Los datos que se mencionaron como el total de las exportaciones de aceites comestibles no fueron tales sino que corresponden a proyecciones, declaró este lunes el viceministro de Desarrollo Rural y Agropecuario, Remmy Gonzales.
El miércoles 19 de marzo, la ministra de Desarrollo Rural, Agropecuario y Medioambiente, Susana Rivero, aseveró a los medios de comunicación que entre enero y febrero los productores habían exportado 365.793 toneladas de aceites comestibles de soya y girasol, “mucho más que en todo el 2007”.
Estos datos estadísticos, atribuidos al Senasag (Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimenticia), fueron el origen del Decreto Supremo 29.480, que prohíbe temporalmente la exportación de aceites comestibles de soya y girasol.
“Debe quedar claro que los datos que se mencionaron son los contratos y convenios sobre la venta anticipada que hacen los empresarios”, precisó el Viceministro.
La información elaborada por el Senasag, antes de que pase a la Aduana Nacional, establece las previsiones de los exportadores sobre los acuerdos de exportación.
Funcionarios del Senasag, revisando la página web de la Cadex (Cámara de Exportadores de Santa Cruz) se dan cuenta que prácticamente todo el volumen que se está produciendo en Bolivia está a punto de exportarse, nos estaban dejando sin aceite y antes de que se concrete la exportación, se tomó la medida, afirmó el Viceministro.
“Ratifico las cifras del Senasag y los acuerdos entre exportadores y compradores. La exportación no se concretó porque tomamos la medida (prohibición de exportar) a tiempo. Si se concretaba la venta anticipada, nos quedábamos sin aceite”, dijo.
La prohibición nos asegura que tengamos aceite en Bolivia, a precios justos. No permitiremos que todo el aceite salga. No puede ser que una mercadería que producimos por encima de la demanda nacional, se lleve afuera en su totalidad, manifestó.
El origen del decreto de prohibir la exportación de aceites comestibles, fue la información de que “ya se habían exportado 365.793 toneladas, en los dos primeros meses de 2008”. Dato que no resultó verdadero.
El miércoles 19 de marzo, la ministra de Desarrollo Rural, Agropecuario y Medioambiente, Susana Rivero, aseveró a los medios de comunicación que entre enero y febrero los productores habían exportado 365.793 toneladas de aceites comestibles de soya y girasol, “mucho más que en todo el 2007”.
Estos datos estadísticos, atribuidos al Senasag (Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimenticia), fueron el origen del Decreto Supremo 29.480, que prohíbe temporalmente la exportación de aceites comestibles de soya y girasol.
“Debe quedar claro que los datos que se mencionaron son los contratos y convenios sobre la venta anticipada que hacen los empresarios”, precisó el Viceministro.
La información elaborada por el Senasag, antes de que pase a la Aduana Nacional, establece las previsiones de los exportadores sobre los acuerdos de exportación.
Funcionarios del Senasag, revisando la página web de la Cadex (Cámara de Exportadores de Santa Cruz) se dan cuenta que prácticamente todo el volumen que se está produciendo en Bolivia está a punto de exportarse, nos estaban dejando sin aceite y antes de que se concrete la exportación, se tomó la medida, afirmó el Viceministro.
“Ratifico las cifras del Senasag y los acuerdos entre exportadores y compradores. La exportación no se concretó porque tomamos la medida (prohibición de exportar) a tiempo. Si se concretaba la venta anticipada, nos quedábamos sin aceite”, dijo.
La prohibición nos asegura que tengamos aceite en Bolivia, a precios justos. No permitiremos que todo el aceite salga. No puede ser que una mercadería que producimos por encima de la demanda nacional, se lleve afuera en su totalidad, manifestó.
El origen del decreto de prohibir la exportación de aceites comestibles, fue la información de que “ya se habían exportado 365.793 toneladas, en los dos primeros meses de 2008”. Dato que no resultó verdadero.
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