A tempranas horas de la mañana de todos los días, la planta de Lacteosbol de Achacachi recibe la provisión de leche que necesita para funcionar. Tiene como proveedores de materia prima (leche cruda) a los lecheros de la comunidad aledaña a la planta, como a los “recolectores” de ese insumo.
Los primeros venden su producto de forma individual a la empresa, mientras que los segundos compran la leche en un recorrido diario por distintas comunidades cercanas, para después ofrecer ese producto a la compañía.
El precio que paga Lacteosbol por litro a los lecheros individuales -que habitan cerca de la planta y que llevan su producto hasta ese lugar- es de tres bolivianos por litro. Los recolectores reciben 20 centavos más, debido al traslado que realizan en su tarea de acopio.
Del total de leche que esta empresa estatal recibe a diario para funcionar, aproximadamente el 16% (600 litros) viene de parte de los lecheros que viven cerca de la planta, y el resto (3.000) procede del acopio que realizan los recolectores, según Nancy Yujra, encarga de producción.
La planta cuenta con una sala especial para el recibimiento de la materia prima. En ese trabajo se toman los recaudos del control de calidad para verificar la acidez, los sólidos totales y la materia grasa que pueda contener el insumo. Yujra explica que si la leche no pasa el control de calidad, ésta es devuelta al lechero o al recolector, quienes deben aceptarlo sin ningún “reclamo”.
Asimismo, los recolectores en su trabajo diario realizan un control de calidad mientras compran la leche de las distintas comunidades cercanas. La zona altiplánica es considerada como productora de leche.
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