lunes, 9 de septiembre de 2013

Carne de burro sale desde Sica Sica a las ferias

Al menos cada 15 días, y al amparo de la oscuridad, centenares de huesos de burro son arrojados a orillas del río en el municipio de Sica Sica. La Alcaldía recibió denuncias en sentido de que se trata de carne faenada clandestinamente para ser comercializada en mercados del altiplano.
“Es un atentado contra la salud, porque no sabemos cómo faenan y en qué condiciones manipulan la carne de burro”, denuncia Alfredo Lima, que dirige la oficina regional del Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag), en Sica Sica a 115 kilómetros de La Paz.  
En la municipalidad, el oficial mayor de Desarrollo Productivo y Económico, Rubén Tenorio, admite que recibió denuncias al respecto. “Hay hermanos que manejan la producción de carne de burro, pero se mueven en horario nocturno, cuando nosotros no trabajamos”, afirma.
Cementerio. La Razón estuvo en Sica Sica el jueves por la mañana y en cuatro puntos halló centenares de huesos de este tipo de rumiantes, en algunos casos quemados y en otros todavía con sangre fresca.
Tres perros intentaban arrastrar la osamenta del lugar, mientras una vecina se quejaba del nauseabundo olor que desprendían. “Ya les hemos dicho que no boten aquí, pero siguen haciéndolo”, indicó. Otros vecinos coincidieron en que los faenadores serían un par de hermanos. “Cuando se inauguró la oficina del Senasag, yo le dije a uno de ellos que no podía faenar burros y él se quedó callado”, contó el oficial de Desarrollo Productivo.
En La Paz y El Alto se realizan continuos operativos para decomisar esta carne, que si bien no se ha establecido sea dañina para la salud (en otros países del mundo se consume), representa un riesgo por las condiciones insalubres en que se faena. Ni el consumo ni el faenado de este producto están autorizados en el país.
“Aquí (en Sica Sica), tampoco tenemos (un matadero) y yo vi que descargan los burros y después aparecen faenados en el río”, añade Tenorio.
Desde la oficina regional de Senasag en Sica Sica, Lima da cuenta de que el año pasado intentaron hacer seguimiento a los comercializadores de carne de burro, pero nunca los vieron “con las manos en la masa, sólo oímos denuncias de que sí están llevando (carne) en camionetas propias”.
Comunarios de Cucuta, Uchusuma y del mismo Sica Sica denunciaron a este medio que a las cinco de la mañana salen camiones con rumbo a Lahuachaca y Patacamaya, desde donde esta mercadería sería distribuida a otros mercados del altiplano paceño.
En La Paz, Mauricio Ruiz, intendente de la comuna, explica que al no saber cómo murió el jumento, en qué condiciones fue faenado y cómo fue trasladado a los mercados, no existe garantía sobre la calidad de esta carne. “Los matan de manera clandestina, después los envían sin normas sanitarias, se contaminan y en esas condiciones son dañinos”. En Bolivia no hay matadero autorizado con ese fin.
EN OTROS PAÍSES HAY CRIADEROS
Consumo
El intendente municipal de La Paz, Mauricio Ruiz, dijo que en otras latitudes, existen verdaderos criaderos de burros, que no son utilizados para carga, además de mataderos y frigoríficos especiales autorizados.
BOLIVIA
Los jumentos mueren por vejez o enfermedad y luego gente sin escrúpulos comercializan su carne en ciertos mercados del altiplano, donde a veces es decomisada.

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