domingo, 8 de octubre de 2017

Tres pilares sostendrán el futuro cruceño



Tener una adecuada infraestructura de transporte, acelerar la cualificación del capital humano y diversificar la estructura productiva son los retos identificados por el empresariado privado para impulsar el desarrollo económico de Santa Cruz en el siglo XXI.

Los objetivos son detallados en el documento Desafío XXI Scz de la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo (Cainco) de Santa Cruz, que incluye un diagnóstico y propuestas para el trabajo que se debe realizar en los próximos años en el departamento en las dimensiones de economía, población, medio ambiente, desarrollo social y tecnología.

De acuerdo con el análisis, entre 1900 y 2012 el aporte de la región a las arcas fiscales del Estado aumentó de 7 a 42%, a las exportaciones de 2 a 26% y al Producto Interno Bruto (PIB) nacional de 5 a 30%, convirtiéndose en la economía más grande de Bolivia desde mediados de la última década del siglo XX.

Así, el PIB cruceño, que basa su expansión principalmente en su potencial agropecuario e hidrocarburífero, creció entre 1965 y 2014 a una tasa promedio de 4,5%, pese a la severa crisis de los 80, en la que el país tuvo la hiperinflación más aguda de su historia, y en torno a un punto porcentual por encima del avance nacional en el mismo periodo.

Los cruceños “deben sentirse satisfechos de su exitoso modelo productivo” y de ser “el bastión de la economía nacional con un PIB que bordeó los $us 10.000 millones el pasado año, muy lejos de los cerca de 3.000 millones de 2005”, destaca Reinaldo Díaz, presidente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior.

“Santa Cruz es el motor económico de Bolivia”, subraya a su vez Ruth Lozada, secretaria de Coordinación Institucional de la Gobernación cruceña.Para mantener al departamento en ese sitial, la Cainco propone “tener una adecuada infraestructura para aumentar la productividad”, ya que “por lo menos durante las siguientes décadas” las barreras geográficas seguirán siendo determinantes para la producción y comercialización de los bienes y servicios generados en la región y el país.

La institución considera así que Santa Cruz debe volcar sus esfuerzos a mejorar el sistema de transporte ya que su red de caminos es más pequeña —respecto al tamaño de su superficie— que la de otros departamentos, quedando la región en quinto lugar en infraestructura vial, lo que contrasta con la importancia cruceña en cuanto a producción, abastecimiento del mercado interno y apertura a mercados del exterior.

El segundo pilar del futuro económico de los cruceños se relaciona con la cualificación del capital humano, el cual debe estar acorde al tamaño actual y proyectado del departamento y del país, y el que con las competencias pertinentes y en constante actualización será crucial para emprender nuevos y exitosos proyectos en el ámbito privado y en el diseño de políticas públicas que sean más efectivas y estén orientadas al bienestar de los ciudadanos.
“Debemos revertir el déficit de profesionales en materia tecnológica y llevar la innovación hasta nuestra vocación productiva”, exhorta el presidente de la Cainco, Jorge Arias, durante la presentación de Desafío XXI Scz.

La diversificación, a su vez, se muestra para Santa Cruz —que tiene el 80% de su valor exportado concentrado en 10 productos— como un imperativo en aras de tener mayor productividad y una menor vulnerabilidad ante la volatilidad de precios, principalmente de las materias primas.

Por ello, las mercancías de madera, plástico y equipos eléctricos básicos, además de los servicios de hotelería que se generan en el país y químicos y artículos diversos de caucho que se fabrican en el exterior pueden ser prioritarios en una estrategia de diversificación con proyección, sin que eso signifique dejar de elaborar otros artículos mientras se transita desde una industrialización básica de los productos de origen agropecuario hasta una economía más compleja y con mayor proyección, propone la Cámara.

Diversificar. El documento enfatiza también las oportunidades de diversificación que ofrecen los rubros de electricidad, gas y agua, y de transporte y comunicaciones, que en los últimos 50 años crecieron en promedio en 6,9 y 6,3%, respectivamente, porcentajes mayores a los alcanzados por los rubro hidrocarburífero (5%), industrial (4,5%) y agropecuario (3,3%).

Otra vía para la diversificación, se añade, es la minería, el sector de más rápido crecimiento en el departamento en los últimos 26 años, con una tasa de expansión media anual de 10% y un aporte actual del 5% al PIB del departamento, que cuenta con tierras necesarias esenciales para el desarrollo de energías renovables.

“La propuesta que tenemos implica un compromiso del sector empresarial, pero también de una coordinación con el Gobierno central, la Gobernación de Santa Cruz y los gobiernos municipales”, afirma el presidente de la Cainco, que pertenece al sector que genera empleo a través de la implementación de nuevos proyectos.

El bono demográfico, clave para el avance local

Wálter Vásquez

El empresariado privado oriental identificó cinco retos que le permitirán a Santa Cruz aprovechar el bono demográfico que tendrá el departamento hasta 2050.

Este bono, fruto de las elevadas tasas de natalidad de décadas pasadas, beneficia a un país cuando su población infantil se ha reducido y el crecimiento del número de personas de la tercera edad aún no se acelera, por lo que la mayor parte de su gente está en edad económicamente activa (entre 15 y 59 años) y con capacidad para trabajar, ahorrar e invertir; es decir, aptos para impulsar el crecimiento de una economía.

Para aprovechar este fenómeno, la Cainco propone: primero, dar formación inicial preescolar (guardería a kínder) —esencial para el desarrollo de habilidades cognitivas y no cognitivas que mejoran el desempeño y la rentabilidad social de la educación— a entre 70.000 y 80.000 niños por año, ya que al momento solo la mitad accede a ese nivel. Para ello se deben edificar 900 centros infantiles adicionales a los existentes con capacidad de 100 alumnos cada uno.

Segundo: debido a que las tasas de matriculación escolar bajan de 95% a los 12 años de edad a 55% a los 17, también se proyecta ampliar el acceso a infraestructura, material y maestros a cerca de 200.000 estudiantes que no logran terminar el bachillerato, para que éstos completen ese nivel.

Otra parte del apoyo debe dirigirse a la cualificación de la educación y al segmento que se incorporará al sistema instructivo, lo que implica la edificación de más de 400 unidades educativas, estimándose como promedio 500 estudiantes por cada colegio.

Formación. Tercero: la propuesta contempla, asimismo, un plan de capacitación y entrenamiento en el trabajo para personas que no hayan completado la educación terciaria, tanto profesional como técnica, en vista del cambio en el mercado laboral.

“Si la tendencia sigue como hasta ahora, entre 60.000 y 80.000 personas entrarán al mercado laboral cada año hasta 2050. De esos nuevos trabajadores o emprendedores, un tercio habrá tenido algún grado de educación universitaria o técnica, y una décima parte se habrá titulado en el plazo oportuno. Los dos tercios restantes tendrán en su mayoría la educación secundaria completa, por lo que será el grupo al que es necesario capacitar”, cita el estudio.

Cuarto: incorporar a más personas a la seguridad social de corto y de largo plazo (para acceder a seguro médico y jubilación), tomando en cuenta que hoy solo uno de cada cinco de los 1,5 millones que están en el mercado laboral aporta a los seguros. El bono demográfico “se aprovecha plenamente si la población puede ahorrar, incluyendo en pensiones, para que esos recursos sean invertidos”, considera la Cainco.

Y  quinto: “fomentar y profundizar la actitud emprendedora propia del cruceño, ya que el departamento concentra el 30% de la base empresarial nacional”.

El potencial ecológico de la región es de clase global.

Ronald Nostas: ' Importancia cruceña en el desarrollo nacional'

Santa Cruz es hoy el departamento más poblado del país (3,15 millones de habitantes) y lo será más en 2030, cuando supere los 4 millones de habitantes, según las proyecciones del Instituto Nacional de Estadística (INE). Casi un tercio de su población proviene de otras regiones del país, el 60% tiene menos de 40 años, su Producto Interno Bruto (PIB) per cápita es de $us 3.200, el tercero en Bolivia, y su Índice de Desarrollo Humano (IDH) a 2015 fue de 0,79, muy por encima del IDH de Bolivia, que ese año llegó a 0,67.

El departamento aporta con el 29% del PIB nacional y alcanza a casi $us 10.000 millones. En los últimos seis años, el promedio de crecimiento de su economía fue de 6,61%, por encima del registrado por el país que, en el mismo periodo, alcanzó un 5,2%.

El 70% de los alimentos que se consumen en Bolivia se producen en las tierras cruceñas, en las que la superficie cultivada ocupa 1,67 millones de hectáreas, el 61% del total nacional, que en 2013 era de 2,76 millones de hectáreas, de acuerdo con el Censo Agropecuario de ese año. El hato ganadero bovino alcanza el 43% del total nacional. Además, es el máximo productor de ganado porcino y de aves de granja. Su contribución a las exportaciones nacionales alcanza el 25%; sin embargo, si se exceptúan los hidrocarburos y minerales, la cifra sube a 41%.

Santa Cruz exportó el año pasado un total de 318 productos a 71 países del mundo, lo que representa el 63% de las exportaciones no tradicionales; por mucho, el más porcentaje alto del país. La región también lidera el índice de créditos bancarios otorgados en el ámbito nacional, con el 39% del total a junio de la presente gestión. Sin duda, en términos económicos, de desarrollo humano y poblacional, el departamento es el más importante del país.

El ritmo de crecimiento de la economía cruceña no es producto de un solo factor ni puede explicarse en el corto plazo. La inversión pública, acompañada por un excepcional dinamismo empresarial en todos los sectores, pero fundamentalmente el mayor desarrollo de una cultura que impulsa la inversión y el emprendimiento privados, pueden aproximarnos a interpretar este desarrollo regional, que ya se identifica como uno de los más dinámicos de Sudamérica.

Una causa fundamental, sin duda, es la tendencia de la economía cruceña a la diversificación. Eso ha permitido que sean la agroindustria, los servicios y la manufactura los que impulsen su crecimiento, alejándola de la dependencia de los recursos no renovables y, por lo tanto, impidiendo que los precios externos tengan efectos devastadores, cuando disminuyen drásticamente, como ocurrió en los últimos años.

Otro aspecto tiene que ver con una mayor y creciente sinergia con los otros departamentos y regiones del país. A la luz de los avances y resultados, es evidente que no podemos pensar Bolivia sin Santa Cruz, así como no es posible concebir al departamento sin los lazos íntimos y sólidos con el resto del país. Esta relación —muchas veces entendida erróneamente como una dicotomía— es, a mi entender, una de las razones más importantes del impulso que se ha logrado en los últimos años, la cual se expresa en la relación multidireccional y dinámica entre empresas y sectores de distintas partes del país con Santa Cruz y viceversa. Esta interdependencia se expresa también en el hecho de que los problemas que enfrenta el sector privado en Santa Cruz sean comunes al resto del país, los cuales tienen que ver con barreras como el contrabando, la informalidad, las inequitativas políticas laborales, impositivas y de fiscalización, las barreras a la exportación y la falta de apoyo efectivo a la industria nacional.

Por ello, así como la energía del crecimiento cruceño se expande más allá de los límites departamentales, también es evidente que su sostenimiento no es ajeno a las dificultades y desafíos que hoy debe enfrentar la economía boliviana en su conjunto. Un proceso de ralentización del crecimiento del país y la poca efectividad de las políticas públicas para enfrentarlo, pueden afectar también la dinámica descrita y poner en riesgo los grandes avances logrados en el departamento, que hoy en día es el corazón del desarrollo nacional.

Ronald Nostas Ardaya es presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia.

Rubén Costas: ‘Queremos ser eje de integración de América’

En este siglo XXI estamos viviendo un cambio de época (...).

Hoy, el ciudadano y la ciudadana son el centro de todo; la participación está en la base de las decisiones; el control social puede cambiar las cosas de manera inmediata y no le tememos —esa es una de nuestras fortalezas—; cada hombre o mujer que vive en esta tierra tiene algo que decir y algo que decidir.

Nuestra tarea es escuchar estas voces y convertirlas en planes, políticas y programas que nos beneficien a todos.

El poder se ha descentralizado y la autonomía es más que un decreto, una ley o una postura política. Es una forma de vivir que, desde Santa Cruz, hemos impulsado y compartido con esta Bolivia que vive un cambio de época. El dilema mayor es convertir estos sueños en posibilidades reales, porque en Santa Cruz hemos construido colectivamente con el diálogo una visión de cómo queremos vivir en el futuro inmediato. Sueño, esperanza, realidad.. ¡esa es la ruta crítica que queremos andar!

Soñamos juntos, pero con los pies sobre la tierra porque todos y cada uno sabe que para resolver los problemas, debemos generar recursos, pero más que nada generar condiciones para que la tarea sea compartida entre autoridades y sociedad, entre actores y sectores, entre provincias y municipios porque la solución del problema de uno puede ser la base para resolver el problema del otro … y no queremos solamente desarrollo económico, ¡queremos desarrollo humano integral!

El reto de mirar al futuro, plantearnos una visión como objetivo y hacer un plan para poder alcanzarlo, es mayor hoy de lo que fue 50 años atrás. Estamos obligados a mirar los procesos de planificación y cambio desde una perspectiva de profundo compromiso, consistencia técnica pero, por encima de todo, de pluralismo, apertura y participación. Sentarnos entre cientos de ciudadanos y ciudadanas a mirar nuestro futuro y hacerlo en el marco de un diálogo abierto, amplio y plural que debata los problemas tal como son, tal como nuestro pueblo los vive día tras día combinando todo lo mejor que tenemos de manera estratégica: nuestros enormes potenciales geopolíticos, nuestros vastos recursos naturales, pero principalmente nuestro activo más importante, el recurso humano.

Superamos el aislamiento geográfico y político con iniciativa; crecimos con esfuerzo, con las ideas innovadoras de nuestros padres; nos convertimos en el motor del desarrollo del país y ahora queremos ser el portal de la globalización y el eje de integración de nuestra América. NdE. Tomado del Plan Departamental de Desarrollo 2025 de Santa Cruz.

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