Sin el gas, el saldo comercial sería negativo para Bolivia frente a las dos economías.
En los meses precedentes, la población boliviana disfruta de precios bajos en algunos productos de la canasta familiar, como son los casos de la harina, el azúcar y otros productos importados principalmente de Argentina y Brasil, países que experimentan devaluación monetaria, hecho que reduce la competitividad de la industria nacional.
Para tener una idea del intercambio comercial con Brasil, el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) informó que si se excluyera la venta de gas natural, en la gestión 2014 la balanza comercial tendría un déficit de más de 1.500 millones de dólares, pues se exportó a Brasil además del combustible, tan solo 68 millones de dólares, que corresponden a 85 productos, mientras las importaciones alcanzaron a 3.383 productos. Es decir que hay una diferencia de casi un 400% de intercambio desfavorable.
"De momento no se aprecian las consecuencias comerciales de la devaluación del real (moneda brasileña) pues nuestros datos disponibles, que son provistos por el INE, aún se encuentran disponibles hasta el mes de enero. No obstante, se espera que pueda afectar principalmente al comercio fronterizo", dijo el IBCE respecto al proceso de devaluación que empezó a sentirse en la frontera con la vecina nación.
Beneficio para unos y perjuicio para otros. La industria nacional ya fue afectada desde 2013 por una disposición gubernamental que obliga a pagar un doble aguinaldo, según sus propias evaluaciones, pero al incremento del costo laboral se sumaron recientes devaluaciones, que convirtieron a los productos brasileños y argentinos más económicos que los de la industria local. Según la evaluación del IBCE, esto favorece la importación, "pues al ser el boliviano una moneda más fuerte, se encontrarán productos más baratos en el vecino país. Esto podría ir contra la competitividad de la industria nacional, por lo que se hace necesario que el país tome cartas en el asunto, impulsando a sus sectores productivos que son capaces de dar mayor valor agregado a los productos". El fortalecimiento del dólar obliga a los países de la región a tomar medidas de devaluación de sus monedas, como sucede actualmente en Colombia, Chile y Perú, para que no se reste competitividad a sus exportaciones, medida que por el momento no piensa adoptar el Gobierno de Bolivia, según recientes declaraciones tanto del Ministro de Economía como del Presidente del Banco Central de Bolivia.
Los productores de arroz y azúcar fueron los primeros en sentir los impactos de las devaluaciones argentina y brasileña, pues deben competir de forma desfavorable frente a productos mucho más baratos, lo que beneficia al consumidor, pero perjudica la producción local.
El dirigente de la Confederación de Fabriles, Vitaliano Mamani, dijo que su sector se declaró en estado de emergencia debido al ingreso, en algunos casos vía contrabando, de mercadería argentina y brasileña. Informó que solicitó al Gobierno algunas medidas para frenar el ingreso masivo de mercadería de ambos países para evitar mayores problemas.
Los informes indican que la producción brasileña inundó los mercados de poblaciones fronterizas como Corumbá, Puerto Quijarro y Puerto Suárez, por lo que cada vez más bolivianos cruzan la frontera para realizar compras en la vecina nación. El dólar costaba 2,60 reales en enero, pero subió a 3,23 reales recientemente, lo que representa un 25 por ciento de devaluación.
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