El director del Instituto de Asistencia Social Económica y Tecnológica (Inaset), Enrique Velasco, señaló que para las empresas grandes, medianas y pequeñas empresas, los actuales impuestos representan el 83% de su nivel de beneficios, lo que afecta en gran manera a este sector, ya que muchas empresas e industrias son asfixiadas por la actual política tributaria.
Añadió que la presión tributaria fiscal que se ejerce a las empresas tiene efectos en las actividades creadoras de valor agregado y empleo digno.
El experto señaló que los impuestos son parte de los incentivos o desincentivos, que desde la política del Gobierno, se utilizan para orientar ciertos objetivos de política nacional.
A manera de ejemplo, refirió que en algunos países del norte de Europa, la política fiscal y tributaria es un mecanismo de redistribución, es decir, que una parte de los tributos van a las empresas, otra es destinada a remunerar a los trabajadores y otra va al Estado para dar un equilibrio social.
“Parecería que la política tributaria en Bolivia está orientada por criterios sólo de recaudación y estamos perdiendo de vista que el tema tributario debería ser un poderoso instrumento para atender las demandas de la sociedad”, dijo.
Recordó que estudios señalan que en el país, un empresario formal debe realizar al menos 42 pagos de impuestos al año. Añade que para las empresas los impuestos representan el 83,4% de su nivel de beneficios al año.
Asimismo, señala que a nivel de Latinoamérica, Bolivia tiene la presión tributaria más alta, que está alrededor del 25 al 26%.
En ese contexto, Velasco señaló que, más allá del valor neto de los impuestos, en el país existe el agravante adicional de lo que significa el tiempo para llenar los formularios, el hecho de requerir un contador adicional para llevar los libros. “Eso significa costos adicionales que no aparecen, pero que sí afectan la productividad de las empresas, pero sobre todo están afectando la orientación de la actividad económica en el país”, precisó.
DISLOCACIÓN TRIBUTARIA
“Eso nos coloca sin duda en una de las tasas de recaudación más altas, sin tomar en cuenta que Bolivia tiene una de las economías más reducidas y que la base tributaria boliviana esta en alrededor de 250 a 300 mil contribuyentes sean personas jurídicas o naturales y la mayoría de esta base tributaria son unipersonales o de régimen simplificado”, sostuvo.
Para Velasco, esa situación revela que existe una “dislocación tributaria”, probablemente una de las mayores de América Latina concentrada en un segmento muy pequeño de contribuyentes.
En ese marco, advirtió que el proyecto de Ley de Servicios Financieros tiende a endurecer estas medidas (impuestos), sobre todo tratando de incrementar la recaudación fiscal.
“La política de la administración no está yendo en el sentido de ser un equilibrador facilitar de la actividad económica sino una entidad cada vez más eficiente y más dura al momento de recaudar los impuestos, más coercitiva al momento de recaudar los impuestos”.
PERSECUCIÓN A FORMALES
La empresa privada expresó reiteradamente la necesidad de ampliar el universo de contribuyentes, ya que en la actualidad, el sector productivo que genera empleo y cumple sus obligaciones con el Estado es asfixiada por la presión tributaria, mientras el sector informal del país crece de manera alarmante.
“El incremento de las recaudaciones sería más fácil si se amplía la base tributaria”, sostuvo el presidente de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), Óscar Calle, quien advirtió la pasada semana que la presión tributaria recae principalmente sobre los sectores inscritos y legalmente establecidos.
La Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (Cainco) calculó que si el Estado simplifica la actual burocracia, se podría reducir la informalidad a la mitad en siete años, con lo que las recaudaciones fiscales se incrementarían en 1.500 millones de dólares al año.
"La informalidad representa un poco más del 60% del Producto Interno Bruto y emplea entre el 62% y 67% de los trabajadores. Estas son las tasas más elevadas de nuestro continente, tomando como fuente al Banco Mundial, Cepal, BID e incluso de las propias instituciones gubernamentales como Udape y la Encuestas de Hogares del INE", indica Cainco.
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