domingo, 28 de julio de 2013

Comunidades de Pando hacen suyo negocio maderero

La Fundación PUMA y las representaciones de los reinos de Suecia y Holanda inauguraron el pasado miércoles la primera de sus tres empresas comunitarias Confor del país, destinadas al aprovechamiento racional y sostenible de los bosques y el comercio de madera de calidad internacional por parte de las comunidades del lugar.

Se trata del Confor (Centro Comunitario de Negocios Forestales) de la población de Porvenir, en Pando, una apuesta destinada a que sea la misma comunidad la que administre la explotación de sus bosques y procese la madera, lista para su venta y con valor añadido, en lugar de la simple extracción de troncos de los que sólo se beneficia el empresario privado de la madera. Los otros dos Confor, próximos a inaugurarse, aunque ya están en pleno funcionamienot, están en Ixiamas (La Paz) y Guarayos (Santa Cruz).

Sin embargo, los Confor, impulsados con el financiamiento de Holanda y Suecia y el asesoramiento de la Fundación PUMA (Producción y Uso Sostenible del Medio Ambiente), y su ramal PUMA Fondo Ambiental, a través de su programa Baba Carapa, vienen consolidándose desde hace, al menos, dos años con la instalación de maquinaria, capacitación del personal y puesta en marcha del procesamiento de madera de primera calidad, con acabados que responden a la demanda internacional, explica el gerente de la fundación, Juan Carlos Chávez.

Para el Confor de Porvenir, según explica el gerente en Pando, Roberto Baldivieso, se invirtieron 3,5 millones de dólares en la compra de los terrenos y la maquinaria para los aserraderos, la instalación de un sistema de secado de madera y otro de conservación, además de la capacitación de personal en el manejo especializado de esta maquinaria.

“He quedado muy impresionada con los que se ha hecho”, dijo sobre el punto la jefa de la Cooperación Holandesa, Anke van Dam, a tiempo de destacar los tres grandes aspectos que distinguen a los Confor: valor agregado del producto, participación activa de la comunidad y la sostenibilidad de los bosques.

En tanto la encargada de Negocios de Suecia, Ann Stödberg, explicó que el proyecto fue concebido hace cuatro años como un programa innovador para combatir la pobreza, y que finalmente comenzaba a ponerse en marcha.

De hecho, el Confor de Porvenir, según Chávez, en algún momento empleó a 130 trabajadores, mientras que por el lado de la selección y extracción, están implicadas más de 100 familias de cuatro comunidades en Porvenir y de más de 35 en todo el país (5.000 familias).

Buscando autosostenibilidad

Se espera que en unos cinco años, los Confor puedan ser autosostenibles, es decir, que pasen a manos de la comunidad para que ésta pueda valerse por sí misma. De hecho, algunos funcionarios creen que en el caso del Confor de Porvenir eso se dé en sólo dos años, pues ya se procesan tres toneladas de madera por mes, se reciben ingresos de un millón de dólares por año y se cuentan con mercados a nivel internacional y nacional, según informa el responsable de Comercialización, Ovidio Escalante, y, lo que es más importante, se cuenta con el compromiso de la comunidad.

En general, hay un gran optimismo por la respuesta de los comunarios, las perspectivas comerciales y el producto logrado, que responde al mercado internacional.

El gerente general de la Fundación PUMA, Juan Carlos Chávez, en tanto, cuenta que una vez un periodista le consultó si consideraba que todo el programa Baba Carapa era una revolución. A lo que él contestó que el término, en realidad, era evolución, pues no se trata de negar los conocimientos pasados, sino de aplicarlos de forma sostenida en el presente, pensando en el futuro.

LOS COMUNARIOS, DUEÑOS DE LOS BOSQUES

Los Confor no hubieran sido posibles sin antes poner en marcha otro componente inserto también en el programa Baba Carapa: el de las foresterías comunitarias, consistente en el “empoderamiento” de los bosques por parte de las comunidades.

La explicación es simple. Antes, llegaba el empresario maderero, buscaba al comunario o indígena dueño de una parcela de bosque, le pagaba una cifra exigua y aprovechaba la parcela cuanto podía, talando árboles sin preocuparse de las consecuencias económicas o ecológicas posteriores. Con el programa de la forestería comunitaria, es la misma comunidad la que tala, haciendo una selección de sus árboles con criterio de sostenibilidad y vende su madera a las empresas o, como es en el caso, a esta empresa comunitaria, el Confor, que le paga un precio justo por el producto.

Capacitación y equidad de género

El programa Baba Carapa, con sus componentes Confor y Forestería Comunitaria exigió, además, la capacitación de los nuevos actores en diversos rubros, desde principios básicos de administración de empresas, medio ambiente y topografía.

En los Confor, los trabajadores tuvieron que aprender a manejar no sólo maquinaria especializada, sino también grandes sistemas de secado y apilonado de madera. De hecho, unos días antes de esta inauguración, un experto brasileño, traído exclusivamente al Confor de Porvenir, capacitaba en el manejo de la maquinaria especializada.

En tanto, en forestería comunitaria, los comunarios se capacitaron en manejo sostenido de bosques, administración de empresas, manejo de planillas y sistemas de orientación en el bosque, lo que implicó manejo de mapas, brújulas y GPS.

En esto participan no sólo los hombres, sino también las mueres, y éste es, justamente, otro de los grandes éxitos valorados por la cooperación iternacional: la conciencia de equidad de género. De hecho, muchas de las comunidades cuentan con mujeres líderes.

PIZARRA DE PRECIOS

Otro gran aporte del programa Baba Carapa fue el establecimiento de una pizarra de precios, una especie de “bolsa de valores” de la madera, con la que se coordina entre las comunidades, distantes entre sí por hallarse en departamentos distintos para evitar que el empresario privado se aproveche de la situación y pague un precio arbitrario.

Así, los comunarios, consultando un sistema de Internet, pueden saber los precios y de acuerdo a ello negociar con el posible comprador.

Naturalmente, una iniciativa como ésa fue bienvenida por las comunidades del lugar que no tenían cómo objetar precios, pero causó el malestar de la Cámara Forestal, según cuenta el gerente de PUMA Fondo Ambiental, Juan Carlos Chávez.

HOLANDA PONE FIN A SU APOYO Y SUECIA HACE UN RELEVO

“Nos vamos muy contentos por lo hecho”


Anke van Dam, jefa de la Cooperación Holandesa en Bolivia.

Con la puesta en marcha del Confor de Porvenir, en Pando, el Reino de los Países Bajos, a través de su Cooperación Holandesa, cumple con una de sus últimas tareas de apoyo a Bolivia, pues, como se anunció hace dos años, se retirará oficialmente del país el próximo 31 de diciembre.

Así lo confirmó su representante en Bolivia, Anke van Dam, quien explicó que, debido a la crisis, se decidió concentrar la ayuda a países africanos o en situación de conflicto. Desde 2014, será la embajada de Perú la que la represente también en Bolivia. Lo que sí proseguirán serán programas de asistencia técnica y económica, además de becas de estudio.

Holanda cooperó a Bolivia con un promedio de 40 millones de dólares por año en programas de educación, en capacitación de jóvenes, medio ambiente y cadenas productivas de quinua, uva, singani, vinos y cacao. También se colaboró en gobernabilidad apoyando a la Defensoría del Pueblo y la Fundación Unir, y en emancipación apoyando a mujeres e indígenas. Un caso especial fue el programa Baba Carapa, para el que la Cooperación Holandesa destinó 8 millones de dólares. “Nos vamos muy contentos con el proceso y también con los resultados. Consideramos que es un modelo nuevo, donde la participación de las comunidades es clave”, dijo van Dam.

“Me voy con impresiones mixtas”

Ann Stödberg, encargada de Negocios de Suecia en Bolivia.

La encargada de Negocios de Suecia, Ann Stödberg, concluye su gestión de cinco años este 31 de julio, y según explica, se va con “impresiones mixtas” del país. “Por un lado veo que es un país maravilloso, una población muy gentil, abierta, calurosa, me encanta. Por otro lado, el proceso de desarrollo del país es muy complejo, tiene avances, pero también retrocesos”.

Los avances, según Stödberg, se ven en educación, suben la escolaridad y la formación técnica vocacional. “En recursos naturales ha habido enormes avances, en cuanto al acceso al agua, por ejemplo. Ya se han alcanzado las metas del milenio, pero falta mucho en temas de saneamiento”, explica.

“Por otro lado, en el manejo sustentable de bosques hay buenos modelos, como el que hemos visto (programa Baba Carapa), pero en general hay mucha deforestación, poco entendimiento y poco interés de manejar los bosques de manera sustentable”, explica.

Suecia colabora anualmente a Bolivia con 250 millones de coronas, una cifra similar en bolivianos. Para el programa Baba Carapa, se aportaron 10 millones de dólares. Stödberg explica que el Confor es un “gusto muy grande” en su gestión, por cuanto el proyecto fue una de las primeras tareas que concibió y apoyó, y se inaugura al final de su gestión.

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