La crisis de la UDP generó el cierre de principales empresas, como Said y Forno.
No todos festejaron los 30 años de recuperación de la democracia. El sector industrial boliviano realizó un estudio de este periodo y comprobó que se quedaron estancados y sin posibilidades de vislumbrar mejores días para pensar en un nivel de crecimiento superior al 10 por ciento.
La investigación reflejada en un artículo titulado “1982-2012: 30 años de democracia e industria” señala que la tasa de industrialización se quedó en promedio en un 16 por ciento y se percibe que es altamente sensible a las señales de la política.
EL INICIO DEL FIN DE LAS TEXTILERAS. El estudio divide el periodo de análisis en cuatro partes, pero antes repasa el periodo de los setenta, cuando el coeficiente de industrialización llegó a superar el 20 por ciento, considerado el momento de mayor expansión industrial.
En el primer periodo se establece que el peor momento que vivió la industria boliviana fue entre 1982 y 1985, cuando asumió el presidente Hernán Siles Zuazo. En julio de 1984, la Cámara Nacional de Industrias concluyó que el país sufría un descalabro económico causado por el desorden administrativo con sucesivas crisis de gabinete; incumplimiento de las leyes por las autoridades y los sectores sociales, y el permanente cuestionamiento a la empresa. “Fue el periodo de crisis industrial. En este periodo cerraron o surgió el embrión del cierre de las textiles Soligno, Said y Forno y otras empresas fabriles”, refiere la investigación.
El segundo momento se abre con la presidencia de Víctor Paz, en 1985, con la promulgación del decreto 21060. El documento indica que se registra una “anémica recuperación industrial”, con la liberalización de la economía, el proceso de capitalización y privatización de empresas, entre ellas las industriales. El estudio sigue con el periodo 2000-2005, de “crecimiento industrial moderado” y cierra en 2006 con un serio cuestionamiento a la “industrialización estatal”.
2,6% fue el crecimiento promedio de los industriales durante el periodo 1982-2012.
EL ESTUDIO dice cuáles fueron las lecciones aprendidas en el periodo democrático para el sector industrial: SE menciona la necesidad de establecer una “voluntad política del sector público de concertación con el sector privado, reconociéndolo como actor fundamental de la economía en el marco de la Constitución”. Un adecuado clima para la inversión privada, estabilidad macroeconómica y jurídica, además de fijar condiciones razonables para la estabilidad y la creación de empleos formales.
Señales políticas. El documento reconoce que Bolivia tiene estructuras adecuadas para un modelo de exportación de materias primas sin diversificación productiva; el sistema económico-industrial, además, es altamente sensible a la política. Los temas pendientes para mirar con optimismo el futuro es inducir una mayor inversión, una mayor producción y una mayor generación de empleo.
CIFRAS
En 1982, luego de un periodo largo de dictaduras, el país retornó a la democracia y la población votó mayoritariamente por la Unión Democrática y Popular (UDP).
ECONOMÍA
En 30 años de democracia, la tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) fue de 2,8 por ciento anual y el de la industria de 2,6 por ciento promedio.
En 1982, la industria decreció en 14,2 por ciento.
Sólo en 2006 la industria boliviana registró un crecimiento de 8,1 por ciento.
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