Mientras los economistas y empresarios plantean cambios en el modelo económico del Gobierno, debido a la reducción de ingresos por los bajos precios de las materias primas, las autoridades nacionales siguen anunciando la continuidad de la propuesta.
En su momento, José Gabriel Espinoza, Ernesto Bernal y José Luis Evia señalaron que el modelo económico del Gobierno llegó a su límite y es hora de realizar ajustes para evitar colapsos por los bajos precios de las materias primas y reducir el endeudamiento.
También los empresarios señalaron que era hora de cambiar el modelo económico, debido al endeudamiento y los bajos ingresos que percibe el Estado, por la venta de recursos naturales.
Entretanto, el ministro de Economía y Finanzas Públicas, Luis Arce Catacora, dijo que el modelo continuará y que más bien lo van a profundizar.
La Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), hace un par de meses, cuestionó el modelo económico, aplicado desde 2006, y señaló que este se basó en el consumo que habría fomentado el incremento de las importaciones y el contrabando.
En un boletín del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, respondió a la inquietud de la CEPB y señaló que la economía boliviana continuará con un crecimiento sostenido, a diferencia del panorama económico nacional desalentador que infundadamente quiere mostrar el ente matriz de los empresarios.
El Programa Fiscal Financiero 2019 prevé un crecimiento económico de 4,5 %, que nuevamente posicionará a Bolivia como la mayor de la región sudamericana. Asimismo, se vaticina la disminución del déficit fiscal y una mejora en el resultado en cuenta corriente.
Sin embargo, los organismos internacionales bajaron sus previsiones, aunque mantienen a Bolivia como líder en crecimiento económico de la región.
El Modelo Económico Social Comunitario y Productivo (Mescp) tiene como uno de sus pilares al impulso de la demanda interna, dentro del cual se encuentra el consumo y la inversión.
CINCO PROBLEMAS
Mientras tanto, la Fundación Milenio señala, basado en el ensayo de Javier Cuevas "Lineamientos y pautas para una nueva política económica y social", que el país aún debe superar cinco problemas.
Los problemas principales de la economía boliviana se resumen en: i) el elevado déficit fiscal; ii) la ineficiencia en el gasto público; iii) la ineficiencia y regresividad del sistema tributario; iv) la baja competitividad de los factores productivos y; v) la ausencia de una base sólida de crecimiento económico.
DESEQUILIBRIO FISCAL
El desempeño de la economía boliviana depende fuertemente de la política fiscal, la cual, en los últimos años, ha sido muy importante para impulsar el crecimiento de la demanda agregada por medio de la expansión del gasto, y principalmente de la inversión pública.
Sin embargo, la política fiscal expansiva ha conducido a desequilibrios en las cuentas fiscales y el financiamiento del déficit ha conducido a la pérdida de reservas internacionales y al crecimiento de la deuda pública.
Adicionalmente, la política fiscal muestra rendimientos decrecientes. A mayor déficit fiscal menor crecimiento real en términos relativos. La deuda pública está creciendo más rápido que el PIB. Mientras que en 2014 se requerían 60 centavos por cada boliviano que aumentó el PIB en términos reales, en 2017 se necesitaron casi 2 bolivianos.
A los problemas mencionados, se suman los menores ingresos externos y fiscales relacionados con la exportación de gas. Hay incertidumbre sobre la renovación del contrato con Brasil, los volúmenes de venta a este país podrían bajar a la mitad de lo acordado en el contrato que concluye en 2019.
Recientemente, los gobiernos de Bolivia y Argentina firmaron una adenda al contrato actual (concluye en 2026) que implica una disminución en los volúmenes exportados y un aumento en los precios, cuyo efecto combinado conduce a una disminución en el valor exportado en más de 200 millones de dólares por año. Esta reducción significa menos ingresos por impuestos y regalías.
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