Hace muchos años los estudiosos del comportamiento humano descubrieron a través de la ciencia de la psicología que el hombre tiende a valorar más lo ajeno que lo propio, y por tanto tiende a menospreciar, a destruir, insultar y estigmatizar.
Dicho de otra forma, para el hombre es más fácil apreciar lo que otros hacen, que creer que lo hecho por uno mismo es tan bueno o mejor que lo que se ve y ensalza en otros. Algo de esto ha pasado y lamentablemente pasa aún en relación a la labor que realizan los agentes despachantes de aduana en Bolivia.
Parafraseando al presidente de la Cámara Nacional de Despachantes de Aduanas (CNDA), Hans Hartmann, la nueva situación de la liberalización del despacho aduanero de importación representa para el sector, tanto el desafío de seguir sirviendo al país como lo hemos venido haciendo como sector, así como también la oportunidad de cambiar esa negativa imagen en algunas autoridades.
Por tanto, los pilares de la gestión aduanera desde el sector privado en el nuevo escenario que se ha presentado tendrán que ver con la capacitación, comunicación y ética en los agentes despachantes.
Una mayor unión del sector -en reconocimiento que siempre podremos mejorar nuestra performance- no debería ser para socapar y degradar, o para atrincherarse en los errores, sino más bien para enaltecer la profesión del hombre que sirve a la sociedad y al Estado, que en su vulnerabilidad requiere también de controles y límites.
Se impone un cambio
Como convinimos los agentes despachantes en nuestro último congreso nacional, estamos llamados a forjar una nueva fuerza institucional que nos haga grandes -sin ser destructivos- que sin ser jurídicamente obligatorios, lleguemos a ser absolutamente imprescindibles en el país, para lo cual se impone un cambio que no sea solo externo sino también interno.
El ‘nuevo Agente Despachante de Aduana’ debe tener mayor educación, total transparencia e integridad a toda prueba.
Bolivia precisa generar crecimiento y bienestar para sus ciudadanos y los despachantes debemos aportar generando las condiciones para que el comercio exterior, sea lo mas ágil y eficiente posible, tanto para realizar las exportaciones así como para que la importación sea ágil, eficiente y segura.
En esa perspectiva debemos luchar por un servicio de aduanas que sea moderno, transparente y eficiente, con adecuado equipamiento y tecnología.
Pensar en grande es la gran tarea; esperar confiadamente el futuro, y solo mirar atrás, para verificar el rumbo y no para retrasar nuestro despegue.
Los despachantes estamos llamados en este punto de inflexión que vive el país -como ya lo fuimos en el pasado- a ser forjadores de un nuevo futuro, ése que nos impela a mejorar a cada momento, que haga aflorar nuestra capacidad de creación e innovación, todo orientado a prestar el mejor servicio.
Nuestra preocupación también debe estar en una mayor y mejor educación y capacitación para el sector. Para este cometido la CNDA ha creado el Instituto de Comercio Exterior y Aduanas Ángel Rasmussen (ICA) en la sede de Gobierno, para irse reproduciendo en las diversas regiones del país.
Construir siempre será más difícil que destruir. Mucho más si lo que se trata de construir es el nuevo paradigma del despachante de aduana, ese que para servir en esa simbiosis debe hacer que el Estado perciba lo justo en términos de gravámenes, y que el contribuyente tribute lo justo.
Capacitación permanente
Para ello debe tener el conocimiento, pero además la experiencia y una permanente capacitación y adaptación a los cambios tecnológicos, en lo que a información como a comunicación se refiere, ahora que la ‘era virtual’ es una realidad y que en una porción creciente del comercio internacional se realizan transacciones ya sea con dinero plástico o de manera virtual, haciendo aún más difíciles las labores de fiscalización y control.
En la difícil coyuntura que vive el sector –en la que parecería que para algunas pocas autoridades no existimos en el país- debemos mantener nuestra fortaleza y la unidad a fin de precautelar la actividad para la que nos hemos preparado y que sabemos hacer bien como auxiliares de la función pública aduanera.
Por ello, insisto en la necesidad de transparencia, con ética y capacidad técnica; actualizando nuestro conocimiento en un escenario cada vez más competitivo, con servicios de valor agregado que prestigien nuestro trabajo
LAS FRASES
“Si quieres tener un año de prosperidad, cultiva granos. Si quieres tener diez años de prosperidad, siembra árboles. Si quieres tener cien años de prosperidad, cultiva personas” (Proverbio chino)”
“Nunca es tarde para reconocer los errores y equivocaciones que hayamos podido cometer en el sector así como también para reafirmar nuestro deseo de construir una relación con los diferentes agentes del comercio exterior”
Perfil
Ámbito profesional
Jorge Henrich, es de profesión, licenciado en Contaduría Pública.
Actualmente se desempeña como gerente general de la Agencia Despachante de Aduana Panamericana Ltda.
Simultáneamente a su cargo, es presidente de la Cámara Regional de Despachantes de Aduana de Santa Cruz de la Sierra (CRDA SC).
Entre sus cargos ejecutivos, Henrich fue director del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE).
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