Alimentos, confecciones y muebles son los rubros que ya sienten el impacto de la devaluación en Brasil, dicen analistas.
Mientras el tipo de cambio se mantiene fijo en Bolivia encareciendo las exportaciones, la rebaja del valor del real abarata los productos brasileños y los hace atractivos a los importadores.
El real brasileño acumuló hasta ayer una caída de 16,8 por ciento en lo que va del año, según fuentes oficiales.
En las últimas semanas, esa situación generó un primer efecto en el comercio fronterizo con Bolivia que vio reducir la llegada de compradores brasileños y, por el contrario, hay mayor desplazamiento de bolivianos que cruzan la frontera en pos de productos brasileños, sobre todo de alimentos, señaló el analista económico y gerente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez.
Al igual que como ya sucede con los productos argentinos, el incremento de las importaciones, tanto de las formales como de las informales, impactará en la industria nacional, coincidieron los analistas Pablo Cuba, Armando Méndez, Jorge Luis Ríos y José Luis Evia, al igual que el presidente de la Cámara de Exportadores de Bolivia, Guillermo Poumont, y el presidente de la Cámara Departamental de Industrias (CDI), César Cuadros.
Rodríguez señaló que además de la industria, se verán afectadas las exportaciones no tradicionales (ENT) hacia Brasil, pues a pesar de no ser “un gran mercado”, en 2014, compró a Bolivia más de 43 toneladas equivalentes a 38 millones de dólares y la actual situación podría reducir el volumen de las exportaciones.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), sin la venta de gas, en 2014 Bolivia exportó a Brasil el equivalente a 68 millones de dólares e importó el equivalente a 1.653 millones, resultando con un déficit comercial de 1.585 millones de dólares
Poumont señaló que las ENT a Brasil son “marginales” y es un comercio pequeño que no verá grandes cambios. “Por el contrario, la afectación será sobre todo a la industria nacional, que ya tiene problemas serios, sobre todo en el sector del mueble y la madera, también zapatos y alimentos”, afirmó.
Ríos coincidió en que alimentos y confecciones textiles están entre los más afectados al ser parte del comercio fronterizo.
“Hay pequeños industriales en Cochabamba y La Paz que llevan sus productos hasta la frontera, ellos van a ver reducido su mercado”, añadió.
Sin embargo, hizo notar que también hay un impacto positivo ya que el ingreso de productos más baratos ayuda a frenar la inflación en el país.
Rodríguez dijo que no se debe olvidar el efecto del contrabando y recordó lo sucedido a finales de la década del 90, cuando la devaluación del cruzeiro, en Brasil, llevó a adoptar el real como moneda. En aquel entonces, dijo, los alimentos brasileros se abarataron tanto que hubo una “avalancha” en el mercado nacional y llegó de contrabando aceite, grasas, galletas, azúcar, carne de vaca y pollo, arroz e incluso huevos, perjudicando también al sector agroindustrial.
Extraoficialmente se supo que un ingenio reportó que ya hay ingreso de azúcar ilegal, pero uno de sus ejecutivos lo negó.
Inflación importada
Para el presidente de la Cámara Departamental de Industrias, César Cuadros, hay un efecto directo producto de la “inflación importada” que será perjudicial para la economía en el corto plazo.
Señaló que se observará efectos en el sector constructor por la cantidad de productos importados para esta actividad que tienen como origen Brasil y en el sector industrial por la maquinaria e insumos. Pero, en general, esta inflación importada repercutirá en el mercado en su conjunto, dijo.
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