A diferencia de las siete gestiones anteriores, este 1 de mayo el presidente Evo Morales no nacionalizó ninguna empresa con inversiones privadas, en cambio promulgó un paquete de leyes sociales.
En el Día del Trabajo de 2006, a los meses de asumir la Presidencia, Morales ordenó quizás la más simbólica de las nacionalizaciones: la de los hidrocarburos, recursos que estaban en manos de firmas extranjeras.
En los siguientes años revirtió otras empresas como las vinculadas al sector de electricidad, minería, telecomunicaciones, cumpliendo así con la estrategia de su Gobierno, de que el Estado maneje las empresas estratégicas.
Además de su intervención en las empresas petroleras con las que en algunos casos renegoció contratos, se nacionalizaron firmas como la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (ENTEL), la empresa Vinto, Fancesa; asimismo, cuatro empresas de electricidad y otras de agua.
Según el Gobierno, esta medida ha permitido un incremento significativo de recaudaciones para al Tesoro General del Estado, recursos que se destinan a proyectos sociales como la Renta Dignidad.
Parte del discurso gubernamental es que las medidas permiten dignificar al país porque deja de ser un Estado mendigo que vive del capital privado y de la cooperación internacional. Asimismo, significa la recuperación de los recursos naturales.
Este año, además de anunciar la expulsión de Usaid, se declararon normas sociales y económicas y se adelantó que la Renta Dignidad se incrementará en 50 bolivianos.
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