lunes, 7 de diciembre de 2015

Empresas hacen ajustes ante baja de la economía

Ante el descenso en los ingresos de la economía y su posible impacto en los mercados, las empresas toman una serie de medidas. La optimización de los costos es la principal salida, además del aumento de productividad; mientras que la reducción de personal es la última salida en la piensan.

"Absolutamente todas están tomando previsiones de austeridad, en previsión a los menores ingresos y a mayores gastos, no le puedo indicar en qué grados, a qué ritmo, con qué intensidad, pero todas. Los empresarios tienen que cuidar su inversión y su patrimonio, por tanto tienen que ser austeros y prudentes en este momento”, afirma el gerente general de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), Javier Hinojosa.
Desde su punto de vista, hay muchas medidas por las cuales los empresarios, dependiendo del sector al que pertenezcan, están optando. Éstas se han ido desarrollando desde principios de este año, "porque los impactos son muy importantes, las tendencias de la economía no han aparecido de repente y lo que está pasando ya se había advertido que iba a suceder”. Cualquier empresario que esté informado, explica Hinojosa, ya tomó previsiones en defensa de su patrimonio.
Ibo Blazicevic, gerente institucional de Cervecería Boliviana Nacional (CBN), indica que otros factores que agravan el impacto en los ingresos de las compañías son el contrabando y la inexistencia de barreras arancelarias que protejan a la industria boliviana.
Alternativas
El presidente de la Cámara Nacional de Exportadores (CAMEX), Guillermo Pou Mont, enumera que en este momento las empresas están asumiendo dos tipos de estrategias. Por un lado están siendo más estrictas en su manejo financiero y manejando sus fondos de una manera mucho más eficiente, por ejemplo, acortando sus periodos de cuentas por cobrar.
"A veces, los exportadores tenemos que esperar cuatro a seis meses para recibir el dinero, entonces no nos queda de otra que hablar con nuestros clientes para que nos paguen más rápido o buscar mecanismos como el factoring y otras cosas que nos permitan mover el dinero, que ahora es menos, con mayor rapidez”, alega.

Por otro lado, está el ajuste en general de los costos que pasa por reducir inversiones o eliminar aquellos egresos que no son del todo rentables. Por ejemplo, cerrar tiendas de la compañía que funcionan en locales alquilados que no tienen un buen nivel de ventas.
Y en el ajuste de costos también está un aspecto que, en general, para los empresarios es un problema: la productividad o la reducción de los gastos.
"La productividad es el gran escollo para todas las empresas y la gran respuesta también. Si en esta época de difíciles circunstancias pudiéramos elevar nuestra productividad con el compromiso de nuestros trabajadores de producir más en la misma cantidad de tiempo, considerando que ya ganan más, esa sería la gran respuesta, pero eso está siendo muy difícil”, explica Pou Mont.
El empresario exportador indica que los trabajadores no están del todo conscientes de la importancia de la productividad, de generar un determinado producto en un tiempo menor, de producir más con el mismo esfuerzo y con los mismos recursos. "No es un tema de diálogo sencillo con los trabajadores y tampoco hay una política desde el Ministerio de Trabajo que permita administrar este problema de la baja productividad de una manera eficiente”, argumenta el empresario.
Una salida para esto sería la inversión en tecnología, dice Hinojosa, pero no siempre conviene adquirir un equipo de punta que luego no operará el suficiente tiempo como para justificar su costo. En otras palabras, no vale la pena comprar una máquina moderna que, debido a que no aumentan las ventas en el mercado, sólo trabajará en un turno.
Sin embargo, esas inversiones son necesarias en este momento y, más aún que se den con el respaldo gubernamental a través de políticas que ayuden a un mejor financiamiento y a aumentar el mercado interno y externo.
La "tormenta perfecta”
A las dificultades para aumentar productividad se suma un problema. En el sector no tradicional, el volumen de ventas ha caído, lo que fuerza a que las empresas tengan que producir menos, y al producir menos con el mismo costo fijo, el costo unitario subió.
"Realmente todas las circunstancias adversas que podías haber sumado en una empresa las están viviendo los exportadores, todo, es una tormenta perfecta: sueldos que suben, productividad que baja, gente que no te compra, baja la producción, suben los costos; es un desastre para las empresas”, lamenta Pou Mont.
En todo caso, desde el punto de vista del presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), Ronald Nostas, no se puede generalizar la situación de las empresas, ya que hay sectores que incluso tienen crecimientos.
El representante de los privados sostiene que "en todo caso, las empresas hacen su planificación cada año con anticipación, calculan todo tipo de variables, se analiza el entorno económico y otros elementos que sirven para estructurar la estrategia que se va a seguir al año que viene, tanto en términos de inversión como en gastos”. Asimismo, expresa que la situación en Bolivia es "por ahora, bastante estable; o sea, si bien se estima que haya una baja de ingresos hay que ver cómo se desempeña el mercado interno”.
Los empresarios coinciden en que su sector deberá encontrar la forma de superar esta difícil circunstancia porque para ellos no es fácil cerrar sus compañías y eliminar fuentes de empleo. "Nuestra vida está en nuestras empresas, tampoco estamos dispuestos a dejar todo el esfuerzo de nuestra vida en una crisis internacional, vamos a pelear”, asegura Guillermo Pou Mont.


Despidos, la última opción
Los empresarios no piensan aún en la reducción de personal, pese a que la carga que llevan en términos de pago de salarios y beneficios sociales ha aumentado en el país, mas no así la producción.
Pou Mont asegura que "para los empresarios el último punto, la última discusión, la última medida de ajuste es el costo de la mano de obra, es decir, reducir personal. Esa no es la primera opción para nosotros, en general nuestros trabajadores están con nosotros años, han aprendido, están capacitados”.

Hinojosa señala que la reducción de personal es una de las medidas "no deseadas”. Por ello, indica, "hay que tener mucho cuidado con las políticas salariales”. Desde 2006, el salario mínimo ha subido en 300% y el básico hasta en un 80%, y la producción no creció en la misma medida.
"No podemos predecir el futuro, no sabemos qué impacto va a tener o si la reducción de los ingresos en la economía va a tener un impacto en el mercado. Y predecir algo así es muy complejo porque la mayoría de los reportes indican que incluso se pueden dar crecimientos en algunos sectores, eso es normal”, indica Nostas.



Algunos aumentan contratos o tercerizan
Pietro Moura, supervisor corporativo de la empresa de servicios en telecomunicaciones Digital Work, dueña de la marca comercial Vuela, explica que ellos notaron el impacto en la baja de la economía en que muchos de su clientes mantienen en pie los contratos; sin embargo, no deciden firmar contratos por otros servicios que también podrían ser útiles para ellos.
"La mayoría de nuestros clientes están en el sistema financiero y vemos que están frenando sus inversiones”, explica Moura. El ejecutivo señala que su empresa mantiene su personal y que siempre está en busca de nuevos clientes; sin embargo, para afrontar la crisis están buscando nuevos contratos y creando más ofertas para llegar a más gente.
Los contratos pueden ser de menores costos, pero sí aumentar en cantidad.
La empresa de impresiones SIRCA tomó otra vía. Según su gerente comercial, Shirley Soliz, ante el aumento de la carga laboral tuvieron que reducir personal y para seguir en marcha ahora, en caso de que reciben una cantidad de contratos mayor a su capacidad de producción, los tercerizan. Es decir, contratan a otras pequeñas empresas que trabajen con la misma calidad y así cumplen sus compromisos con todos sus clientes, como siempre lo han hecho.
"Al tercerizar hemos reducido todo el costo que implica el pago de salarios y beneficios sociales, que en los últimos años han aumentado demasiado”, indica Soliz. El impacto del descenso de los ingresos en la economía afectó a sus clientes. "Antes una empresa de panetones nos pedía 90.000 cajas y ahora nos pide 40.000”, ejemplifica la empresaria.

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