La bonanza de los precios altos de los commodities terminaron y Bolivia redujo sus ingresos y el déficit fiscal aumenta cada año, y se incrementa la balanza comercial negativa, es por ello que los economistas recomiendan incentivos a la inversión, reducir gastos públicos insulsos y apoyar a la productividad.
El escenario planteado y las sugerencias realizadas por los economistas José Gabriel Espinoza y Ernesto Bernal muestran que el escenario internacional se ha tornado difícil para el mercado de los commodities y ahora plantean sugerencias para evitar que se profundice la desaceleración de la economía nacional.
Un modelo económico planteado en base a los altos precios del petróleo y los minerales, y sin apoyar a los emprendimientos privados, llegó a la recta final, a pesar de ello el ministro de Economía y Finanzas Públicas, Luis Arce Catacora, luego de su posesión a principios de año, ratificó la profundización del planteamiento gubernamental, y no dejó espacio para una modificación.
Los países exportadores de materias primas ingresaron en una desaceleración económica, a raíz de los precios bajos, y Bolivia sintió el desplome de los valores de los commodities en el mercado internacional.
Bernal sostiene que Brasil, principal socio comercial de Bolivia, ancló su proceso de desaceleración, pero se encuentra cerca de ingresar en una recesión, aunque los organismos internacionales señalan una recuperación, pero para el 2020.
El país sintió la menor demanda de gas, y por consiguiente menos recursos. Ante este panorama, Bernal sugiere a las autoridades poner su mirada a los ingresos por la venta del energético y las reservas, debido a las divisas que se genera por el negocio.
Argentina también impactará en la economía nacional, debido al negocio del gas. El país se encuentra en crisis y tardará en salir de la misma.
El modelo económico keinesiano del Gobierno prioriza participación del Estado en la economía, pero no invirtió en productividad ni en desarrollo alternativo, ya que una economía no solo vive de commodities, reflexionó.
La economía nacional sintió la dejadez del Gobierno, y a esto se suma el tipo de cambio fijo, de 6,96, que a comparación de países de la región, que modificaron el valor de sus monedas, las autoridades aseguraron que no intervendrán.
La semana pasada, el presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), Luis Barbery, dijo que el tipo de cambio fijo perjudica a los sectores exportadores y, por ello, sugirió al Gobierno tomar en cuenta la sugerencia.
MINI DEVALUACIONES
Por ello, Bernal sugiere mini devaluaciones del tipo de cambio para analizar los efectos que conlleva la medida y hará más competitiva las exportaciones nacionales.
Los países de la región ingresaron en una etapa de devaluación, y la medida afectó al país por el ingreso de productos extranjeros, en desmedro de la producción nacional.
Bernal al igual que Espinoza coincide, por separado, que para encarar la crisis internacional, las autoridades requieren el apoyo del sector privado, y para ello necesitan implementar incentivos.
El Gobierno ha dejado de incentivar la inversión privada, mientras los países vecinos la implementaron para que construyan carreteras, en el caso de Chile, y en Argentina para que desarrollen Vaca Muerta y en Perú para atraer capital e industrias.
CONTEXTO INTERNO
Mientras Espinoza señaló que en el contexto interno, las personas son cautelosas, y ya no responden al Gobierno, que implementó políticas para fomentar el gasto y el endeudamiento, ahora ya no están dispuestas a incrementar estas dos variables.
“No importa cuánto se incremente la inversión pública, las personas no responden”, sostuvo y asegura que esto significa que la herramienta económica utilizada ya no es efectiva, y es por ello que requiere un cambio de enfoque.
AGRESIVO CON SECTOR PRIVADO
Los organismos internacionales han sugerido a los gobiernos que para evitar que se retroceda en los avances que se dieron en reducir la pobreza o aumentar la gente de ingresos medios es vital aliarse con la empresa privada e incentivar la inversión.
Sin embargo, en el país el Gobierno es agresivo con el sector privado, en lo normativo y regulador. “No ha permitido el desarrollo del sector privado, y la economía crece por la inversión y no tanto por el consumo”, apuntó Espinoza.
Sin embargo, no hay mucha apertura a las alianzas público privada con empresas nacionales, pero sí con compañías internacionales, como las que acordó con una empresa alemana en el tema del litio de Uyuni, y una china en el caso de Coipasa y Pasto Pata.
Más todo lo contrario, incrementó la presión tributaria y las regulaciones a través de los ministerios de Trabajo y Minería, se aplica con el afán de aumentar la recaudación para solventar las actividades del sector público.
“Eso hace desincentivar la actividad privada, (y debería haber) un cambio de enfoque”, dijo y lamentó que tal vez no cambie nada, pero es necesario racionalizar el gasto y hacerlo más eficiente.
INCENTIVOS
José Gabriel Espinoza dijo que existen dos grandes problemas en general para el sector privado, como son las obligaciones fiscales, demasiadas restrictivas y poco adecuadas para fomentar el emprendimiento y los costos laborales y todas las que se relacionan con el pago.
Opina que se deben ajustar esas normas para fomentar el desarrollo del sector privado, ya que ahora el sector público no requiere mucha renta.
“Hoy ser formal es mucho más caro en términos laborales, entre 30 a 40 por ciento. Las empresas que quieran crecer formales para el mercado internacional, no lo van hacer, debido a que los retornos no son interesantes; la informalidad crea empleos de baja calidad”.
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