os resultados de análisis realizados en el Laboratorio de Investigación y Diagnóstico Veterinario de Cochabamba (Lidiveco) en bebidas decomisadas el año 2011 evidenciaron el contenido de metanol hasta 30 veces más de lo permitido por la norma boliviana.
Un ejemplo de un análisis de laboratorio realizado a un singani adulterado arrojaba un valor de 14.931 miligramos (mg) de metanol por litro (L) cuando la Norma Boliviana NB - 324001 establece entre 0 y 500 mg por litro de metanol en singanis.
En este caso particular aunque el grado alcohólico y los niveles de acidez se encontraban dentro norma, el potencial de hidrógeno (PH) registró 6,83 cuando el rango permitido está entre 4 y 6. Lo más peligroso es el nivel de metanol porque atenta contra la salud.
Otro ejemplo de los análisis arroja como resultado de un whisky adulterado, que ingresó vía contrabando, también el riesgo por la cantidad de metanol. Según la normativa número 324014 referida a los whiskys el límite máximo de metanol permitido por litro es de 250 mg. El resultado del laboratorio identificó que tenía 862 (mg/L).
En otro caso, también se identificó en vodka adulterado, de una marca reconocida, niveles de metanol fuera de norma. En este tipo de bebidas se permite un máximo de 300 mg de metanol por litro pero la muestra arrojó resultados con 810 mg.
CONTRABANDO
El 80 por ciento de las bebidas alcohólicas que ingresan vía contrabando al país son adulteradas en su composición, etiquetado o tienen falsificados sus registros, según datos proporcionados por el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag).
El jefe de Inocuidad del Senasag, Alejandro Mattos, informó que de las bebidas alcohólicas secuestradas por el Control Operativo Aduanero (COA) como fruto de operativos en los que detectaron contrabando se ha identificado que el 80 por ciento se encuentra fuera de norma.
“Para el consumidor, al momento de la compra se le hace difícil la distinción entre una bebida original y una adulterada debido a que el arte de la falsificación de etiquetas es similar al producto original”, expresó Mattos.
Las cantidades de metanol por encima de lo permitido no se perciben en el consumo sino a través de análisis de laboratorios. Se ha identificado bebidas adulteradas no sólo por los insumos con los que han sido elaboradas (alcohol, agua y otros), sino también en el etiquetado con la copia de distintivos de marcas reconocidas.
Las bebidas decomisadas por el COA deben ser rematadas por la Aduana Nacional, pero previamente deben ser certificadas por el Senasag y para ello se debe realizar estudios de laboratorio. Pero una gran mayoría de estas registra niveles elevados de metanol y otros parámetros como la acidez, grado alcohólico y potencial de hidrógeno (PH) por lo que deben ser destruidas.
Cuando se identifica este tipo de irregularidades en empresas que elaboran bebidas alcohólicas en Cochabamba las autoridades proceden con clausuras y decomisos de productos e incluso de equipos.
Mattos informó que el Senasag trabaja en coordinación con las intendencias de diferentes municipios y el Viceministerio de Defensa del Usuario y el Consumidor para efectuar el control de la calidad microbiológica y físico química de bebidas alcohólicas que se venden en los mercados. “Las empresas que elaboran alimentos y bebidas deben tener registro sanitario para poder comercializar productos. Los que no tengan el registro son causales de decomiso y demás sanciones”, menciona el jefe de Inocuidad y agrega que las bebidas adulteradas se encuentran principalmente en el mercado común.
Es más complicado identificar responsables de irregularidades cuando las bebidas están a la venta en los mercados ya que los minoristas no conocen bien a algunos de sus proveedores. Los resultados de los operativos realizados por las instituciones a cargo en los mercados cochabambinos hacen notar que cierta parte de las bebidas que se venden se encuentra adulterada.
Haciendo referencia a la composición de las bebidas se ha identificado en análisis de laboratorio que principalmente la cantidad de metanol se encuentra por encima de lo que la norma nacional establece.
Mattos explicó que así se puede identificar que “no se está utilizando alcohol de uso alimentario”, es decir que el alcohol que se está usando comúnmente para elaborar las bebidas adulteradas no ha pasado por un proceso de destilación recomendado.
Y respecto a las etiquetas el Senasag ha identificado falsificación de las mismas en marcas reconocidas como el whisky Johnnie Walker, vodka Absolut, ron Abuelo y singanis y vinos bolivianos en los que empresas informales de fuera del país y nacionales principalmente establecidas en la ciudad de La Paz están involucradas.
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