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miércoles, 7 de diciembre de 2016
Informe Doing Business 2017: Haciendo negocios en Bolivia
Bolivia ocupa el lugar 149 en el estudio del Banco Mundial para 2017, publicado recientemente; es decir, dos puestos menos que para 2016. En este artículo, una mirada profesional de la odisea de ser empresario “formal” en nuestro país.
Fue publicado el 25 de octubre pasado el informe del Banco Mundial Doing Business 2017 y apenas se empieza a leer uno se da cuenta de lo difícil que es ser empresario “formal” o, en su caso, emprendedor.
Este estudio, que es elaborado anualmente y la presente es su decimocuarta edición, permite en esta oportunidad la comparación de 190 economías del mundo, tomando como base sus aspectos regulatorios en diez áreas que un negocio tendría en su ciclo de vida, es decir, desde que se la registra en la entidad regulatoria correspondiente hasta que llega a su etapa de madurez.
Este ciclo de vida incluye: Apertura del Negocio o Empresa, Permisos de Construcción, Acceso a Servicios Básicos, Registro de Propiedad, Obtención de Crédito, Protección al Inversionista Minoritario, Pago de Impuestos, Regulación Laboral, Comercio en las Fronteras y otros.
Bolivia en el puesto 149
Como resultado de este estudio, para 2017 nuestro país obtuvo la ubicación 149, dos puestos menos que en 2016 cuando alcanzo el lugar 147.
Esto significa que en 2017 Bolivia se encuentra dentro de las últimas 50 economías con el ambiente más desfavorable para el emprendimiento y la realización de negocios.
Si analizamos los resultados de los países vecinos, se puede apreciar que Colombia ocupa la posición 53 y Perú la 54, siendo los abanderados de la región. Le siguen Chile en el lugar 57, Uruguay en el 90, Paraguay en la ubicación 106, Ecuador en el 114, Argentina en el 116, Brasil en el 123 y Venezuela en el 187.
45 días y 14 procedimientos
Según este mismo estudio, para abrir una empresa formal en nuestro país se requieren 45 días y 14 procedimientos, mientras que en Nueva Zelandia, primera economía del ranking, se requiere tan solo medio día y un solo procedimiento que cumplir, en tanto que en Singapur el plazo se amplía hasta 2,5 días y 3,5 procedimientos.
En cuanto a los países sudamericanos, en Colombia, que se ubica en el puesto 53 como primera economía del sur de nuestro continente, se necesitan 9 días y 6 procedimientos para la apertura de la empresa.
En Perú, segundo país sudamericano en el ranking y en el puesto 54, son necesarios 26 días y 6 procedimientos.
¿Cuál es nuestro error?
La falta de incentivos a los emprendedores y empresarios son prácticamente inexistentes, limitando la posibilidad de un crecimiento sostenido de nuestra economía a niveles que realmente podría hacerlo.
Por otro lado, si analizamos el ranking a partir de algunas de las etapas del ciclo de vida de una empresa que mencionamos anteriormente, en el caso boliviano el resultado es el siguiente: En cuanto al Pago de Impuestos nos ubicamos en el puesto 186, es decir en el último lugar de todas las economías estudiadas; en la Obtención y Trámite de Permisos de Construcción, alcanzamos el puesto 152; en Protección al Inversionista Minoritario, la ubicación 137; Registro de la Propiedad, el 139; y Acceso al Crédito, el 133.
Nuestro mejor puntaje o ubicación está en Resolución de Insolvencias, donde alcanzamos el puesto 96.
Arquitectura impositiva
Definitivamente, la más grande de las restricciones que sufren los empresarios y emprendedores bolivianos tiene que ver con el Pago de Impuestos, y no solo con la de por sí exagerada carga impositiva que se debe asumir, sino con la falta de acceso a procedimientos y métodos fáciles, amigables y eficientes que permitan el cumplimiento de las obligaciones tributarias.
La arquitectura impositiva vigente, que conforma un entramado complejo y difícil de entender (data de mediados de la década de los 80 del siglo pasado y cada día debe ser normada y regulada por el Directorio del Servicio de Impuestos a través de Resoluciones que pocas veces son de conocimiento del común de los contribuyentes), complica de sobremanera el actuar del empresario y de la empresa formal, mientras que existe otro “mundo empresarial” informal sujeto a ninguna o escasa regulación cuya participación en la carga tributaria e impositiva es prácticamente insignificante a la hora de los contrapesos con el sector formal.
Esta realidad es obvia y a veces solo comprendida en su verdadera dimensión por quienes tienen la experiencia propia de crear una empresa y mantenerla vigente en el mercado asegurando la continuidad de sus operaciones a costa, incluso, de sus propios intereses empresariales.
Pero este estudio del Banco Mundial permite entender de manera objetiva y cuantitativa la odisea que significa ser empresario formal en Bolivia.
Fuente: http://espanol.doingbusiness.org/data/
ExploreEconomies/bolivia. Consultada el 25/10/2016.
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