El máximo líder del empresariado boliviano reconoce el crecimiento del país, pero también habla de las cosas que adolece la actual administración gubernamental a la hora de hablar de economía e inversión.
¿Qué diferencias ve de la situación económica antes y después de Evo Morales?
Hay una marcada diferenciación en la utilización de la capacidad instalada en momentos de paz social que no se tenía antes y que perjudicaba el crecimiento de las empresas, los servicios, el comercio, cuando Bolivia estaba atravesando una serie de conflictos. Ahora ha mejorado significativamente la capacidad de producción, de ingreso, de contratación y eso se debe a que en los últimos años también ha ido bastante parejo el tema del crecimiento a escala sudamericana.
¿A qué se debe?
Los recursos que se han recibido por la venta de gas han servido para dinamizar la economía. Sin duda, también el tema de la nacionalización de los hidrocarburos ha ayudado a que la billetera del Estado mejore y también los temas de inversión pública, en carreteras, en servicios básicos. La industria, el comercio, el transporte, los servicios, se han dinamizado.
¿Qué falta para mejorar?
Si generamos un mecanismo de concertación más franco en lo que respecta al incremento salarial, al pago de los aguinaldos, a la presión fiscal, a leyes que puedan ayudar a atraer mejor y mayor inversión, a leyes de minería, de conciliación y arbitraje que ayuden al clima de negocios, esto generaría condiciones para seguir pensando en 5 o 10 años en adelante.
¿En estos últimos años hubo sectores que ganaron y perdieron mucho?
El sector de la construcción, en general, tuvo un dinamismo impresionante. Ha sido uno de los sectores que ha ido jalando hacia arriba, ya que la oferta de viviendas se multiplicó y eso ayudó a que se mueva el valor de la tierra, de los departamentos, de los materiales. Se ha contratado gran cantidad de obreros. Y el sector agroindustrial, por el tema de la seguridad alimentaria y del precio de los alimentos, fue otro motor del crecimiento en los últimos cinco años.
¿Y los que menos?
El sector industrial manufacturero ha sido uno de ellos. Llegó a no más del 4,8%, mucho menor al crecimiento del país y de otros sectores, porque hay mucho contrabando, la industria no está fomentada para volvernos un país más industrializado.
El Gobierno critica a los empresarios por no invertir tanto como el sector público.
Hay que diferenciar los discursos. La inversión que hace el Gobierno en la obra pública es dinero de todos los bolivianos. El que administra una inversión es el Gobierno de turno. Las personas que equiparan la inversión privada versus el sector público tienen un discurso ‘distractivo’.
¿Por qué no invierten más?
Tememos el riesgo de que no existan reglas claras en términos legales, de que haya tomas de tierras en lugares donde existen tierras productivas, del contrabando, de la falta de seguridad ciudadana y de otros aspectos que son parte de la sociedad que no estén funcionando para hacer que el país ‘explosione’ en inversiones
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