La harina argentina es la que más se consume y la importación pasó de 36 a casi 65 millones de dólares.
La subvención del precio de la harina que se les entregaba a los panificadores y por tanto el control de las compras por parte de la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa) generó varios problemas a la industria molinera del país. En la actualidad, este sector opera con el 40% de su capacidad de producción.
El gerente general de la Asociación de Industriales Molineros (ADIM), Juan Torrez, dijo que hay varias dificultades que actualmente enfrenta el sector como para pensar en invertir, por ejemplo, citó la distorsión en la que se encontraba el mercado local por la decisión de subvencionar el precio de la harina, además de enfrentar el contrabando de este producto, los aranceles que se aplican a las importaciones de trigo y el escaso o nulo incentivo tributario para la instalación de nuevas plantas.
NO OPERAN EN SU TOTALIDAD. En declaraciones a la Revista de la Cámara Nacional de Industrias (CNI), el gerente General de la Asociación de Industriales Molineros, Juan Torrez, citó los cuatro problemas que enfrenta el sector que inviabilizan futuras inversiones. Explicó que desde 2008, cuando el Estado, a través de Insumos Bolivia, decidió desarrollar la función de monetizar las importaciones de harina de Argentina, comercializando el artículo a precios subvencionados, la industria molinera perdió gran parte de su escaso y limitado control comercial que tenía sobre una porción del mercado nacional de harina.
Al año siguiente empieza a funcionar Emapa recuerda Torrez, quien destaca que se crea con acierto para incentivar la producción nacional de trigo, con resultados extraordinarios que marcaron hasta ahora cifras históricas. Sin embargo, dentro de su política comercial, mantenía la aplicación de subvenciones, aspecto que desmotivaba al industrial molinero, "este escenario, sumado a los antiguos y permanentes efectos del contrabando no han dado tregua a los industriales molineros, muchos de ellos para sobrevivir han tenido que diversificar su actividad industrial".
El Gerente de ADIM dijo que siendo el trigo un commodity, su precio es inestable en el mercado internacional y depende en gran parte de las coyunturas climáticas o estabilidad política económica, como el caso de la Argentina, que enfrentó diversos problemas de escasez. Todos estos antecedentes hicieron que las importaciones de trigo en 2009 y 2010 sean las más bajas y se llegó a reducir en un 85% los niveles promedio importados en los últimos diez años. En 2014, esta situación mejora significativamente, debido fundamentalmente a la participación de Emapa.
Asegura que la industria molinera tiene una capacidad de molienda aproximada de 672 mil toneladas y es capaz de cubrir el 100% de la demanda de harina, pero actualmente apenas trabaja con cerca al 40% de su capacidad, dejando un 60% como capacidad ociosa.
EL GOBIERNO DECIDIÓ LEVANTAR LA SUBVENCIÓN DEL PRECIO DEL quintal de harina que se les vendía a los panificadores para mantener el precio de 0,40 bolivianos la unidad de pan. Esta decisión generó que el precio del principal alimento llegue a costar 0,50 bolivianos la unidad en la ciudad de La Paz. El Gobierno convocó a la población a realizar las compras en los supermercados y en tiendas de Emapa a Bs 0,40.
672 mil toneladas de capacidad de molienda tienen los industriales que actualmente enfrentan varios problemas.
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