domingo, 17 de mayo de 2009

Emprendimiento. Seis chicos, de entre 16 y 21 años, se capacitaron en un centro de El Alto

La falta de recursos económicos no ha sido impedimento para que Verónica Alejo (20), Milton Chauca (16), Abraham Parijagua(16), Erick Martínez (16), Wilma Casas (20) y Mary Luz Chipana (21) comiencen una carrera empresarial en el campo de la confección de prendas. La iniciativa empezó con las ganas de superación que tenía cada uno de ellos.
Fue así que lograron una becas del centro de promoción de la mujer Gregoria Apaza y realizaron la capacitación durante tres meses. Las clases se iniciaron en junio del año pasado, y cuando las concluyeron no la pensaron dos veces para apostar por un negocio que les permita un sustento. En este sentido, en noviembre se agruparon con la intención de conformar una microempresa para confeccionar prendas y entrar en el mercado nacional.
En primera instancia ofertaron sus creaciones en la tienda Mama Rawa, que está en la ciudad de La Paz como un puesto de exposiciones que tiene dicho centro a manera de apoyo para los artesanos; sin embargo, la inquietud empresarial los llevó a buscar otros mercados. Confeccionaron muestras que enviaron a Ecuador, donde tuvieron buena aceptación y ahora están en preparativos para fabricar mantillas que llevarán a vender a ese país. Como dijo Milton, éste es sólo el primer peldaño de los que quieren subir, porque continuarán en la brega de encontrar otras plazas tanto en el interior como exterior del país.
Ellos trabajan bajo el asesoramiento y con ayuda del centro donde se formaron, donde acuden todos los días, de acuerdo con una programación, a confeccionar sus ponchillos, mantillas, chompas y chalinas, entre otras prendas, que comercializan entre Bs 15 y 250, dependiendo del tamaño y el modelo que diseñan. “Lo que más vendimos en este último tiempo fueron unos ponchillos que sacamos al mercado y se agotaron”, comentó Verónica.
También están trabajando para tener oportunidades de venta en algunas empresas de la ciudad de La Paz, las cuales les han pedido catálogos para observar sus productos. En este momento están en la elaboración del mismo, que tienen que incluir todos sus diseños y para atraer y convencer a los compradores.
Todos coincidieron en que una de sus principales metas era trabajar para conseguir su propio telar. Este sueño se les está concretando poco a poco, puesto que bajo el programa de prevención de consumo de drogas han logrado financiamiento del PNUD, dijo María Esther Ibáñez, responsable del área productiva y laboral del centro Gregoria Apaza. Según explicó, antes de que los jóvenes saquen sus prendas al mercado local fueron sometidas a observación con el objetivo de que mejoren y califiquen su trabajo. “Muchas personas que conocen del oficio los han elogiado”, indicó.
No ha sido fácil combinar su carrera empresarial con sus estudios. Si bien algunos ya concluyeron el colegio, están Erick y Abraham que cursan el tercer y primer curso de la secundaria, respectivamente. También está Verónica que cursa la carrera de Lingüística en la universidad, porque ellos deben manejar sus horarios para no perjudicar sus estudios. La mayoría estudia por la noche y durante el día se meten en los telares para confeccionar la indumentaria, porque saben que mientras más se dediquen más pronto sacarán adelante su empresa. Según Erick, han logrado conformar un buen equipo de trabajo. Se reúnen y logran ponerse de acuerdo sin mayores diferencias, porque saben que el esfuerzo debe ser en conjunto. La única que se separó un tiempo del grupo fue Mary Luz, pero se reintegró y el conjunto está sólido.

Detalles

- El Centro de Promoción de la Mujer Gregoria Apaza trabaja en la ciudad de El Alto desde hace 26 años. En su trayectoria ha consolidado cuatro áreas de trabajo: servicio legal, psicológico y trabajo social contra la violencia; capacitación productiva y servicio legal para la defensa de los derechos laborales; liderazgo y capacitación en derechos humanos; y comunicación.

- En 2008 capacitaron a 6.262 personas, en 2007 a 5.305 y en 2006 a 4.145.

- El área de fortalecimiento personal y familiar impulsa el conocimiento y la apropiación de los derechos humanos de las mujeres con énfasis en los derechos individuales que contribuyan a disminuir la violencia por razón de género. Las mujeres tienen servicio de guardería para sus niños mientras ellas pasan clases.

- Los cursos duran un promedio de tres meses. Los talleres para jóvenes son gratuitos, porque se les otorga becas con la condición de que tengan el deseo de trabajar, porque después ingresan a una empresa o ponen un negocio propio.

Hay apoyo del centro para otras áreas de trabajo
El centro Gregoria Apaza empezó con el asesoramiento empresarial desde 2008, por lo que ahora, además de los jóvenes microempresarios en tejido, hay otros dos que incursionaron en el campo de la gastronomía, uno de ellos trabaja vendiendo alimentos y el otro se encarga de brindar servicio para diferentes acontecimientos sociales. Otras dos mujeres realizan el tejido artesanal y tienen un ingreso por esta actividad. Una de ellas está con privación de libertad pero la otra, después de salir, ha continuado con su labor.
Los cursos que ofrece el centro son subvencionados, por eso los que acceden pagan un promedio de Bs 50 mensual. El objetivo es buscar la equidad entre mujeres y hombres. Para mantener este centro han acudido a diversas fuentes de financiamiento. Es así que con la cooperación del gobierno japonés ha logrado mejorar la infraestructura y el equipamiento. En 2003 recibieron el primer apoyo y concretaron la ampliación de un segundo bloque, donde ofrecen cursos de confecciones industriales, semi-industriales y artesanales, tejidos y mantenimiento de máquinas industriales de costura.

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