Pocos sectores, que no están relacionados con la producción de valor agregado y generación de empleo formal, han impulsado este año la economía de Cochabamba.
Comercio y construcción han sido en esta gestión los rubros estrella, otros sectores industriales y de servicios, como los financieros, han girado alrededor de ellos. En tanto, las empresas productivas en otros ámbitos –especialmente las micro y pequeñas—debieron ingeniárselas para invertir y lograr mercados.
El presidente de la Federación de Entidades Empresariales Privadas de Cochabamba (FEPC), Carlos Flores, explica que al no tener incentivos y tampoco el acompañamiento de las inversiones públicas, el sector privado ha tenido que arreglárselas solo para crecer.
“El tema de la construcción y el de servicios tienen un dinamismo propio. Construcción, con todos los riesgos que conlleva, tiene crecimiento en números, pero pasa por la inestabilidad de precios y eso tiene un límite. Además, esta inversión concentrada en la actividad inmobiliaria, es cortoplacista, no genera valor agregado, ni empleo”, indica.
Agrega que el aparato productivo, que es el único que genera riqueza, no está avanzando en Cochabamba y prueba de esto es que este año las importaciones han crecido en gran medida.
El presidente de la Cámara de Comercio y Servicios, Nelson Zegarra, asegura que el departamento –séptimo de Bolivia en exportaciones—se ha convertido en una región de comercio y servicios que depende de la importación.
Agrega que por esta situación, el sector de las importadoras formales ha crecido mucho este año, pero también la informalidad y, por lo tanto, el contrabando.
Zegarra coincide con Flores y apunta que la inversión estatal en infraestructura está restando competitividad a los empresarios cochabambinos, muchos de los cuales prefieren la comodidad de abrir un comercio o un restaurante a apostar la producción con valor agregado.
“Si no tenemos servicios básicos, agua, caminos, electricidad, eso nos limita, nos resta competitividad necesaria para cualquier empresario. Si no hay inversiones públicas que coadyuven nos va ir mal”, apunta Flores.
No hay sostenibilidad
El presidente de la Cámara Departamental de Industria (CDI), Luis Laredo, dice que, en líneas generales, el comportamiento de la economía en Cochabamba durante 2011 ha sido bueno, pese a que el departamento no tiene fortaleza en varias actividades económicas.
Indica que esta gestión cerrará con un crecimiento de la producción industrial de aproximadamente un 8 por ciento, principalmente en construcción, servicios financieros y la actividad agrícola industria.
Añade que, sin embargo, este resultado puede ser transitorio porque no se están sentando las bases para una economía sostenida, evitando las economías ficticias e informales y promoviendo las inversiones productivas en vez de las “distractivas” que no tienen retorno.
“Las medidas económicas se las toma generalmente de manera coyuntural, lo que debemos buscar es tener la habilidad de generar un plan de desarrollo que sea realizable y contenga medidas de corte estructural duraderas”, señala Laredo.
FALTA DE ENERGÍA COMPLICÓ A INDUSTRIAS
La falta de energía eléctrica fue uno de los principales obstáculos que los empresarios privados tuvieron que soportar este año.
El presidente de la CDI, Luis Laredo, señala que la poca inversión en energía, tanto en electricidad gas y combustibles líquidos, ha provocado bajas no previstas en la producción.
También indicó que la falta de políticas de inversión para la industria, de simplificación de trámites, de compras estatales de productos hechos en Bolivia y una lucha contra el contrabando sin resultados fueron trabas para el sector privado.
EMPRESAS INVIERTEN EN OTRAS REGIONES
De acuerdo con datos de la CDI, este año el 21 por ciento de sus empresas decidió invertir en otras regiones del país, “lo que es bueno para Bolivia porque los industriales cochabambinos siguen apostando por una Bolivia productiva, pero resta competitividad a la región”, dice Laredo.
Sobre el tema, el presidente de la Cámara de Comercio y Servicios de Cochabamba, Nelson Zegarra, apuntó que el cierre de la zona franca, en diciembre de 2010, provocó que muchos empresarios importadores determinen acudir a otros departamentos para retirar su mercadería.
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