sábado, 17 de abril de 2010

Bebida Coca Colla Energy busca llegar a La Paz y Cochabamba

La bebida boliviana energizante Coca Colla Energy, producida a base de hoja de coca y que se comercializa desde enero en Santa Cruz, comenzará a venderse en La Paz y Cochabamba, próximamente.

Víctor Ledezma, presidente de la Organización Social para la Industrialización de la hoja de Coca (Ospicoca), que creó, elaboró y promociona la bebida, explicó que en enero se pusieron a la venta 30 mil botellas de medio litro cada una en el mercado cruceño y que la aceptación del público ha sido buena.

La Coca Colla se produce en Santa Cruz, pero Ospicoca prevé instalar una planta de mayores dimensiones en el Chapare con el fin de ampliar la producción de la bebida.

“Tenemos pensado tener una planta central en el Chapare, quiero llegar al mundo entero, con una pequeña (planta) no me alcanza, utilizar unas 11 toneladas de coca al día para cubrir los pedidos”, dijo Ledezma.

El presidente de la organización llegó a La Paz para promocionar el producto a través de degustaciones en mercados. También se pusieron en venta algunas botellas en la Terminal de Buses.

Ledezma agregó que ahora viajará a Cochabamba para promocionar la bebida durante la Cumbre Climática que se realizará entre el 19 y el 22 de este mes en Tiquipaya. “Aún estamos viendo cómo, queremos que se conozca”, puntualizó.

Agregó que también hay planes para exportar el producto. Hasta el momento se recibieron ofertas de comercialización con China, Paraguay, Brasil, Argentina y Japón. Para la venta al exterior es necesario que la bebida esté enlatada.

La organización para industrializar la coca tiene 100 integrantes y 15 empleados, entre bioquímicos, industriales, economistas y abogados.

Hecho con coca

El energizante está elaborado con extracto de coca, agua carbonatada, saborizantes, azúcar, cafeína y colorantes autorizados. Se invirtieron Bs 240.000 y cada unidad cuesta 10 bolivianos.

Otros productos

La Organización Social para la Industrialización de la Coca (Ospicoca) también tiene en sus planes producir otros productos derivados de la hoja, entre ellos jaboncillos, champús, licores, pasta dental, medicamentos y otros, dijo Víctor Ledezma.

1 comentario:

  1. Hay demagogias de proporciones tan descomunales que pasan al ámbito del surrealismo, son imposturas al límite de lo diabólico, cinismos que necesitan algún nuevo superlativo.. Este es el caso de la la cruzada internacional a favor del medio ambiente y de la “madre tierra” que intenta presentar como su nueva identidad ideológica el señor Evo Morales, iniciativa que tiene una consistencia ética parecida a una convocatoria de Osama Bin Laden a la Paz mundial.

    La producción de hoja de coca, sustento político, económico, y principal fuente de legitimidad presidencial, ha experimentado un crecimiento geométrico desde 2006, incluyendo el cultivo en casi todas las áreas protegidas, y es responsable de la mayor devastación de las tierras fértiles en Bolivia desde que los conquistadores españoles decidieron acabar a plan de incendios el manto vegetal altiplánico. A la esterilización producida por el arbusto, que imposibilita cultivos posteriores durante una década y cuya superficie aumento en nueve veces durante la presidencia de Morales hasta alcanzar hoy 50 000 hectáreas , se deben agregar la inmisericorde y descontrolada vertida de miles de litros de residuos altamente tóxicos de acido sulfúrico, cal viva y otros químicos, derivados de la masiva producción de cocaína que a migrado de sus lugares de producción en el oriente a zonas peri urbanas y rurales del occidente. Morales expulsó a la DEA, incluyó a la hoja de coca, sin la cual es obviamente imposible producir cocaína, en la Constitución y el canciller Choquehuanca propuso que los niños de Bolivia debieran tomarla en el desayuno en vez de la leche.

    Esta devastación es gravísima e ilustra la hipocresía de un gobierno que vocifera sobre el agua como un derecho humano, por ejemplo, pero que permite que la minería transnacional contamine como nunca los acuíferos del altiplano y como en el caso de San Cristóbal en pocos años habrá consumido por si sola tales cantidades que habrá convertido el sur de Bolivia en un desierto hasta debajo de la superficie.

    El “sagrado” lago Titicaca se ha convertido en una cloaca producto del derrame de aguas servidas que ha crecido sin que se haya definido una política pública sobre esta problemática que ha confinado la presencia piscícola a las áreas de granja y a las especies que aun toleran esta contaminación. En el carnaval de Oruro, bajo la etiqueta de respeto a las “culturas ancestrales” miles bailaron haciendo sonar instrumentos musicales y exhibiendo vestuarios hechos con especies en extinción sacrificadas expresamente ignorando no solo las leyes sino los ruegos de organizaciones medioambientalistas y ciudadanos.

    Ufano de su relativo apoyo electoral, el gobierno seguirá sembrando las canchas de futbol de todo el país de césped sintético para que armonice con alfombra de basura plástica que acompaña al viajero a lo largo de todas las carreteras y que es la cotidianeidad de la mayoría de los pueblos, e incluso de ciudades como Oruro y Cochabamba. En esas condiciones presentarse con una careta medioambientalista es una desfachatez descomunal, una indecencia cínica y grotesca.

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