lunes, 12 de mayo de 2008

Bolivia tendrá un déficit de 172,6 millones de litros de leche este año

El Gobierno prepara un plan para fomentar el desarrollo de la industria lechera, una de las causas estructurales de la falta de equilibrio entre oferta y demanda son la baja productividad y la ausencia de tecnología y sistemas de refrigeración.

La producción de leche nacional este año no logrará satisfacer las expectativas de consumo del mercado. Por ello, el Gobierno alista una estrategia integral para el desarrollo del sector, la cual será impulsada por la Corporación Boliviana de Fomento a la Producción Ecológica.

Según las proyecciones de la Coordinadora Nacional de Pequeños Productores Lecheros de Bolivia, la oferta anual llegará a 287,22 millones de litros, mientras que se proyecta que el consumo será de 459,9 millones de litros. Esta situación evidencia una diferencia de 172,6 millones de litros del alimento para este año.

El Ministerio de Producción y Microempresa informó que la brecha es cubierta con importaciones, que el año pasado superaron los 12 millones de dólares; también con el contrabando, pero se desconoce estadísticas del volumen que se mueve por esta vía.

El estudio indica que hasta 2009 el faltante podría subir a los 202 millones de litros de leche (ver cuadro). Esto a pesar de que la demanda nacional es baja en relación con otros países de la región.

Teodoro Jiménez, director de la Unidad de Análisis de la Producción (Udapro), dependiente del Ministerio de Producción y Microempresa, explicó que existen causas estructurales por las que la oferta nacional no satisface la demanda. Entre ellas se encuentran la baja productividad de las regiones lecheras del país; la ausencia de tecnología y sistemas de refrigeración que garanticen la cadena de frío desde el proceso de extracción y el acopio, y el estado de las carreteras para llegar a los hogares de los consumidores.

Además, los productores tropiezan con la falta de forraje para la alimentación del ganado, ya que muchos cultivos fueron afectados por el fenómeno climático de El Niño.

La Asociación Nacional de Industrias Lecheras (ANDIL), que agrupa a 15 empresas productoras en cuatro departamentos (La Paz, Cochabamba, Santa Cruz y Tarija), considera que entre las debilidades del sector se encuentra la deficiente infraestructura y tecnología en el manejo del ganado.

Asegura que en esas condiciones difícilmente logran sobrepasar los 10 litros de leche por vaca en un día. Para comparar, en Argentina el rendimiento es de al menos 16 litros por res.

A eso se suma que la mayor parte de las organizaciones está formada por industrias artesanales.

Sus dirigentes señalan que tienen problemas para acceder a financiamiento y tropiezan con la mala infraestructura caminera a la hora de comercializar su producción.

Pese a esos inconvenientes, indican que cuentan con un buen grado de asociatividad, sus costos de producción son bajos y tienen la oportunidad de satisfacer una demanda nacional insatisfecha y competir en un momento de precios nacionales e internacionales en incremento.

Conaple, formada por 10 organizaciones, expresa que afrontan algunas dificultades, como el uso de tecnología obsoleta y la falta de parámetros homogéneos en los procesos industriales.

Su principal amenaza es la falta de seguridad jurídica y la ausencia de una legislación que regule el monopolio, ya que PIL Andina controla más del 80 por ciento del mercado y PIL Santa Cruz, la demanda en ese departamento.

Las otras industrias, como Delizia o Ilpaz, se disputan el resto del mercado.

Conaple señala que tiene la oportunidad de salir adelante con la cobertura del programa de desayuno escolar que impulsa el Ministerio de Educación, la exportación y la atención de la demanda interna insatisfecha.

Agrega que para su desarrollo requiere tecnología de punta, una adecuada gerencia y trabajo en la cadena de frío, aunque dispone de una adecuada infraestructura.

Pablo Vallejo, gerente general de PIL Andina, añade que Bolivia precisa un sector lechero más grande y más productivo. “La tasa de crecimiento de la demanda es de 8 por ciento al año. Para alcanzar los niveles que recomienda la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), esta tasa debería triplicarse, y en igual proporción la producción”.

La situación del negocio

De acuerdo con datos del Ministerio de Producción y Microempresa, las zonas de producción están asentadas en las cuencas lecheras de La Paz, Oruro, Cochabamba y Santa Cruz. Según los datos del Ejecutivo, este último departamento lidera la producción de leche con el 58 por ciento.

Los valles aportan con 25 por ciento y La Paz tiene una participación en la producción de 8,66 por ciento.

Las regiones lecheras más importantes de Bolivia son el valle central de Cochabamba, el área integrada de Santa Cruz, los valles de Tarija y Chuquisaca y los departamento de La Paz y Oruro.

De acuerdo con la Enciclopedia de geografía de Ismael Montes de Oca, la zona comprendida entre Trinidad y San Javier (Beni), Tupiza (Potosí) y Sopachuy (Chuquisaca) tienen menor importancia, pero gran potencial en la producción.

En el altiplano existen establecimientos en las cercanías de La Paz y Oruro que forman el llamado “cordón lechero”, conformado por las regiones de Achacachi, Batallas, Pucarani, Viacha, Machacas, Patacamaya, Cercado, Machacamarca y Challapata.

La situación del negocio se caracteriza por un mercado donde hay un competidor dominante y varios pequeños.

El participante mayor es PIL, con sus tres plantas: La Paz, Cochabamba y Santa Cruz. La compañía es de propiedad del Grupo Gloria del Perú, que tiene 92 por ciento de las acciones, el paquete restante es de dos asociaciones: Prolech S.A. (Productores de Leche de Cochabamba S.A.) y Ledal S.A. (Leche del Altiplano S.A.), que suman alrededor de seis mil productores en todo el país.

PIL pasó a manos privadas luego de que en 1995 fuera privatizada, junto con otras empresas del Estado.

Según los datos del Ministerio de Producción y Microempresa, esa compañía tenía en 1997 activos fijos por un valor de 10 millones de dólares; su situación mejoró y en 2006 alcanzó los 80 millones.

Hasta 2005, la empresa se concentró en el mercado interno, pero en 2006 dio un fuerte impulso a las exportaciones de leche y sus derivados hacia el Perú con 258,6 millones de dólares. Vallejo aseguró que se dio prioridad a la atención del consumo interno antes que al internacional. Además aseguró que esa situación no influyó en la elevación del costo de la leche o sus derivados.

Según los reportes internacionales, la leche en el mercado externo está al alza.

Acciones del Gobierno

Para afrontar esas dificultades, el Gobierno, a través del Ministerio de Producción, prepara una estrategia integral tendente a alcanzar un equilibrio entre la oferta y la demanda. El estudio comienza con el relevamiento de datos sobre los problemas que afrontan los productores.

Se trata de impulsar el sector lechero a través de proyectos que fortalezcan toda la cadena productiva (producción, transformación y comercialización).

Jiménez comentó que la estrategia está en pleno diseño en coordinación con Andil y Conaple. El documento plantea reducir en el corto plazo los problemas del acopio de la leche y de la cadena de frío, que son grandes escollos en la actividad de los productores pequeños.

Ese plan deberá ser puesto en marcha por la Corporación Boliviana de Fomento a la Producción Ecológica, de futura conformación y que puede ser dirigida por el Ministerio de Producción y Microempresa.

Pretende concentrar además los esfuerzos, en una primera instancia, en fomentar la asociatividad, aumentar la inversión y el capital de trabajo y mejorar la producción, la eficiencia y la calidad de los productos. Para una segunda etapa desea fomentar el desarrollo de productos y mejorar la gestión de las empresas. Para el largo plazo, la estrategia persigue la creación de un Instituto Lácteo.

El Gobierno creó un fondo con más de siete millones de dólares para impulsar proyectos productivos de los pequeños y medianos productores, gracias a la ayuda financiera de Venezuela basada en el Tratado Comercio de los Pueblos (TCP-Alba).

El Ejecutivo pretende desarrollar las plantas lecheras en Pucarani (en la provincia Los Andes de La Paz), Entre Ríos (en Tarija) y Azirumarca (en Cochabamba).

En Pucarani, el alcalde Alejandro Mamani Quispe, explicó que el avance de la construcción de la planta llega actualmente a 85 por ciento.

Si bien esta planta no empleará a una gran cantidad de personas, apenas 15, dice Mamani, la infraestructura podrá procedar hasta 30 mil litros al día, lo que significa que 10 mil familias de la provincia Los Andes se verán beneficiadas inicialmente.

La “Súper” de empresas regulará a la pil

La Superintendencia de Empresas regulará a la productora de leche PIL y revisará sus procesos productivos y ganancias a partir de la creación de la Dirección de Defensa de la Competencia.

El superintendente Rolando Morales informó que en los siguientes días se nombrará al director de esa instancia, quien iniciará la investigación de esta y otras empresas para verificar si abusan o no de su posición dominante o monopólica en el mercado.

Esta Dirección, que será creada a partir de una resolución biministerial, podrá entrar a revisar la situación de las empresas de oficio o a denuncia de alguna persona o una compañía.

Un monopolio ocurre cuando una sola entidad controla un mercado y define precios.

El Gobierno aprobó, el 16 de marzo, el Decreto Supremo 29159 de Competencia y Defensa del Consumidor, el cual apunta a evitar que algunas compañías con posición dominante en el mercado eleven discrecionalmente los precios de los artículos que comercializan.

La norma busca proteger al consumidor y ejercer control para que el mercado no sea distorsionado por acciones anticompetitivas.

Según la norma, la anticompetitividad ocurre cuando una empresa o grupos reducidos de firmas fijan, elevan o manipulan precios de venta o de compra de bienes o servicios.

Morales explicó que, si la empresa objeto de la investigación no cambia su conducta anticompetitiva, podrá ser sancionada con una simple advertencia, amonestaciones, multas o la suspensión de su permiso de funcionamiento.

El máximo castigo será el de la revocatoria de su matrícula de comercio. Agregó que la Superintendencia, “como árbitro”, debe asegurarse de que esto no se dé en el rubro de la leche, un alimento de primera necesidad.

El gerente de PIL Pablo Vallejo no opinó sobre las pretensiones de la reguladora y el Poder Ejecutivo, pero aseguró que todo esfuerzo por aumentar la producción lechera es bienvenido y necesario.

Consumo per cápita

El consumo de leche per cápita en Bolivia es el más bajo de la región. Mientras que la recomendación de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) es alcanzar un registro promedio de 120 litros anuales por habitante, de acuerdo con PIL, la demanda llega a 38 litros.

La producción en áreas urbanas del país llega a un promedio de 50 litros por año, mientras que en el campo alcanza apenas a ocho litros por año, dicen los datos de la FAO.

La leche es un alimento muy importante en la dieta humana y tiene mayor relevancia en países en vías de desarrollo, como Bolivia, con poblaciones eminentemente jóvenes y niveles de mortalidad infantil no controlados en su totalidad. Pero este producto, como muchos otros, escasea en el mundo que forma parte de la llamada “crisis alimentaria”.

El encarecimiento de los alimentos en el mundo se debe a que las zonas de cultivo son destinadas a la producción de biocombustible.

Precios trepan un 20%

La leche y sus derivados, en Bolivia, han sufrido una elevación de precios de entre 9 y 20 por ciento desde marzo.

Los datos corresponden a PIL Andina, la empresa que tiene la principal participación de mercado nacional en la venta de alimentos lácteos.

El aumento se justificó entonces por la subida de los precios del maíz, de la cáscara de soya y del afrecho (que se emplean para elaborar alimento balanceado), la fabricación de los empaques, la ganancia de los distribuidores y la ganancia de los comerciantes.

El constante aumento de los insumos hizo que la leche fuese el producto más inflacionario en abril. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), la variación del costo fue de 11,67 por ciento.

Según el ministro de Producción y Microempresa, Javier Hurtado, la compañía tiene margen para reducir sus costos. Anticipó que con el fin de llegar a un acuerdo se dialogará con sus ejecutivos y, paralelamente, la Superintendencia de Empresas aplicará el decreto de competitividad.

“Ttenemos 85% de avance”

La futura planta lechera de Pucarani ya tiene un 85 por ciento de avance en sus obras civiles y se espera en el corto plazo la llegada e instalación de la maquinaria necesaria.

El alcalde de esta población, Alejandro Mamani Quispe, explicó a La Prensa que la obra es parte de un grupo de siete plantas lecheras que el Gobierno desea impulsar en todo el país.

De acuerdo con el diseño del proyecto, esta industria tendrá una capacidad de producción de 30.000 litros diarios de leche y elaborará sus derivados: yogur, queso, queso muzzarella, gauda, y mantequilla, entre otros.

Este diario constató que la planta, ubicada en el municipio de Pucarani, en la provincia Los Andes, está en plena construcción y que los comunarios aceleran los trabajos.

Según Mamani, la producción de leche en la región es de 35.000 litros al día. Las familias obtienen entre 40 y 200 litros por vaca lechera. Trabajan con tres a cinco ejemplares.

Las autoridades de Pucarani tienen como meta estratégica determinar un producto estrella, ya sea leche, yogur o queso, que se diferencie de los existentes en el mercado.

Para el manejo de la planta fueron a capacitarse a Venezuela diez jóvenes técnicos durante tres meses.

“Nos queremos diferenciar de todos los demás, principalmente de la PIL. Produciremos leche normal, leche en polvo, dulce de leche, mantequilla y queso”.

Mamani explicó que además se ejecutará en la región un programa de capacitación a los productores para tener un ganado bien cuidado y productivo.

Según el Ministerio de Producción y Microempresa, la mayor parte de la población de la cuenca lechera del altiplano adquirió técnicas de manejo del ganado lechero con el apoyo de diferentes iniciativas, lo que permitió un incremento significativo de volúmenes de producción de leche.

Desde los años 70 se impulsaron varios proyectos con este fin: el Programa de Fomento Lechero, Centro Qhana, PDLA y otros que apoyaron el mejoramiento génico a través de la introducción de las razas Holstein y pardo suizo, además de la producción de forrajes (alfalfa, avena y cebada) y la asistencia técnica a partir de la formación de promotores.

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