Privados sienten la soga al cuello y piden diálogo

LA CEPB EN SUCRE

Nostas y representantes de Oruro, Santa Cruz, Tarija, Pando y Cochabamba se reunieron ayer, en Sucre, para conocer la situación empresarial de Chuquisaca y recoger propuestas para la agenda de la CEPB.

"El sector privado necesita ser escuchado y necesita consideraciones porque mientras más se apriete esa soga que nos pusieron al cuello, más difícil será que podamos cumplir con nuestro rol en el país y, obviamente, el afectado final será el ciudadano boliviano”. Así lo afirmó ayer, en Sucre, el presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), Ronald Nostas, un día después de que el primer mandatario Evo Morales diera por hecho el pago del doble aguinaldo este año.

“Inevitablemente lo tenemos que hacer (…)”, respondió Nostas a la pregunta de si podrán cumplir o no con este beneficio en caso de que se cumplan los requisitos para el pago.

Sin embargo, mencionó que hay asuntos de fondo; en primer término, dijo, no es el momento adecuado para discutir este tema. “Estamos saliendo de un duro golpe que fue buscar la forma de cumplir la obligación impuesta del segundo aguinaldo de la gestión pasada y de un incremento salarial del 6%”, apuntó.

Nostas calificó de inadecuado el método para definir si el doble aguinaldo se paga o no; además, señaló que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) no refleja la realidad de las regiones y el país.

Consideró que el propio Estado a través de ENATEX experimentó la crisis que golpea a varios sectores de la economía nacional, entre ellos los arroceros, madereros y azucareros.

“Esos sectores vienen en declive porque se los está castigando, pues encima de no tener mercado se les complica con una regulación laboral y otro tipo de sobrerregulaciones aplicadas por la Autoridad de Empresas, por Impuestos, etcétera”, lamentó.

Nostas cree que las medidas del Estado son “lapidarias” y tienen un efecto directo en la economía, generando un quiebre en el “círculo virtuoso” conformado por la estabilidad empresarial, producción, generación de empleo e inversión.

Finalmente, remarcó que no se está escuchando al empresariado, y esa falta de diálogo posterga más la definición de una agenda público-privado de desarrollo.