domingo, 2 de marzo de 2008

El alza mundial de los precios de los alimentos se replica en el país


Protestas en México por la subida del precio de la tortilla de maíz, el día sin pasta en Italia, el encarecimiento de la carne de cerdo y el aumento del consumo de leche en China, la semana de boicot a la compra de tomates en la Argentina y la preocupación de amas de casa en Bolivia porque el dinero ya no alcanza para comprar productos han sido parte de la agenda noticiosa en los últimos meses.

Y es que el mundo ha visto con preocupación cómo los precios de los alimentos han escalado —la Organización de las Naciones Unidas (ONU) calcula que el aumento global fue de 40% el 2007—, poniendo así en riesgo la seguridad alimentaria en ciertas regiones.

Susana Rivero, ministra de Desarrollo Rural, Agropecuario y Medio Ambiente, indica que una de las causas para el incremento es que la producción mundial se ha estancado por dar paso a los biocombustibles. Concuerda con Rivero el ministro de Producción y Microempresa, Javier Hurtado, para quien resulta “aberrante” que se destine los productos agrícolas a la producción de biodiesel.

Pero ésta no es la única causa. Ambas autoridades también atribuyen el problema a los factores climatológicos adversos que han arrasado con cosechas y han afectado a la producción nacional y mundial. Otro factor que se debe tomar en cuenta es el crecimiento de la población del mundo.

En el caso de Bolivia, el sector productivo ha identificado un elemento que también contribuye al encarecimiento de los alimentos. Edilberto Osinaga, gerente general de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), señala que, a los fenómenos naturales, se debe sumar la inseguridad jurídica que domina en el país y que ha frenado a la inversión en la producción.

Desde el año pasado, la ONU ha venido alertando sobre este fenómeno mundial. La semana anterior, en una entrevista publicada por el diario británico Financial Times y reproducida por BBC Mundo, la directora del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Josette Sheeran, dijo que podrían verse obligados a disminuir la ayuda que prestan debido al aumento de los precios en el sector agrícola.

La BBC Mundo apunta que, si bien el objetivo del PMA es prestar ayuda a las regiones donde hay escasez de alimentos, hoy se ven obligados a ayudar en países donde el problema es el elevado precio de estos productos.

Sheeran explicó que el aumento del precio de alimentos como el trigo, el maíz o el arroz está afectando a países como México, Indonesia o Yemen, que no se encontraban en una situación de urgencia. “El hambre tiene un rostro nuevo y está afectando a un amplio número de países”, afirmó.

Así —dice la nota de la BBC—, por primera vez en dos décadas, Egipto ha tenido que ampliar su sistema de racionamiento de alimentos, mientras que Pakistán ha reintroducido un sistema de cartillas de racionamiento que había abandonado a mediados de los años ochenta. Además, países como China y Rusia imponen control de precios sobre los alimentos, mientras otros, como Argentina o Vietnam, están aumentando los impuestos a la exportación.

En Bolivia, el Ejecutivo optó por frenar temporalmente la exportación de trigo y harina, carnes de res y de pollo, ganado vacuno, maíz y arroz. También decretó la libre importación de alimentos.

“La prioridad para el Gobierno es garantizar la seguridad y soberanía alimentaria. Y ésta es una medida que responde a ese fin”, explica la ministra Susana Rivero.

No obstante, Edilberto Osinaga afirma que las medidas gubernamentales “no resuelven nada” y, por el contrario, harán que el problema se prolongue porque ahuyentan más aún las inversiones.

Con todo, el fin del problema parece lejano. Especialistas que siguen las operaciones en la bolsa de Chicago —símbolo mundial de la negociación de materias primas agrícolas— y que fueron consultados por la AFP, prevén la continuación de la evolución de precios y señalan que, incluso, ésta podría acelerarse. Los expertos prevén que los precios de los productos alimenticios continuarán su ascenso al menos hasta el 2009, con evidentes implicaciones para la canasta familiar en todo el mundo.

EL MUNDO Y BOLIVIA

Biocombustibles • En base a información de la Merril Lynch, la AFP informa que un 30% de la producción estadounidense de maíz, que representa cerca de la mitad del mercado mundial, va ahora a la fabricación de etanol. Este porcentaje —dice la nota— podría aumentar si se atiende a la nueva Ley de Energía aprobada por Washington, que alienta a la producción del biocombustible.

Granos • En septiembre del año pasado, los molineros bolivianos alertaron que esta industria peligra por el elevado precio del trigo. Precisaron que en 10 años, cerraron 10 de 19 molineras que había en el país. Mientras, la AFP puntualiza que el trigo, la soya y el maíz son empleados en la fabricación de alimentos como el pan, las pastas, las galletas o la cerveza, y también para alimentar a las aves y porcinos.

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