Luego de una década de buenos precios en el mercado internacional, Bolivia se prepara para cerrar un año con cifras negativas en materia de intercambio comercial. Según las proyecciones del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), las exportaciones este año cayeron en más de 3.500 millones de dólares y hasta fin de año se podría llegar a los 4.000 millones de dólares, mientras que el déficit comercial podría superar los 400 millones de dólares hasta diciembre.
Según el informe del Instituto Nacional de Estadística (INE) al mes de octubre, las exportaciones en los 10 meses de 2014 alcanzaron a más de 11.152 millones de dólares, mientras en similar período de 2015 fueron un poco más de 7.620 millones de dólares, que representa una caída de 3.532, superando todas las previsiones que dieron a conocer las autoridades del Gobierno nacional. Esto representa una caída del 31,7 por ciento y si bien también registraron una caída las importaciones, el déficit comercial es lo que más preocupa al sector productor, principalmente.
En la gestión precedente se registró un saldo comercial favorable de más de 2.422 millones de dólares hasta el mes de octubre, mientras que en similar período de esta gestión se registra un déficit comercial de 258 millones de dólares, que representa una caída de casi 111 millones de dólares y una diferencia entre amos de más de 2.680 millones de dólares, según el reporte del INE.
LA PREOCUPACIÓN DE LOS PRODUCTORES. Esta caída, según las proyecciones del IBCE, mermará las Reservas Internacionales del Banco Central de Bolivia (BCB), pero a esto se suma la decisión de países vecinos de asumir medidas como devaluar sus monedas, situación que convierte a sus productos mucho más baratos de los que se producen en el país. A este panorama, los productores nativos aseguran que compiten en condiciones desfavorables debido a que en los países vecinos como Argentina y Brasil, la producción agropecuaria cuenta con elevados procesos tecnológicos, situación que mejora sus rendimientos, mientras que en Bolivia apenas se decidió aprobar la producción transgénica para la soya.
Según el IBCE, este panorama está demostrando la extrema vulnerabilidad que hay en el país, debido principalmente a que el grueso de la exportación se resume en muy pocos productos sin valor agregado, como el caso del gas natural y de los minerales, pero además la decisión de dejar de lado la construcción de la competitividad sistémica.
El Gobierno presentó su plan quinquenal hasta la gestión 2020, en el que se asegura, con carácter optimista, que el país estará en condiciones de exportar unos 16.000 millones de dólares, es decir unos 4.000 millones más que el mejor momento del intercambio comercial.
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