En 1989, la familia Ticona decidió crear una empresa dedicada a elaborar productos naturistas en base a la hoja de coca, combinada con otras plantas medicinales. Así nació Ingacoca, Industria Nativa Galénica Artesanal de Coca, en Cochabamba.
Un año antes de la creación de Ingacoca, Prudencio Ticona creó una fórmula con la hoja de coca; la “pomada verde” para los dolores provocados por el reumatismo. Presentó su producto a la Sociedad Boliviana de Medicina Tradicional (Sobometra), obteniendo la autorización para iniciar la comercialización de esta crema.
El primer laboratorio artesanal de Ingacoca se ubicó en el valle oriental del Chapare, apuntó Ticona. Allí vivían y estaban cerca de los productores de la hoja de coca. Sin embargo, la comercialización de sus productos tenía dificultades y decidieron viajar a La Paz. Ya pasaron 15 años desde que se establecieron en El Alto.
Ticona no se especializó en la universidad, pero sí tiene conocimiento sobre las propiedades medicinales de las plantas nativas. Mediante investigaciones y una diversidad de pruebas, obtuvo varias fórmulas. Las fue mejorando y ahora asegura que cuenta con 24 fórmulas para distintos malestares musculares, prevención de enfermedades y cosmética.
“Con 21 años de experiencia, esta empresa cuenta con una variedad de productos que sirven para curar o prevenir diferentes tipos de enfermedades, gracias a la mezcla de sus plantas medicinales”, aseguró Ticona, gerente general de Ingacoca.
Son productos de medicina tradicional que utilizan como materia prima a 41 diferentes plantas medicinales. Ticona aclaró que la ayuda de su hermano fue valiosa en la preparación de las fórmulas. Cada mes compran 100 libras de hojas de coca, equivalente a dos taques de coca; cada uno vale 1.700 bolivianos.
Pero no es cualquier hoja de coca, aseguró. Sus proveedores tienen sus cultivos en los Yungas de La Paz, en Coripata y Chulumani. “Son de calidad”, dijo, porque las hojas están enteras y no rotas. Las otras plantas medicinales las adquiere en cantidades no mayores a las 7 libras. Sus precios son variables según la procedencia.
Ingacoca comenzó con una inversión de 50.000 bolivianos, destinada a la compra de equipos e insumos y para la investigación.
Ahora invierte mensualmente, unos 70.000 bolivianos en la compra de envases, plantas medicinales y los taques de hoja de coca. Manifestó que llega a recibir ingresos de 150.000, bolivianos. En el laboratorio artesanal trabajan cinco personas, liderados por un ingeniero químico industrial, técnicos y asistentes.
“Mensualmente se realiza una producción de 3.000 productos en sus diferentes composiciones. Son comercializados en casi toda Bolivia. Pero por el hecho que sólo contamos con una Resolución Ministerial es un poco difícil hacer una producción en gran magnitud”, subrayó Ticona.
Por el momento, continúan realizando investigaciones para crear otras fórmulas, productos nuevos que prevengan enfermedades y cuiden la salud de la población.
Normas de producción artesanal
Un laboratorio que cumple con las necesidades para la fabricación de los productos naturistas, se encuentra en la ciudad del El Alto. Mediante un proceso de asentamiento y maceración obtienen los productos naturistas. El procedimiento se rige bajo estrictas normas de higiene. Los jarabes, shampús y pomadas son envasados en recipientes y botellas plásticas, insumos que son adquiridos de proveedores nacionales. Cumplen con el etiquetado respectivo donde se destacan sus características.
Una pomada estrella y 24 fórmulas de salud
24 fórmulas sirven para elaborar jarabes para la tos, próstata, nervios, hígado, riñón, adelgazantes y, principalmente, la “pomada verde” cuya cualidad es atender las molestias del reumatismo y cumple 21 años en el mercado boliviano.
Utilizan plantas medicinales que se cultivan, de manera natural y no planificada, en las diferentes ecorregiones del país.
Las plantas medicinales más utilizadas y reconocidas corresponden a su fácil recolección como la manzanilla. Caso contrario sucede con la wira wira, que es utilizada para prevenir los malestares provenientes de la tos.
Entre otras de las plantas que utiliza Ingacoca están la ortiga que se utiliza en el jarabe para enfermedades que afectan al hígado y riñón. La thusca, el matico y la malva se destinan a prevenir las úlceras. La tipa sirve para los adelgazantes. El romero es parte de la fórmula del shampú de coca. Para el jarabe que elimina la tensión nerviosa se necesita una hierba conocida como la cola de caballo.
Existen plantas que son difíciles de recolectar porque son pocos los campesinos que se dedican a cultivarla, por desconocimiento de sus cualidades medicinales; entre ellas está el cardo santo que tiene la característica destacada como antidiurético, desinflamante. La valeriana también tiene propiedades desinflamatorias y ayuda a combatir el estrés; es un antidepresivo.
Estos productos son comercializados en los centros de venta ecológicos y supermercados especializados.
necesitan comprar plantas medicinales para generar produccion en comunidades?
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