Más de 3.5 millones de niños, ancianos, jóvenes y personas adultas usan calzados Manaco cada año. La primera fábrica del país cuenta con una variedad que supera los 1500 modelos en diferentes diseños y colores.
La producción de esta empresa, cobijada hace 73 años en Quillacollo, traspasó fronteras y hoy llega a los países de Perú, Chile, México, Colombia y Venezuela.
La gerente de Comercialización, Rocío Julio, afirmó que el éxito de la empresa se debe al empeño de sus trabajadores, la fidelidad de los clientes y las estrategias innovadoras de comercialización. En las tiendas Manaco se fusionan armónicamente la tradición y la vanguardia; donde se pueden encontrar zapatillas North Star pero también modernos zapatos de tacón.
Hebillas, moños, cintas, cordones, fruncidos, y una infinidad de recursos dan pie a creativos diseños Made in Bolivia. Entre los modelos tradicionales que todos recuerdan y aún se mantienen, están los zapatos escolares, de cholita, las zapatillas North Star y las zapatillas para los ancianos, así como las sandalias Hawaianas.
Las limitaciones tecnológicas, principalmente para los zapatos de tacón, son superadas con la importación de modelos de las diferentes compañías asociadas de Bata en el mundo.
Manaco es la única empresa líder en la manufactura del calzado en Bolivia, afirman los obreros. “Hubo muchas empresas, pero fueron vendidas a capitales extranjeros, Manaco desde su nacimiento se ha mantenido así”, explicó Óscar Pozo, uno de los obreros de la sección Costura.
Setenta y una tiendas a nivel nacional exponen la producción y desde el año 2006 las ventas por catálogo son un canal de ventas para llegar a los clientes que prefieren hacer los pedidos desde su hogar.
“Han habido épocas críticas para la empresa. El contrabando afectó”, aseveró Julio señalando que por el año 2002 se tuvieron que despedir a muchos trabajadores. “Fue duro, pero seguimos de pie”, expresó.
La producción inició el 4 de junio de 1940 en Quillacollo, con el trabajo artesanal de pobladores que salieron de la agricultura al rubro del cuero.
Parte de su legado se refleja en la apertura de unidades educativas como el Kinder “12 de Enero”, la escuela “Thomás J. Bata”, y el colegio “San Martín de Porres”. Sólo en la escuela Thomás Bata, fueron formados gratuitamente más de 15 mil niños.
Otras obras como el coliseo Max Fernández, y el establecimiento de los barrios Manaco, 12 de Enero y Esmeralda son parte de la fuerza que impregnó la empresa. El aporte a la cultura y el deporte se expresa a través del club deportivo Bata, y la primera diablada de Quillacollo “Fraternidad Cultural Bata”.
Bata Children’s Program dedicada a niños
Apoyo, voluntad, sonrisas, sorpresas, solidaridad, entrega y gratitud, son algunas actitudes y muestras de afecto resultantes de un sinfín de actividades impulsadas por “Bata Children’s Program” (BCP).
Este año las actividades se centraron en apoyar la escolaridad de niños huérfanos, en situación de riesgo y adolescentes infractores de Cochabamba.
Entre los beneficiarios, los niños del Hogar San Ignacio de Loyola renovaron sus habitaciones con catres y colchones nuevos, así como todo el material escolar requerido. El apoyo fue efectivo gracias a la colaboración de una compañía en Italia.
En el hogar “Nuestra Casa” que alberga a niñas víctimas de violencia física, sexual o del abandono recibieron un par del tradicional calzado deportivo North Star.
Una visita al Centro de Infractores, donde adolescentes cumplen sentencias judiciales, en acuerdo con el Sedeges, permitió que los ambientes sean refaccionados -como contraparte- y el BCP les obsequie ropa de abrigo y hawaianas.
“La Casa de la Mujer” que cobija a mujeres e hijos víctimas de violencia intrafamiliar severa, recibió 22 calzados Bubble Gummers y calzados escolares.
Hoy trabajan junto a Villa Amistad y los niños de la cárcel San Pablo en Quillacollo. Próximamente se iniciarán actividades, en coordinación con el Sedeges, para los niños de calle albergados en la ciudadela.
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