Con la mira puesta en la exportación de sus productos farmacéuticos e insumos médicos a partir del próximo año, Industrias Torrico Antelo SRL (ITA) invirtió el pasado año un millón de dólares en la ampliación de sus instalaciones y para este año proyecta invertir medio millón de dólares en la construcción de una nueva planta productora.
Las inversiones en el mejoramiento de sus áreas comercial y productiva (ubicada en el kilómetro 2 y medio de la carretera a Sacaba) permitieron mayor capacidad de almacenamiento, mejorar la comercialización y automatizar varios procesos productivos, señala el gerente general de ITA, Miguel Torrico.
Torrico afirma que la planta productiva cumple con todas las exigencias de calidad e higiene del Ministerio de Salud y que el área comercial dispone de infraestructura apta para depósito de productos terminados, almacenes de materia prima, atención a instituciones y oficinas administrativas.
Este año, ITA tiene programado instalar un moderno sistema automático de llenado, tapado, etiquetado e impresión de número de lote y fecha de vencimiento, con lo que además aumentará la producción.
Hasta fin de año se proyecta construir una nueva planta productora, sobre 500 metros cuadrados, en el municipio de Sacaba o en la zona de Albarrancho, que le permitirá triplicar la producción e incursionar "agresivamente" en la exportación de insumos médicos y productos farmacéuticos, apunta Torrico.
Con la producción anual de 300 mil litros de formol, 60 mil litros de creso o creolina, 25 mil litros de yodopovidona y más de 15 mil litros de gel para ecografía, ITA se constituye en la única empresa boliviana que cubre la demanda nacional de estos cuatro insumos médicos, afirma Torrico.
Un gran porcentaje de la producción de formol es demandada por la industria avícola nacional que utiliza el producto al 4 por ciento para limpiar y fumigar sus predios; la creolina por empresas y municipios en la limpieza e higiene de baños públicos y cámaras sépticas; y el gel por laboratorios, clínicas públicas y privadas, explica su gerente general. Agrega también que la producción de los cuatro productos abastece la demanda nacional y “evita el gasto de divisas en la importación de estos productos”.
En la planta productiva se desarrollan tres líneas de producción: la primera es de jarabes y suspensiones, calmantes, antipiréticos y analgésicos (fuxol suspensión, jarabe, ibuprofeno, paracetamol gotas y jarabe, entre otros); la segunda, de líquidos galénicos como alcohol medicinal y yodado, povidonas, violeta de genciana, mercurio cromo, entre otros; y la tercera, de semisólidos o pomadas como menthol contra resfríos, belladona desinflamante y antiescaldante y vaselina sólida, bajo estrictas medidas de control de calidad.
“Los bioquímicos del laboratorio de control de calidad se encargan de realizar un control constante, desde que ingresa la materia prima a la planta hasta que sale como producto terminado, pasando por todas las etapas del proceso de producción”, sostiene la jefa de garantía de calidad, Patricia Huanca. El área de acondicionamiento permite etiquetar, codificar, encajonar y embolsar los productos, con número de lote y fecha de vencimiento, de manera automática.
14 años de historia
La empresa Familiar ITA, nace el 17 de septiembre de 1999 en Cochabamba con los hermanos Miguel Alejandro, Rosa Margoth, Enrique Martín y María Gloria Torrico Antelo, con la finalidad de producir insumos médicos y medicamentos en la línea de gelénicos de calidad, inicialmente y líquidos orales no estériles, posteriormente, para el mercado farmacéutico nacional.
Con crédito bancario y prestamos de amigos y proveedores de materia prima que creyeron en el proyecto, la producción de insumos médicos comienza el 2 de enero de 2000 con dos casas alquiladas, una para la planta de producción en Sacaba y otra para depósitos, almacenes y comercialización de productos en la calle Pasteur 147.
A la fecha cuenta en propiedad con un moderno sistema de comercialización en la ciudad y una remodelada planta de producción ubicada a dos kilómetros de la carretera a Sacaba, donde prestan servicios alrededor de 80 trabajadores especializados en el rubro de productos farmacéuticos.
A 80 TRABAJADORES
Capacitación permite hacer carrera
En busca de que los trabajadores “sientan como suya la empresa” todo el personal recibe capacitación permanente en las áreas de producción, almacenamiento y comercialización de productos farmacéuticos de parte del Ministerio de Salud y de instituciones especializadas, afirma el gerente general de ITA, Miguel Torrico.
Gracias a los programas de capacitación, el personal intermedio puede ser ascendido con la certeza de que cumplirá a cabalidad sus funciones, comenta Torrico.
Como producto del trabajo altamente especializado, informa que la empresa cuenta con la certificación de calidad ISO 9001 versión 2001 y la certificación parcial de Buenas Prácticas de Manufactura extendida por el Ministerio de Salud. Actualmente, el personal y ejecutivos de la empresa se preparan para obtener la Certificación Buenas Prácticas de Almacenaje (BPA) y actualizar la ISO 9001.
“Nuestra meta final es llegar a obtener la certificación total en Buenas Prácticas de Manufacturas, para poder exportar nuestros productos, que nada tienen que envidiar a industrias extranjeras” sostiene Torrico.
PRODUCCIÓN
“Los primeros años fueron muy difíciles”
El gerente general de ITA recuerda que “el inicio de operaciones fue modesto” se contaba apenas con 10 personas en producción, 1bioquímico farmacéutico, 1 ingeniero de producción y 8 obreros, que trabajaban 8 a 10 horas diarias. “Los primeros años fueron muy difíciles, porque llegamos a vender de manera personal y en vehículo propio productos farmacéuticos en las regiones del cono sur y el Chapare, hasta alcanzar niveles de rentabilidad que nos permitieron cubrir deudas con el banco y proveedores”.
Refiere que actualmente la producción de jarabes es automatizada al igual que el etiquetado de todos los productos; la producción de medicamentos sólidos es semiautomatizada. Actualmente, ITA realiza ventas por un valor aproximado a tres millones de dólares por año.
Gracias a la reinversión de sus utilidades, ITA cuenta actualmente en la planta productiva con 6 bioquímicos farmacéuticos, 2 ingenieros de producción, 2 técnicos químicos y 35 funcionarios; mientras que en el área de comercialización trabajan alrededor de 40 personas especializados en el área.
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