de cerrar y los empleos que se perdieron porque el impacto no se puede medir en tan pocos meses de la suspensión.
A pesar de que ya no se tiene ese beneficio, Ametex y algunas otras compañías continúan exportando a Estados Unidos luego de acceder al crédito de ocho millones de dólares que el Gobierno puso a su disposición en un fideicomiso.
Con la suspensión del ATPDEA, las empresas de textiles y confecciones deben pagar aranceles de hasta 20 por ciento porque el SGP sólo beneficia a las dedicadas a la producción de joyas y maderas.
La alternativa del mercado de Venezuela ha permitido colocar textiles por un valor aproximado de nueve millones de dólares, pero los empresarios observan trabas burocráticas en el comercio.
La viceministra de Comercio Interno y Exportaciones, Homayra Condarco, dijo que se trabaja en subsanar ese problema a pesar del cual, subrayó, es destacable que en cuatro meses se hayan exportado cerca de nueve millones de dólares, casi el 45 por ciento de los 21 millones de dólares que se vendían a Estados Unidos en un año.
En busca de opciones
La Asociación Jiltañani ampara a diez microempresas que cuentan ahora con 250 trabajadoras, luego de que 50 se fueran en busca de alternativas ante la pérdida del mercado de Estados Unidos. No se da por vencida y recurre directamente a las embajadas de México y Japón, para asegurar la venta de su producción de tejidos de lana de alpaca y de oveja.
La presidenta de esa agrupación, Damiana Katari, dijo que se están haciendo gestiones para ingresar en esos dos mercados.
“Nos estamos movilizando con ayuda de las embajadas de esos países en Bolivia y de la Red de Mujeres Latinoamericanas”.
Agregó que la suspensión del arancel cero para exportar textiles y manufacturas al mercado estadounidense les afectó mucho, pero no pueden reclamar. “Lastimosamente en El Alto, donde operamos, nos da miedo porque dicen que estamos apoyando a los yanquis”.
El mercado venezolano, según Katari, está descartado porque, por el clima, sus productos no tienen aceptación.
Jiltañani vendía a Estados Unidos de 1.500 a 2.000 prendas al mes, por un valor promedio de 6.000 a 8.000 dólares. Al año llegaban, dijo, a 40.000 y 50.000 dólares. La venta se la hacía a través de una empresa exportadora cuyo nombre se reservó.
Hasta hace poco, según Katari, en la asociación trabajaban 300 mujeres, pero como los pedidos comenzaron a disminuir, optaron por retirarse y buscar otras opciones laborales para llevar el sustento a sus hogares.
Las exportaciones a EEUU caerán en 40 por ciento
Las exportaciones a Estados Unidos, advirtió la Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia (Caneb), podrían caer este año en 40 por ciento en relación con la gestión pasada, cuando sumaron 473,6 millones de dólares, producto de la suspensión de los beneficios de la Ley de Preferencias Comerciales Andinas y de Erradicación de Drogas (ATPDEA) y por la crisis económica internacional que ha hecho que varios países tomen medidas restrictivas para proteger sus industrias.
El gerente general de esa entidad privada, José Rivero, afirmó a este medio que las ventas a ese país disminuyeron; no obstante, dijo que no se puede afirmar si es por el retiro del arancel cero o por la crisis.
Similar criterio emitió el presidente de la Cámara de Exportadores de Cochabamba (Cadeco), Goran Branicic, quien dijo que en el primer trimestre del año las ventas cayeron en 35 por ciento y ante la pérdida de ese mercado están optando por vender a Venezuela.
Sin embargo, la viceministra de Comercio y Exportaciones, Homayra Condarco, comentó que la exportaciones sin ATPDEA han subido y prueba de ello son los datos oficiales de ese país que indican que las ventas han subido de 22 millones de dólares en enero de 2008 a 30 millones de dólares en el mismo mes de este año.
Algunas empresas, como Curtiembre Andina, dejaron de exportar a Estados Unidos antes del cierre del ATPDEA a modo de previsión. Su gerente propietario, Roberto Mustafá, dijo que a Estados Unidos se exportaba no más de 360.000 dólares mensuales, por lo que no se ha sentido un efecto. Lo que sí está influyendo, dijo, es la crisis internacional que ha paralizado la industria automotriz y ocasionado una sobreoferta de cueros que ha generado la baja del precio. Sus mercados alternativos son México, Holanda e Italia.
Otra empresa que no se ve perjudicada es Exportadores Bolivianos, que trabaja en joyería de oro. Según su propietario, Eduardo Bracamonte, goza del Sistema Generalizado de Preferencias y comenzó a exportar al Perú. El gerente de Mabet S.A., del rubro maderero, Mauricio Etienne, dijo que más les afecta la crisis internacional: sus ventas bajarán en 30 por ciento. Anualmente exporta 11 millones de dólares, 60 por ciento corresponde al mercado de Estados Unidos.
Aún no se consolidan espacios alternativos a EEUU
Aparte de venezuela, el Gobierno aún no asegura mercados alternativos a Estados Unidos para la exportación de los productos que estaban amparados con la Ley de Preferencias Comerciales Andinas y de Erradicación de Drogas (ATPDEA).
Este acuerdo posibilitaba la venta de unos 6.000 productos manufacturados con arancel cero.
La viceministra de Comercio y Exportaciones, Homayra Condarco, dijo que se trabaja en el aprovechamiento de los acuerdos comerciales que tiene Bolivia con distintos países para buscar un acceso real a los mercados a través de la flexibilización de restricciones como las normas de origen, que impiden, en el caso de Brasil, exportar textiles.
No obstante, según la autoridad, con ese país “se concretó la exportación de 2,7 millones de dólares en textiles y cueros”.
Ese Viceministerio, a través de Promueve Bolivia, trabaja en un diagnóstico integral para identificar las demandas de Paraguay, Asia, Europa y México y llevar allí los productos.
Agregó que está casi listo un acuerdo con Cuba para la exportación de productos agrícolas y cueros.
Las exportaciones totales de Bolivia a EEUU en 2008 sumaron 473,6 millones de dólares, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Según el gerente general de la Caneb, José Rivero, ese mercado aún es el principal, pese a que se tienen otras opciones en Europa y en Chile, Brasil y México, adonde se llegó con muy pocos productos,
Para la viceministra Condarco, Venezuela es una “buena alternativa” para los textiles. Sin embargo, el sector exportador ha denunciado que los trámites con ese país son muy burocráticos, los pagos no son oportunos y el mercado no es seguro, y exige un acuerdo que garantice ventas continuas.
Por eso, demandaron al Gobierno el restablecimiento de relaciones con la administración del presidente estadounidense Barack Obama, de modo que se pueda volver a contar con preferencias arancelarias y negociar un acuerdo comercial de largo aliento. La Cancillería está en ese camino.
Consecuencias de la suspensiòn de los beneficios arancelarios
El Gobierno de EEUU retiró los beneficios del ATPDEA el 15 de diciembre de 2008.
Las manufacturas de joyería, madera, oro y textiles se beneficiaban con el arancel cero.
El rubro de las confecciones es el más afectado porque debe pagar aranceles del 20%.
Esta medida provocó que en estos tres meses se cerraran 20 microempresas en El Alto.
Alrededor de 3.000 personas se habrían quedado sin trabajo desde la suspensión.
Existe un acuerdo para que Venezuela compre todo lo que bolivia dejó de exportar a EEUU.
Venezuela, a la fecha, sólo ha importado textiles por un valor de casi 8 millones de dólares.
Los empresarios afirman que exportar a ese país tiene muchas trabas burocráticas.
El Gobierno gestiona apertura de mercados en Paraguay y México y en Asia y Europa.