En homenaje a los 467 años de la fundación de la Ciudad Nuestra Señora de La Paz, cuando nuestra ínclita ciudad maravilla se vislumbra a nivel mundial tenemos que apostar intensamente por nuestra industria paceña y nacional, que pasa a ser contemplada como pilar del desarrollo; de la generación de empleo digno y de la innovación tecnológica.
Emprendedores industriales como Simón Francisco Bedoya, que en 1931, compra en Argentina un pequeño molino y funda la So-ciedad Industrial Molinera S. A. SIMSA, que este 2015 cumplió 84 años de labor empresarial al servicio de La Paz y Bolivia.
En 1935 y con la empresa legalmente constituida, Bedoya adquiere de la firma alemana Schule, una maquinaria para el monta-je de una planta procesadora de avena, así nace la famosa “Avena Princesa”, cuya planta fue establecida en la zona de Pura Pura. Su compromiso con la calidad, como herra-mienta de competitividad, lleva a SIMSA a afiliarse al Instituto Boliviano de Normalización y Calidad IBNORCA.
La internacionalización, una meta alcanzada, logró exportar desde el año 2006 la quinua con valor agregado: hojuelas y harina. Ambos productos están siendo elaborados luego de un largo proceso de investigación que tomó alrededor de un año y medio, con el apoyo de PRODEM.
Exporta esos productos a Canadá, Alemania, Holanda y también exporta chía y productos derivados de la avena. “Es la planta más moderna en el rubro de la avena en América Latina”, nos informó el Ing. Henry Ruiz, Gerente General de SIMSA.
Durante los 84 años de vida esta industria paceña, las inversiones para la adecuación tecnológica han sido permanentes, a la par de la demanda del mercado nacional y los requerimientos de los recursos humanos mejor capacitados. La consigna es “alimentación saludable”, ya que la investigación es hoy parte importante del proceso de producción, por cuanto para la elaboración de la harina de quinua a tenido que determinar los factores y causas del rápido deterioro del producto al entrar en contacto con el oxígeno, a este proceso se le ha denominado “estabilidad de la harina de quinua”, sin productos químicos, sino orgánicos, toda vez que la certificación del producto amerita que así sea.
En cuanto a la calidad de los granos están fortificados con 14 minerales y vitaminas, hoy coadyuvan a frenar la subalimentación de nuestra población infantil.
La oficina central y planta de molienda están ubicadas en la zona de Achachicala; la planta de avena en la zona de Pura Pura en la ciudad de La Paz, ambas zonas conocidas como la cuna del a manufactura paceña.
Generación tras generación, después de Fernando Bedoya Ballivián, actualmente la planta industrial está dirigida, desde la presi-dencia, por Ignacio Bedoya Sáenz, nieto de Simón, quien continúa con la tradición fami-liar molinera, una pujante industria que viene contribuyendo al país con la calidad de sus productos y con la creación de empleo esta-ble, lo que le ha permitido formar una verda-dera familia.
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