En Walisuma se concentra la cultura, la tradición y la riqueza natural de Bolivia. Este proyecto, que nació en 2008 gracias a la iniciativa de la Fundación Nuevo Norte, apuesta a potenciar el talento artesanal boliviano, pero de una manera sostenible y con productos de alta calidad.
Aunque muchas de sus creaciones son hechas con productos animales -como cuero, hueso, piel y lana-, esta empresa se preocupa de conseguirlos de manera certificada y de comunidades indígenas autorizadas.
“Tenemos los permisos para comprar el cuero de lagarto con las comunidades indígenas autorizadas. No aceptamos la deforestación ni la caza ilegal de animales, porque sabemos de quién obtenemos el producto”, afirma Bernarda Renjel, administradora de la empresa.
Es a base de esa materia prima que Walisuma desarrolló cuatro líneas de productos: moda, accesorios, joyería y hogar/decoración.
Con el cuero de lagarto y de llama, por ejemplo, realizan carteras y billeteras, mientras que con la fibra de llama y de alpaca crean una gran variedad de prendas de vestir para varones y mujeres.
Los botones de las chompas son elaborados con el cuerno vacuno, que en el altiplano suele ser un material de desecho, pero que ahora es reutilizado.
Entre otros productos tienen libretas forradas con piel de surubí, cuero de chancho y de cabra que hicieron los mismos comunarios del Territorio Indígena Parque Isiboro Sécure (TIPNIS).
En cuanto a la línea de joyería, en la tienda se exhiben diferentes piezas trabajadas detalladamente en plata y algunas ornamentadas con piedras preciosas.
En estas piezas se entrelazan el conocimiento y las destrezas de nuestros antepasados, con la creatividad y la calidad de productos que son únicos e invalorables en el mercado.
La producción es mayormente artesanal. Se hacen artículos en telar, con palillos, con curtido vegetal y los acabados son hechos a mano. Es por eso que saca a la venta una cantidad limitada de cada diseño.
“Ésa es la riqueza de nuestro producto. Vendemos exclusividad, por lo que no tenemos cien ítems de un diseño y también valoramos la mano de obra”, dice Renjel. Son 62 artesanos y 12 diseñadores los que trabajan en esta iniciativa, en la cual plasman la identidad boliviana.
Hasta la fecha sacaron tres colecciones y tienen más de 350 artículos, explica Mariel Ortiz, coordinadora de producción.
La primera se llamó Siembra, por tratarse del lanzamiento del proyecto; la segunda Sinergia, por las alianzas que lograron con los productores; y la tercera -que fue presentada en marzo- Raíces, porque está inspirada en cuatro escenarios bolivianos: el Salar de Uyuni, el cementerio ferroviario (Uyuni), el Parque Madidi y la Chiquitania.
“Los diseñadores han tenido el reto de incorporar lo que veían en videos y fotografías sobre estos escenarios, para obtener texturas que los representen. Es algo que ha gustado mucho a los clientes y además ha sido una nueva experiencia para los diseñadores”, comenta la administradora.
Aunque su meta es sacar una colección cada año, esto se determina de acuerdo con la demanda. Renjel explica que empezaron con pocos productos, pero que ahora los clientes saben que podrán encontrar nuevos diseños y artesanías.
Súmate a Walisuma
Walisuma también busca incorporar en sus tiendas a otras organizaciones productivas del país que sigan la línea de esta empresa, en cuanto a calidad de producción y a generación de fuentes de empleo para artesanos bolivianos.
Entre ellas se encuentra la empresa Kirah Desing (que hace productos con madera certificada), chocolates El Ceibo, café Munaypata y Viñedos La Concepción.
Walisuma es sinónimo de exclusividad. Pues esta palabra proviene del aymara y quiere decir “bien bueno”. “Es por eso que hemos tomado esa expresión y la hemos plasmado en cada uno de los productos. La idea es presentar algo boliviano, con identidad cultural, que muestre materiales tradicionales en productos contemporáneos que puedan ser competitivos fuera del país”, concluye Renjel.
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