El ejecutivo, señaló que la situación es complicada porque la actividad forestal se vio afectada en tres frentes: La comercialización interna, la provisión de materia para industrias del sector y una leve reducción de las exportaciones.
“La comercialización y la provisión se detuvo un 100%, porque no hay actividades comerciales. Nadie está con las barracas abiertas. Todo está cerrado”, señaló.
Explicó que 15.000 empresas, entre las carpinterías, comercios e industrias ligadas al sector, tuvieron que hacer una pausa debido a las restricciones y al hecho de que no hay un lugar para proveerse de materia prima.
De acuerdo con las proyecciones del sector, a decir de Ávila, la pandemia podría generar el cierre de 5.000 unidades productivas, si no se reactiva el sector y se restringe las importaciones. Recordó que en los últimos seis años, otras 4.000 cerraron debido a la crisis del sector por las regulaciones excesivas y el aumento de las importaciones.
Ya el sector arrastraba una crisis tremenda, la pandemia puede duplicar el cierre de empresas, si es que no se reactiva el sector y se regulan las importaciones”, dijo Ávila.
En cuestión de exportaciones, indicó que, al primer semestre del año, se mantuvieron estables, llegando a $us 13,1 millones, según datos divulgados por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE).
Explicó que la zafra maderera, que se realiza entre mayo y junio, es la esperanza del sector. "Si se toman las medidas de bioseguridad y se impulsa al sector, regulando las importaciones, se podría evitar el cierre de unidades productivas", puntualizó.
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