lunes, 18 de enero de 2016

La empresa privada alerta sobre trabas que frenan el desarrollo

Desde la mirada del sector empresarial, el desempeño de la economía de Cochabamba sigue por una senda positiva. El crecimiento del Producto Interno Bruto de 2014 llegó a 5 por ciento en el departamento, un dato menor al del país que creció en 5.5 por ciento , pero positivo para el aparato productivo departamental, puesto que supera el crecimiento promedio del último decenio e incluso al del último quinquenio, y refleja el desempeño de una variedad de actividades económicas. Esta mirada positiva siempre está presente en los empresarios, como actores económicos que invierten y apuestan por su región. Sin embargo, los últimos años nos venimos enfrentando a una serie de medidas de todo tipo: salariales, laborales, tributarias, etc., atentatorias contra el dinamismo de la economía y la generación de empleo digno.

El empresariado cochabambino le viene demandando al Gobierno una política salarial que garantice la estabilidad laboral y la creación de nuevos empleos. Para los sectores que conforman la Federación de Entidades Empresariales Privadas de Cochabamba (FEPC) es imperante la necesidad de construir una política salarial que responda tanto al sector laboral como productivo sin distorsionar la economía. Por casi un decenio, se viene pactando de manera bipartita, entre Gobierno y Central Obrera Boliviana, incrementos al salario básico adicionales a los incrementos al Salario Mínimo Nacional, decisiones que han incidido negativamente al menos en términos de empleo y formalidad, afectando a mediano y largo plazo la economía regional y nacional. Las medidas de incremento, que no consideran variables objetivas, sino criterios subjetivos repercuten en un incremento de los costos de las empresas, son un desincentivo a la generación de empleo formal que provoca aún mayor actividad informal, disminuye la creación de empleos dignos y fomenta la creación de mayor cantidad de empleos precarios.

Las medidas salariales mencionadas se adhieren al establecido doble aguinaldo. Ya son 3 años desde que, sin sustento técnico o económico, se impuso unilateralmente el pago de un segundo aguinaldo, medida inequitativa, discriminatoria e injusta, puesto que hay sectores y regiones que crecen por debajo del 4.5 por ciento , a los cuales se está afectado directamente y en mayor proporción.

Estas obligaciones recaen únicamente en una cantidad mínima de empresas en el país: 23.675 empresas que contaban con el Registro Obligatorio del Empleador a fines de 2014. Ese registro evidencia el cumplimiento de todo lo dispuesto en materia laboral y que, a su vez, llega a una mínima cantidad de trabajadores, los que tienen la posibilidad de tener un empleo digno, menos del 30 por ciento del total de la Población Económicamente Activa.

Estamos convencidos que los trabajadores deben mejorar continuamente sus ingresos, de la mano de un incremento a la producción y su productividad; la única forma de generar sostenibilidad en sus ingresos y en las empresas. Las normativas incoherentes, destructoras del empleo formal y desincentivadoras no son sostenibles ni responsables. Medidas que van en detrimento de un sector que acata todo lo estipulado en las normativas vigentes, castigándolo permanentemente al incrementar sus costos de forma unilateral y arbitraria.

A estas presiones desmedidas se suma la sobrerregulación tributaria, una exagerada presión del SIN y, en diferentes materias, la Autoridad de Empresas, la inspección del Trabajo, Pensiones, Senasag, etc. Estamos convencidos, que el criterio recaudador no es el correcto, puesto que se parte de supuestos equivocados sobre las actividades económicas de las diferentes áreas productivas y de comercio, evidenciando un desconocimiento sobre el quehacer empresarial.

A nuestro entender, la única manera de incrementar y potenciar a los contribuyentes en el país, que son los que generan ingresos sostenibles para el Estado, es mediante incentivos a la inversión, a la actividad industrial con valor agregado y a la formalización completa de las unidades económicas. La industria nacional se encuentra muy afectada; la industria orientada al mercado interno sufre una contracción de su demanda, producto de la competencia del contrabando, un flagelo a la economía por la evasión de tributos aduaneros, la pérdida de empleos que se da a consecuencia de la competencia desleal e ilegal en contra de productores, importadores y comerciantes legalmente establecidos en el país y la depreciación del tipo de cambio de los países vecinos, que incentiva la importación y que hace muy difícil la exportación de productos bolivianos.

Frente a este contexto, nuestro pronóstico para el 2016 es cauto. La construcción, la actividad económica de mayor dinamismo las últimas gestiones, evidencia signos de desaceleración producto de una menor demanda en el sector privado y de los problemas que persisten en las contrataciones públicas.

El transporte por ductos se encuentra limitado por la reducción de la producción de gas natural en nuestro departamento. Creemos que está pendiente potenciar este sector puesto que Cochabamba goza de importantes ventajas competitivas por su ubicación integradora.

El sector industrial se enfrenta a la competencia desleal del contrabando, especialmente la industria de alimentos. Los esfuerzos del sector empresarial se concentran en el fortalecimiento de nuestro Parque Industrial Santiváñez, para convertirlo en un polo productivo nacional.

Hay un compromiso firme de todo el empresariado privado de contribuir al desarrollo de nuestra Cochabamba, pero las medidas mencionadas restringen, por el contrario, la inversión, el crecimiento y la generación de fuentes de empleo dignos, entre otros.

Exhortamos a las autoridades a rectificar aquellas medidas incoherentes y ratificamos el deseo de participar y discutir de aquellas medidas que pueden generar cambios positivos, pero sobre todo sostenibles en el aparato productivo nacional y departamental.

Más que las previsiones para el 2016, el deseo, como actores productivos, es poder concertar políticas que potencien los sectores, pero sobre todo las economías regionales.

La FEPC lanzó el reto de lograr un crecimiento promedio del departamento de 6 por ciento hasta 2025, tasa de crecimiento resultante del documento “Lineamientos para la Estrategia Productiva de Cochabamba 2015-2025” y que se materializa en las 10 “Plataformas de Desarrollo para Cochabamba 2015 – 2025”; dos aportes de nuestra institución que esperamos coadyuven en la promoción del desarrollo integral y sostenible de Cochabamba. Acciones que, a nuestro entender, requieren del compromiso y las inversiones de las instancias de Gobierno nacional, departamental y municipal y, a su vez, de las inversiones privadas, que podrán concretarse en cuanto se efectivicen los lineamientos planteados al Gobierno por la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia.

PERFIL

Federico Diez

de Medina

INGENIERO MECÁNICO

- Actual presidente de la Federación de Entidades Empresariales Privadas de Cochabamba y gerente general de la Empresa Enabolco.

- Decano de la Facultad de Ciencias y Tecnología

- Presidente de la Empresa Misicuni.

- Director vicepresidente de COBOCE


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