La industria nacional enfrenta problemas y su desarrollo se hace cuesta arriba. El empresariado nacional observa que dos factores amenazan a la producción boliviana: el contrabando y la importación de alimentos.
A pesar de contar con una serie de programas y financiamiento, el sector agrícola aún no alcanza su objetivo; se entregaron tractores para mecanizar el agro, se otorgaron créditos y aun así la ansiada soberanía alimentaria no llega; a esto hay que sumar el último tropiezo del Fondo Indígena, cuyos recursos se habrían destinados a proyectos que están en análisis.
Si bien la reducción de la pobreza avanza a paso lento así como el destino del 45% del presupuesto asignado al desarrollo agropecuario, para la seguridad y soberanía alimentaria, otros indicadores muestran que cada vez las importaciones de alimentos son cada vez mayores, alrededor de 700 millones de dólares anuales, cuya cifra indica que la soberanía alimentaria es todavía un tema pendiente.
Las aseveraciones forman parte del encuentro de instituciones de la sociedad civil, que se organizan con el objetivo de fortalecer las actividades de la Década de la Agricultura Familiar (AIFAF + 10) e impulsar la aplicación de normativas para el sector.
La reunión fue realizada el viernes 10 de julio en la ciudad de La Paz, a convocatoria de la Coordinadora de Integración de Organizaciones Económicas Campesinas Indígenas y Originarias (Cioec Bolivia) y organizaciones de la sociedad civil.
POLÍTICAS
Por otro lado, las políticas de fomento al desarrollo tecnológico, implementadas a nivel nacional, tampoco han logrado superar los niveles de producción en cuanto a rendimientos y calidad, salvo escasas excepciones.
En cuanto a la venta de productos con valor agregado no se refleja un nivel de participación expectable de los productores de la agricultura familiar, puesto que hasta el año 2014, del total de empresas que participan de las compras estatales sólo el 3% de los contratos corresponde al sector, mientras que 15 empresas se adjudican más del 80% de los contratos.
Esos fenómenos ocasionan el abandono de las áreas rurales puesto que al 2014 la población se ha reducido a un poco más del 30%, donde el consumo de alimentos de producción propia representa sólo un 37% frente al 63% de lo que compramos.
INDUSTRIALES
Por otra parte, el presidente de la Cámara Nacional de Industrias (CNI), Mario Yaffar, manifestó su profunda preocupación y alarma por el incremento del contrabando de productos industriales que desplazan a la industria boliviana y desincentivan la inversión, producción y generación de empleo digno en el sector formal de la economía.
De acuerdo a la última encuesta industrial manufacturera, realizada por la CNI, actualmente el principal problema de la industria manufacturera nacional es el incremento del contrabando, cuya tendencia es ascendente en los últimos meses.
"Valoramos la política de desaduanización en frontera de productos homogéneos en 24 horas que impulsa el Ministerio de Economía y la Aduana Nacional; sin embargo, se debe profundizar esta política con mayores medidas de lucha contra el contrabando, como por ejemplo: la desaduanización en frontera de productos heterogéneos", señaló Yaffar.
A eso hay que sumar que la devaluación de las monedas locales de países vecinos de la región y el dólar barato en Bolivia incentivan el masivo contrabando hacia el país. "La industria alimenticia en Santa Cruz, Cochabamba, La Paz y en todo el país están en alarma por el masivo ingreso de productos del contrabando", indicó el presidente de los industriales.
Asimismo, la importación ilegal de productos de origen asiático en base a "salarios bajos en sus países" y la evasión del pago de impuestos y aranceles en Bolivia generan una competencia en condiciones de desigualdad con la producción industrial nacional.
El masivo contrabando está generando un clima de negocios adverso y de incertidumbre para la industria nacional, concluyó Yaffar.
Y a pesar que la Aduana Nacional de Bolivia (ANB) puso en vigencia una norma que permite a ciudadanos que denuncien el contrabando recibir el 20% de la mercadería ilegal decomisada, sin necesidad de ningún pago tributario ni aduanero, la situación del comercio ilegal no se modificó.
IMPORTACIÓN DE ALIMENTOS EN BOLIVIA 2006 - 2013
Una referencia que no se debe dejar pasar por alto está relacionada al valor per cápita de la importación de alimentos; considerando los informes poblacionales de los censos de 2001 y 2012 respectivamente, se puede concluir que en el 2006 se importaban un total de $us 24.1 per cápita de alimentos, que ha ido evolucionando de manera creciente y sostenida hasta llegar aproximadamente a $us 66.2.
Según las cifras estimadas por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Bolivia pierde por año alrededor de $us 300 millones por concepto de contrabando. La pérdida cuantitativa incluye lo que el país deja de recaudar por la importación de productos y lo que pierde por subsidio de combustibles, el cual se va de contrabando a países vecinos.
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