— ¿Qué temas técnicos se pueden incorporar en la agenda técnica?
— Somos un país con posiciones serias, sólidas y duraderas. Ahora bien, Chile se pone en razón, en justicia. Asume lo que Bolivia está haciendo; estamos educando a Chile con el ejemplo. Se está acordando lo que Bolivia ha hecho. Más allá de eso, el siguiente tema que tenemos que abordar es el contrabando. No puede haber institucionalidad permisiva.
— ¿Qué problemas detectó en ese sentido? ¿Se refiere la Zona Franca de Iquique?
— En el norte de Chile hay una institucionalidad permisiva, porque una buena parte de los ingresos de la región es por el contrabando. Y cómo se explica que productos que entran a Iquique no pasen al sur. Están prohibidos.Autos que vienen a medio uso; ropa usada. Esos productos pueden moverse en todo el norte chileno como si fuera zona franca toda la región. No los detienen. Usted se va con un fardo de ropa usada por Atacama y no hay problema. Pero, a ver, lleve esta mercancía a Santiago, lo van a crucificar. ¿Por qué eso?
— ¿Este tema irá a debate?
— Se ve que hay una institucionalidad permisiva con el contrabando y eso tiene que debatirse en el mediano plazo. Nos está haciendo daño y está haciendo daño a Chile. Se está generando un tipo de actividad económica que se mueve en la frontera de lo ilícito; eso va a ir degradando a las propias instituciones chilenas. Acuérdese a mediano plazo. Eso, para el bien de Chile y para el bien de Bolivia, algún rato tendrá que modificarse.
— También está la necesidad de cimentar, y lo decía el doctor Eduardo Rodríguez Veltzé, el agente de Bolivia en La Haya, las bases del diálogo en favor del mar.
— Por supuesto. Siempre hemos sido un país de diálogo. ¿Qué país fue el que tendió la mano para hacer la estrategia de los pueblos? (2006-2010). Y lo vamos a seguir haciendo (...). Decir que Bolivia no está apta para el diálogo es ignorar que nuestra historia está marcada por el diálogo, pero muchas veces eso ha sido tomado en cuenta como debilidad. Estamos preparados para el diálogo, pero con el uso de los instrumentos legales internacionales.
— ¿Qué hace falta entonces?
— El gran problema de Chile, y se los dije a sus autoridades, es que tienen una mirada decimonónica del mundo. Creen que están en el siglo XIX y el siglo XXI no es de los micro-Estados, por muy ultraliberales que sean y que se están peleando con sus vecinos. El siglo XXI requiere de una América Latina unida. Más aún ahora que Estados Unidos va a poner su muro, encima con paneles solares para que aplaudan los medioambientalistas. ¿Qué va a hacer América Latina? ¿México, Colombia, Chile, que tenían su economía mirada hacia Estados Unidos? Acuérdese que poco a poco se van a establecer barreras arancelarias, porque Trump va a aplicar proteccionismo para su industria y liberalismo para sus capitales. Esa va a ser la dualidad; la paradoja trumpiana. ¿Qué le va a quedar a México? ¿Qué va a hacer Chile? (…) Tiene que mirar al continente; sus hermanos estamos aquí.
— ¿Se puede soñar en ese tipo de integración así en un complejo mundo de intereses?
— Es que no existe otra. Lo que estamos haciendo es invitar a Chile a este siglo; el siglo XXI es de integración. Estamos dispuestos a hablar de integración, de unificación de nuestras economías, de articulación de nuestras instituciones. Tarde o temprano ese es nuestro destino. Podrán resistir, patalear un año más; 10 años más, 20 años. El destino de América Latina es actuar como un macro-Estado regional, respetando las identidades nacionales, pero actuar en economía, en justicia con instituciones supraestatales; ahí vamos. Pero Chile se ha puesto de espaldas al continente, pensando que todo era Estados Unidos, pero ahora Estados Unidos habla de proteccionismo cuando Chile habla de ultraliberalismo; ya no hay el mismo lenguaje.
Ahora no se notan las implicaciones, pero a mediano plazo eso va a tener unos efectos terribles en la economía chilena. Chile tiene que mirar a América Latina. Somos el tránsito natural para ellos y cómo no vamos a estar hermanados y aprovechar nuestra riqueza, nuestra historia conjunta para articular todo lo demás, resolviendo este último tema pendiente para garantizar la plataforma material y jurídica regional: el tema de la salida soberana al mar para Bolivia. La historia está al lado de Bolivia.
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