El exministro de Gobierno, Víctor Hugo Canelas, se ofreció como colaborador de la denominada “Comisión de la Verdad” que investigará el proceso de privatización y capitalización en la década de los años noventa. Dio nombres de los artífices y cómo funcionó el Gobierno cuando la quebrada transnacional americana Enron llegó a Bolivia.
Canelas recordó que siendo autoridad abrió una investigación por la quiebra de la norteamericana Enron y admitió su frustración porque no pudo ir más allá debido a que el Congreso de ese entonces, manejado por el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) y Unidad Cívica Solidaridad (UCS), tapó toda posibilidad de investigar la irregularidad de traer a Bolivia a una empresa quebrada.
Citó al exyerno de Sánchez de Lozada, Mauricio Balcázar, como un artífice de la capitalización que dañó directamente al país en su desarrollo porque en su criterio movió más recursos que los gastos reservados. Asimismo, citó a Carlos Saravia que era Subsecretario de Capitalización.
“¿Quién era Carlos Saravia? Mauricio Balcázar lo trae como traductor de inglés, nada más, y de repente aparece de Viceministro de Capitalización. Nadie habla de él, vive en una mansión en Costa Rica, trabaja con el Banco Mundial, con (Alfonso) Revollo”, manifestó la exautoridad de Estado, y posterior disidente del MNR.
Canelas sostuvo que la incursión de la Enron fue negativa para el país porque operó la mina aurífera Don Mario en la chiquitania cruceña en una extraña sociedad con la Comsur que apareció con el nombre de la gigante canadiense Orvana, dueña del 51% de las acciones que se movieron con dineros de la capitalización.
Explicó que a fin de ejecutar un plan de protección ambiental por la apertura de un gasoducto a favor del centro minero, el Banco Mundial otorgó 30 millones de dólares a una fundación fantasma y creada 30 días después de haber recibido el desembolso, administrado por un familiar de un exministro de Desarrollo Sostenible.
Canelas sostiene que si la comisión hace un trabajo minucioso, podría investigar si parte de ese dinero están en algunos edificios en Miami, EEUU, donde la familia Banzer tendría hoteles y condominios. “Carlos Sánchez Berzaín vive ahí gratis con los republicanos del ala dura que lo mantienen”, comentó.
Sugirió a la comisión hacer una relación de las empresas privatizadas para conocer si las mismas fueron a parar a manos de los mismos grupos políticos o parientes de logias con poder económico que recibieron y manejaron millones de dólares en ese proceso de privatización y capitalización.
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