El Banco Mundial (BM) y el Ministerio de Salud buscan estandarizar las normas para la elaboración de harina, aceites y lácteos, mediante un taller de capacitación a los fabricantes de estos alimentos de todo el país.
El representante residente del BM en Bolivia, Oscar Avalle, confirmó para fines de este mes la conclusión del proyecto que incluye además la regulación de los laboratorios de control de calidad para la producción de estos alimentos, que fue iniciado en julio de 2007.
La iniciativa, denominada Alianza Global para el Fondo Fiduciario de Nutrición Mejorada, está destinada a fortalecer e implementar el Programa Nacional de Fortificación Alimentaria.
Avalle dijo que para efectuar este proceso el Banco Mundial entregó en junio de 2007 una donación de 2.639.000 dólares, lo que, en sus palabras, “representa sólo el 1 por ciento de lo que es portafolio o cartera de proyectos” de esa entidad.
La responsable del programa, Patricia Álvarez, comentó que éste está considerado como de alto impacto porque permitió desarrollar toda la normativa destinada a elaborar estos tres grupos de alimentos.
Este protocolo permitirá que los molinos de harina y las empresas que refinan aceites y elaboran lácteos trabajen en coordinación con el Gobierno en la implementación de los cánones o medidas exactas para las mezclas y componentes de los diversos productos.
Álvarez explicó que antes “existía alguna documentación referencial sobre estos puntos; sin embargo, durante estos dos años se realizaron estudios complementarios destinados a estandarizar las normas, porque estos alimentos tienen que ser producidos con una proporción y volúmenes específicos de premezclas para mejorar la nutrición de la población en general”.
La experta anunció que para difundir los resultados del trabajo, esta semana se inició una campaña de información para llegar a los grandes y
pequeños productores.
“Por otro lado —añadió— en los siguientes tres meses se debe trabajar intensamente para hacer que los municipios conozcan y controlen el cumplimiento de esta regulación”.
Durante el desarrollo del taller, el Ministerio de Salud fue el encargado de coordinar y consensuar los detalles y proporciones de los diversos puntos de la normativa, con representantes de los gremios de productores de todos los departamentos.
Según Álvarez, la nueva regulación se aplicará también a la harina importada de Argentina, desde donde ingresa por lo menos el 60 por ciento del total consumido en el país.
El representante residente del BM en Bolivia, Oscar Avalle, confirmó para fines de este mes la conclusión del proyecto que incluye además la regulación de los laboratorios de control de calidad para la producción de estos alimentos, que fue iniciado en julio de 2007.
La iniciativa, denominada Alianza Global para el Fondo Fiduciario de Nutrición Mejorada, está destinada a fortalecer e implementar el Programa Nacional de Fortificación Alimentaria.
Avalle dijo que para efectuar este proceso el Banco Mundial entregó en junio de 2007 una donación de 2.639.000 dólares, lo que, en sus palabras, “representa sólo el 1 por ciento de lo que es portafolio o cartera de proyectos” de esa entidad.
La responsable del programa, Patricia Álvarez, comentó que éste está considerado como de alto impacto porque permitió desarrollar toda la normativa destinada a elaborar estos tres grupos de alimentos.
Este protocolo permitirá que los molinos de harina y las empresas que refinan aceites y elaboran lácteos trabajen en coordinación con el Gobierno en la implementación de los cánones o medidas exactas para las mezclas y componentes de los diversos productos.
Álvarez explicó que antes “existía alguna documentación referencial sobre estos puntos; sin embargo, durante estos dos años se realizaron estudios complementarios destinados a estandarizar las normas, porque estos alimentos tienen que ser producidos con una proporción y volúmenes específicos de premezclas para mejorar la nutrición de la población en general”.
La experta anunció que para difundir los resultados del trabajo, esta semana se inició una campaña de información para llegar a los grandes y
pequeños productores.
“Por otro lado —añadió— en los siguientes tres meses se debe trabajar intensamente para hacer que los municipios conozcan y controlen el cumplimiento de esta regulación”.
Durante el desarrollo del taller, el Ministerio de Salud fue el encargado de coordinar y consensuar los detalles y proporciones de los diversos puntos de la normativa, con representantes de los gremios de productores de todos los departamentos.
Según Álvarez, la nueva regulación se aplicará también a la harina importada de Argentina, desde donde ingresa por lo menos el 60 por ciento del total consumido en el país.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario