Tauro, una de las industrias más importantes de manufacturas de curtiembre en Cochabamba, nació en la década de los 70 con el objetivo de crecer y aportar a la región. Sin embargo, 40 años después, el 80 por ciento de sus actividades se han trasladado a Santa Cruz, solo el 20 por ciento opera en Cochabamba y prevé el cierre paulatino.
Este proceso implicó también la reducción de fuentes de empleo, cuando nació tenía 95 funcionarios, ahora solo quedan 15, el resto de los puestos de trabajo también migraron a la capital oriental donde realiza el pago de sus impuestos y aporta al desarrollo de esa región.
Este es un ejemplo del proceso de desindustrialización que sufre el departamento de Cochabamba en los últimos años, es decir, sus industrias se van achicando y cerrando operaciones con la reducción de producción, inversiones y personal.
Antonio Fernández, presidente de la Cámara de Industrias de Cochabamba (CNI), informa que el sector manufacturero, el mayor generador de valor agregado y fuentes de empleo, sufre un paulatino proceso de desindustrialización y los sectores más afectados son alimentos, bebidas, textiles y cueros.
La industria de las manufacturas se constituye en el principal rubro exportador de Cochabamba, en 2015, generó ventas externas por 117,7 millones de dólares, mientras que los hidrocarburos llegaron a 103 millones de dólares, según datos del Instituto Nacional de Estadística.
“Estas cifras muestran que se vive de las manufacturas, a diferencia de otras regiones que subsisten con la producción de hidrocarburos y minerales”.
CAÍDA CRÍTICA Para Fernández, la desindustrialización de Cochabamba es el reflejo de lo que sucede a nivel nacional. Las exportaciones de manufacturas en 2015 registraron una baja del 30,1 por ciento con relación a un año antes, “la caída más crítica del último decenio y el departamento presenta la situación más crítica”.
Esta situación es consecuencia de factores como la carga social (incrementos salariales y doble aguinaldo), contrabando, falta de seguridad jurídica y excesiva tramitación.
Fernando Antezana, gerente General de Tauro, tiene dudas de que Cochabamba pueda frenar este proceso. “Si no reaccionamos a tiempo, su desindustrialización es inminente”.
Este empresario asegura que el achicamiento industrial “no es consecuencia de la decisión de los empresarios de migrar de Cochabamba a otros lugares. La desindustrialización viene porque no hay un trabajo conjunto entre el sector público y el sector privado”. Recordó que en 1999 se propició la creación del Parque Industrial Santiváñez y hasta ahora no funciona. Además, se deben realizar al menos 18 trámites para que una industria funcione.
“Las industrias se establecen donde tienen condiciones y servicios, y Cochabamba no ofrece esas facilidades. El sector públicoes un obstaculizador”.
El presidente de la CNI confirmó que muchas industrias comenzaron a migrar a Santa Cruz donde además de facilidades en trámites cuentan con parques industriales en Montero y Warnes. También advirtió que Perú ofrece exenciones de impuestos hasta por 10 años.
El secretario Ejecutivo de la Alcaldía, Alex Contreras, sostuvo que dará una respuesta al respecto en las próximas horas.
CONTRABANDO Fernández recuerda que la devaluación de las monedas en los países vecinos ha provocado la inundación de productos de contrabando en Bolivia. Puso el ejemplo de las cerámicas que, en Cochabamba, se producen a un costo de Bs 50, mientras que el mismo producto llega desde Brasil a Bs 35, incluso formalmente importado. En los alimentos, sucede lo propio con las mermeladas que en el mercado formal, con factura, un frasco vale Bs 30 y de contrabando está en Bs 15.
En esas condiciones, los empresarios no pueden competir pese a que cuentan con tecnología de punta para aumentar la productividad, aseguró.
Expresó también su preocupación por la “guerra de monedas” que se da con las devaluaciones de la región que generan el contrabando.
En 2014, un dólar equivalía a 2,3 reales brasileños y hoy está en 3,5 reales, lo que significa una devaluación del 52 por ciento .
En el caso de Argentina, en 2014 un dólar equivalía a 8,55 pesos y ahora llega a 14,70 pesos, una devaluación del 71 por ciento .
El ministro de Economía, Luis Arce, dijo que el Gobierno no prevé una devaluación pues considera que “el debate con el sector productivo no es el tipo de cambio, sino cómo mejoramos la productividad, para que de una vez por todas seamos competitivos pero de manera real, no artificial, con tipos de cambio. “Puedo devaluar 200 por ciento y ¿vamos a ser competitivos?”, cuestionó.
Solo 23 mil unidades cumplen la ley
La Cámara de Industrias de Cochabamba, a través de su presidente Antonio Fernández, sostiene que la carga social impuesta por la normativa laboral afecta a 23.675 industrias, legalmente registradas a nivel nacional en el Ministerio de Trabajo.
Si bien en Fundempresa están registradas unas 144 mil, no obstante, un alto porcentaje son empresas unipersonales.
Recordó que los empresarios deben pagar doble aguinaldo, desde 2013, además de los aumentos salariales que generan un efecto en cadena con incrementos en bono de antigüedad, subsidios y otros.
“La industria formal que cumple con las medidas del Gobierno antes podía incrementar el precio del producto final para cumplir con las medidas salariales, ahora hemos llegado a un tope que no podemos seguir incrementando porque ya no somos competitivos”.
Según un estudio de la Cámara de Industrias, entre 2006 y 2016 el incremento acumulado del salario mínimo nacional llegó a 152 por ciento , cuando la inflación sumó el 67 por ciento .
La norma dice que el incremento del salario, anualmente debe darse en función de la tasa de inflación pues tiene la finalidad de cubrir la pérdida del poder adquisitivo.
“Estas medidas desincentivan la contratación de personal”.
Plantean un fondo de reactivación
Los empresarios proponen la emisión de una Ley de Promoción del Desarrollo de la Industria Nacional por la cual se implemente un Fondo de Reactivación.
Este proyecto, que ya fue remitido al Poder Ejecutivo, establece beneficios promocionales para la industria como exención y diferimiento de tributos; reducción de derechos de importación de bienes de capital; incentivos a las exportaciones de producto nacional “Hecho en Bolivia”, entre otros.
Al respecto, el ministro de Economía y Finanzas Públicas, Luis Arce, sostuvo que ya existe un fondo para el sector privado a través de la Ley de Servicios Financieros.
“Este fondo tiene enorme liquidez, está esperando a que el sector productivo vaya y no va”.
La autoridad de Gobierno cuestionó la falta de inversión por parte del sector privado nacional, a lo que el presidente de la Cámara de Industrias dijo: “Es lógica la respuesta, cómo alguien se va a atrever a invertir si no tiene seguridad jurídica”.
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