lunes, 29 de abril de 2013

Farmacorp crece con el impulso de la guía femenina



Las hijas y nietas de Osvaldo Gutiérrez Jiménez crearon Farmacorp, luego de años de competencia familiar entre dos farmacias. Hoy es una moderna cadena que ofrece 15.000 productos farmacéuticos y otros relacionados a la salud, además de generar 1.200 empleos.

“Tenemos el firme desafío de innovar, incentivar y fortalecer en el área de la salud, la belleza y el bienestar de la familia boliviana. Ese es nuestro principal compromiso”, puntualiza la presidenta ejecutiva de Farmacorp, María Rosario Paz, al inaugurar una nueva sucursal en la ciudad de La Paz.

“Esta es una empresa familiar especializada”, subraya Andrea Landívar, gerente de Marketing de la cadena de 60 farmacias distribuidas en Cochabamba, La Paz, Santa Cruz, Oruro y Tarija. Se trata de una sociedad anónima (SA) con cuatro accionistas y un plantel ejecutivo especializado en diferentes áreas del negocio. El directorio se reúne cada mes.

“Somos nuestra propia competencia, nos ponemos la vara alta y vamos en esa dirección”, enfatiza Landívar. Añade que cuentan con los mejores profesionales, bajo las exigencias que precisa un negocio de este tipo que les obliga a cuidar diversos detalles como el manipuleo de los productos. Los planes de expansión para llegar con más sucursales a las ciudades capitales del resto del país están en marcha, adelanta.

“Llegamos a la tercera generación”, afirma orgullosa Ximena Parada. Pasaron la etapa crítica en la que una empresa familiar, según estadísticas, puede morir o avanzar.

Las socias tienen el sentido de familia, valor esencial de esta firma, según coinciden ambas primas.

Andrea Landívar estudió Finanzas en Estados Unidos y después de un año del ejercicio de su profesión volvió a casa. Está en la empresa hace diez años.

Empezó en el área de cobranzas y captación de clientes. Ximena Parada se tituló en Arquitectura en México y después de diversos años se sumó al negocio familiar. “Van ocho años en la empresa”, recuerda sonriente. Su experiencia le permite aportar en el diseño arquitectónico de las farmacias.

Es una fuente laboral y un centro de formación para 300 profesionales de Bioquímica y Farmacia. La mayoría mujeres porque esa es la tendencia en estas carreras. “Somos una escuela para el profesional que ingresa a Farmacorp. Aprenden en el día a día. Varios empleados se fueron y formaron sus propias farmacias que salen de lo tradicional, son ordenadas, limpias”, expresa Parada.

Si bien no hay una cifra total de los clientes que atienden, calculan que son unas 140.000 personas. Esa es una cifra que sale del programa de fidelización de Farmaclub.

Con el servicio de Farmamóvil abrieron espacios laborales para unas 60 personas, la mayoría son motociclistas que atienden los pedidos de puerta a puerta. Administradores, ingenieros, técnicos forman parte del equipo de una empresa que otorga ocho servicios adicionales.

Cuentan con centros de distribución en Santa Cruz y Cochabamba, donde los proveedores dejan sus productos con la seguridad de que serán adecuadamente manipulados. Tienen sistemas de frío para almacenar los medicamentos que así lo requieran. Con los laboratorios farmacéuticos bolivianos como Inti y Vita, además de los internacionales, tienen una relación que data del siglo XX.

El trabajo formal es importante, asegura Rosario Verazaín, que fue responsable de abrir la primera sucursal en Cochabamba.

Servicios para los clientes

Farmaclub

Premia a sus clientes frecuentes a través de un sistema de acumulación de puntos.

Pagos

Con Servi Express los clientes pueden pagar servicios básicos, telefonía, cable, cine y otros.

Credifarma

Con esta tarjeta los empleados de empresas obtienen una línea de crédito sin interés, para sus requerimientos en toda la cadena.

Farmamóvil

Es un servicio de puerta a puerta en Cochabamba, La Paz, Santa Cruz, Oruro y Tarija.

Una historia que empieza en 1937

En 1937, el bioquímico Osvaldo Gutiérrez Jiménez abrió la primera farmacia con su apellido en Santa Cruz. La iniciativa del padre despertó en su hija Rosario un espíritu emprendedor y en 1964, con su esposo Lorgio Paz, inauguraron la farmacia Santa María.

En el sitio web de Farmacorp se relata la historia del establecimiento familiar. “María René se integró al negocio de su padre y más tarde lo haría su hermana Rosemary, que también formó parte del equipo Gutiérrez. Entre tanto, María Eugenia, la menor de las cuatro hermanas, se incorporó en el desafío para llevar adelante Santa María. Desde esa época, ambos establecimientos compartieron liderazgo” en Santa Cruz.

En 1993 la farmacia Santa María abrió una sucursal. Ahí nació el concepto de cadena. “Las cuatro hermanas se convirtieron en rivales circunstanciales en sus farmacias, pero sólo en el trabajo porque luego de la jornada la familia se reunía en largas tardes y noches de charlas y festejos, criando a los hijos y soñando con que la siguiente generación se encargará de seguir con el emprendimiento de los Gutiérrez”.

Fue en 1996 que se incorpora la tercera generación. Rosario, nieta de Osvaldo Gutiérrez, ayudó en la administración de la farmacia Santa María y Ximena, hija de María René, lo hizo en la farmacia Gutiérrez. “Continuaron creciendo y abriendo sucursales”.

Las primas recuerdan que ante la necesidad de encarar nuevos proyectos, nació la idea de fusionarlas. Así surgió la compañía Farmacorp. La fusión fue un momento histórico para la familia. Era 1999 y un año después empezó a operar. Esperan que la cuarta generación también tome la posta.

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