Ibema Eximport SRL se encuentra a las puertas de consolidar dos buenas noticias: la primera, está a punto de concluir la construcción de su nueva fábrica en Cotapachi (Quillacollo), a donde se trasladó hace poco más de un año en busca de ambientes más amplios para sus proyectos, y la segunda, tiene pensado institucionalizar a partir de 2015 su escuela de mueblería con personas que deseen aprender el oficio y trabajar.
En los hechos, según expone su gerente propietario, Alberto Muriel Reinaga, Ibema ya es toda una escuela en la industria del mueble, pues en sus 35 años de existencia, muchos de sus empleados que aprendieron el arte y la técnica del mueble de calidad, llevaron sus conocimientos a otras fábricas. Incluso, algunos de los exempleados fundaron sus propias empresas, primero en sociedad con la misma Ibema y después de forma independiente. Así surgieron Kaova, Clasee, Diclasee, Milenium e Impacto, por mencionar algunas que ya tienen vida propia y que, paradójicamente, se han convertido en la nueva competencia.
Pero a don Alberto, como se le conoce al gerente propietario, no le preocupa esto. Al contrario, le llena de orgullo saber que su empresa cumple una gran función social. Es más, su idea es que Ibema sea también una escuela no sólo desde el punto de vista simbólico, sino real, de tal manera que quienes pasan por la fábrica puedan capacitarse de forma académica y hasta contar con un cartón con reconocimiento oficial. Está previsto que ello comience en 2015.
Pero antes, deben completarse los ambientes en Cotapachi donde, con una inversión cercana a los 4 millones de dólares y en un espacio de 11 mil metros cuadrados, se está terminando de construir un complejo industrial que incluye todo para el desenvolvimiento de sus 130 empleados (una docena de ellos mujeres) y la optimización del trabajo.
Esta infraestructura incluye el gran taller para los cortes y ensamblados, lijados, barnizados, tapizados, acopio y otros sectores propios del oficio, oficinas administrativas, un área de convenciones, ambientes para las clases teóricas y prácticas de los futuros estudiantes, espacios de áreas verdes, comedor para los trabajadores, baños, duchas, vestidores y otros espacios. Los trabajadores tienen cocina con un chef experimentado, que provee a los empleados almuerzo y segundo a sólo 7 bolivianos, todo pensando en optimizar el tiempo y el trabajo.
El traslado de Ibema a Cotapachi significó también obras para el barrio, pues la empresa hizo aportes para el mejoramiento de la calle de ingreso y hasta construyó un templo para los feligreses del lugar. Parte del acuerdo es, justamente, la apertura de esta escuela de capacitación para personas del lugar.
Las obras de reubicación, sin embargo, han implicado una gran inversión para Ibema, pues buena parte de los esfuerzos estuvieron encaminados a la construcción de los ambientes durante más de un año dejando temporalmente de lado la exportación.
LA ESCUELA
Proyecto para capacitar a estudiantes
El proyecto de Alberto Muriel es abrir un espacio en su empresa para capacitar a personas que deseen aprender el oficio de la mueblería y trabajar a la vez.
Su planteamiento es recibir en el instituto técnico cerca de 30 estudiantes sin distinción de edad ni grado académico. Según Muriel, algunos de sus trabajadores eran incluso analfabetos, pero tuvieron buena respuesta en el aprendizaje.
A partir del segundo mes, podrían ganar un salario mínimo, mientras trabajan y continúan recibiendo instrucción por parte de los “maestros” antiguos.
Recibirían capacitación en ebanistería, mecánica, electricidad, programación y reparación de computadoras y otros, aunque el énfasis sería ebanistería.
Todo el proceso tendría que durar máximo un año con la posibilidad de que muchos queden contratados de forma definitiva.
La empresa entregaría el certificado a todos y se hacen gestiones con instituciones educativas para que el cartón tenga también el aval de una instancia mayor.
LA EMPRESA
35 años de calidad y aporte social
Ibema Eximport SRL fue fundada el 17 de julio de 1979, y son artífices del emprendimiento Alberto Muriel Reinaga, Ahila Prado Muriel y Eduardo Prado Muriel.
La empresa actualmente cuenta con aproximadamente 130 empleados, muchos de ellos llevan trabajando más de 20 años, algunos incluso más de 30.
Una de sus banderas de campaña es la garantía de 10 años que ofrecen para sus muebles, lo cual, según el propietario, no es sólo “retórica”. “Además, sabemos que un mueble bien elaborado es eterno”, afirma.
Otro de sus desafíos inmediatos es la recuperación de los mercados de Estados Unidos y Chile, temporalmente suspendidos en las tareas de traslado y reubicación, además de la ampliación de ambientes.
Ibema, además, patrocina a tres escuelas de fútbol: Real Cochabamba, que funciona en el hipódromo con más de 20 equipos de fútbol, Cosmos y Real Iquircollo, la más nueva en el distrito de Cotapachi.
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