Las promociones empresariales son un instrumento de gestión que emplean empresas de todo el mundo para premiar a clientes frecuentes o captar nuevos, subir sus ventas, liquidar productos que están por vencerse o por pasar de moda, etcétera.
Entre ellas están los sistemas de puntos de supermercados, regalos por canje de tapitas de gaseosas o descuentos a clientes que pagan sus compras con determinada tarjeta de crédito.
Pero hay muchos otros tipos de promociones, como vender con descuento a los clientes frecuentes.
La normativa de la Autoridad de Fiscalización y Control Social del Juego (AJ) sobre promociones empresariales sólo se ajusta a algunos tipos de promociones.
En los casos en los que la norma no prevé algún tipo de promoción, la AJ exige que se adecúe a la norma, lo cual es un impedimento a la libertad de comercio y perjudica tanto a consumidores como a empresas, afirmó el abogado Rodrigo Monroy.
El jurista afirmó que “tomando en cuenta la variedad de promociones empresariales y la frecuencia con que las empresas recurren a éstas, el requerir una autorización para cada una de ellas es crear una burocracia innecesaria. El proceso de aprobación de una promoción puede llegar a demorar más de una semana, que para la agilidad del comercio es como ponerle un chaleco de fuerza a una bailarina de ballet”.
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