domingo, 3 de agosto de 2008

El país puede vender más de 50 alimentos orgánicos y exóticos


En un contexto de crisis alimentaria mundial, Bolivia tiene la oportunidad de exportar a varios mercados más de 50 productos alimenticios considerados no tradicionales, que están catalogados como orgánicos y exóticos.

En base a datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), Gary Rodríguez, gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), sostiene que son más de 50 los nuevos productos no tradicionales pertenecientes al sector alimenticio, que han empezado a exportarse desde Bolivia a diferentes mercados durante el 2007 y en el primer semestre del 2008.

Entre estos productos, Rodríguez menciona el camu camu, el té verde, la pimienta, el amaranto, el sésamo y el achiote.

Edilberto Osinaga, gerente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), resalta el caso del sésamo, que tiene una gran demanda en el mercado asiático por su alto valor nutritivo.

Otro rubro productivo que debiera desarrollarse es el de las frutas, afirma Osinaga, pues las bayas, las uvas y el durazno que se producen en los valles tienen mercados asegurados. “Podríamos abastecer a otros mercados porque los grandes productores están con problemas de abastecimiento”, apunta el ejecutivo.

Christian Sattori, presidente de la Confederación Agropecuaria Nacional (Confeagro), destaca el rubro de los productos amazónicos como el cupuazú o la carne de lagarto. “No son tradicionales y son oportunidades que se pueden explotar”. Remarca también la producción de cacao que hoy se exporta a Europa.

Granos andinos como la quinua y el amaranto, además del tarwi, presentan una demanda creciente, sostiene Martín López, director del Centro de Promoción Bolivia (Ceprobol). “No son los que tradicionalmente hemos venido exportando, son pequeños nichos, mercados específicos, pero de alto valor agregado y que tienen un alto poder adquisitivo”, explica López.

Estos productos tienen mercado seguro en EEUU, en países de la Unión Europea (UE) y en Asia. Muchos de ellos se comercializan bajo el esquema del biocomercio (es el caso de los orgánicos) y del comercio justo.

Para aumentar la producción de alimentos, se requiere de fuertes inversiones. Rodríguez, Osinaga y Sattori coinciden en que, para que Bolivia pueda aprovechar la coyuntura de precios altos de los alimentos, se deben superar dificultades como la inestabilidad en la provisión de combustible y la inseguridad jurídica.

La industria para la salud

La industria de productos para la salud y suplementos alimenticios crece en forma paralela al desarrollo de la de alimentos.

Martín López, director ejecutivo del Centro de Promoción Bolivia (Ceprobol) —dependiente del Viceministerio de

Relaciones Económicas y Comercio Exterior— explica que hay una producción creciente de los denominados health ingredients o productos para la salud. Entre ellos, menciona el aloe vera, la maca, la sábila y la uña de gato.

López precisa que Ceprobol comenzó a trabajar en la promoción de estos productos. Añade que esa entidad, junto a organismos de promoción de la región, organizan un evento que se llamará Latin Pharma, para mostrar al mundo estos artículos.

Muchos de estos productos se venden bajo enfoques de biocomercio y de comercio justo.

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