El descrédito, a causa de denuncias de supuesto fraude en la década de los 90, y la baja visibilidad mediática de los últimos años son dos factores que inciden en la redución de las ventas de billetes de lotería que organiza la Lotería Nacional de Bolivia (Lonabol).
Así lo expresan las y los comercializadores de boletos consultados y el director de esa entidad, que fue creada en 1928. El fin de su nacimiento entonces fue el de contribuir con sus ingresos a acciones benéficas y al ámbito de la salud pública, funciones que -juzgan los ejecutivos actuales- son en cierta forma desconocidas por la población.
Entre los vendedores de billetes hay la coincidencia en que la baja en las ventas es considerable, respecto a décadas pasadas. Desde los 13 años, Félix Cosme (75) comercializa los boletos en la calle Comercio, a una cuadra de la plaza Murillo.
Este vendedor comenta que en el pasado la venta "era buena”, y que el manejo ejecutivo de esta entidad era "más organizado”. Cosme cree que las posteriores malas administraciones de la instancia llevaron a que la población ya no confíe en los sorteos.
"Mucho fraude ha habido, por eso la venta se ha perdido; tampoco los clientes preguntan por la Lotería”, cuenta. De los 400 boletos que don Félix vendía por sorteo, hace unos 20 años, en la actualidad comercializa 20, lo cual -afirma- no le genera mayor ingreso económicos.
Similar situación es la que vive doña Luisa Linares (74), quien tiene más de 50 años de experiencia en la comercialización.
Esta vendedora comenta que antes agotaba los más de 200 billetes por sorteo que adquiría de oficinas de la lotería. Recuerda que con las ganancias de esas venta logró criar a sus seis hijos, pero que ahora lo que gana no le alcanza.
Una de las vendedoras más antiguas de lotería es doña Felicidad Ulloa (64), quien tiene un puesto de venta en la puerta del edificio de Lonabol. Ella coincide con los demás vendedores en que la venta bajó de forma considerable, en comparación a años anteriores.
"La venta ha reducido. Ya no hay mucha publicidad aunque en el último sorteo de octubre sí hubo. Extrañamos la publicidad, los pasacalles; ahora eso ya no existe. Para mejorar las ventas pedimos que haya publicidad móvil y pasacalles”, cuenta Ulloa, quien afirma que vendía hasta 3.000 billetes por sorteo.
"Los sorteos ahora son más transparentes”, asegura, antes de hacer referencia a las denuncias de fraude que hubo en contra de esa institución en los 90.
A la falta de promoción
El actual director ejecutivo de Lonabol, José Paredes Coimbra, atribuye el "decrecimiento” de venta de lotería a razones como la falta de promoción y la carencia de canales mediante los cuales se pueda publicitar la lotería.
"Estamos trabajando en un estudio de mercado a nivel nacional. Nos dicen que a la gente le gusta el juego, que le gusta jugar (…). Tenemos la Lotería Nacional tradicional que por falta de publicidad no llega a la población”, comenta Paredes quien lleva cuatro meses en el cargo.
La autoridad explica que esta institución, que tiene como ente rector al Ministerio de Salud, está en plena etapa de relanzamiento. Explica que se trabaja en el posicionamiento de su imagen. Paredes pone énfasis en que el dinero recaudado se destina a beneficencia y salubridad, a pesar de que la población desconoce esta situación.
Sin embargo, más allá de esta misión institucional, en la década de los años 90 hubo un caso sonado de corrupción al interior de esta entidad estatal. En octubre de 1999 se denunció un caso de fraude donde presuntamente una funcionaria de Lonabol habría cambiado de forma intencional uno de los bolillos del sorteo para beneficiar a una tercera persona. Dicha situación fue captada por una cámara de televisión generando un gran revuelo en la opinión pública.
Uno de los objetivos del relanzamiento al que apuntan los ejecutivos de la entidad, cuenta Paredes, es lograr que la gente vuelva a confiar en la lotería, para que participe en los juegos que ésta organiza. "Es importante devolver a la población la confianza en la Lotería. Es la parte más difícil, y saber que su plata no la está botando, que no se la está ganando un funcionario de la Lotería”, arguye el Ejecutivo.
Lonabol tiene licencia de 10 años para organizar juegos
La Autoridad de Fiscalización y Control Social del Juego (AJ) explica que desde que se creó la institución en 2010 a través de la Ley 060 de Juegos de Lotería y de Azar, la Lotería Nacional de Bolivia (Lonabol) no presentó ninguna irregularidad en sus sorteos.
El director ejecutivo de esta instancia estatal, Mario Cazón, comenta que se trabaja desde 2011 con la Lonabol, y que en aquel entonces se realizó una nueva tramitación de la licencia de operaciones de acuerdo a ley. "Al ver que esta entidad ha cumplido los requisitos se ha emitido la licencia para que pueda desarrollar juegos de lotería en diferentes modalidades por el plazo de 10 años”, explica Cazón.
Hasta antes de la implementación de la nueva ley del juego, la Lonabol era, a decir de Cazón, "juez y parte”. Explica que esta instancia daba las concesiones para organizar juegos de azar, además de ostentar las competencias de juegos de azar, y que ello llevó a que no haya independencia en la fiscalización.
"En el tema del juego de la lotería, de la (disminución) de la venta era por esos actos de corrupción que había anteriormente y por supuesto eso ha resquebrajado su imagen. No había independencia y había vulnerabilidad al tema de la corrupción que se ha dado por eso”, comenta.
La autoridad destaca que desde que apareció la AJ se puede hablar de más transparencia y credibilidad en todas las actividades de la Lonabol.
Según información proporcionada por esta entidad en relación al último sorteo de la lotería del 17 de octubre de este año se vendieron 14.562 boletos de un total de 22.200 que se pusieron a la venta siendo que se imprimieron 50.000.
El director nacional de Fiscalización de esta instancia, William Hurtado, explica que son estrategias de venta que suelen utilizarse. "En este momento saben que no tienen esa llegada al público”, comenta Hurtado.
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