Esta bebida | que ahora quiere traspasar fronteras, tiene un origen muy arraigado en nuestra historia.
¿Sabía Ud., amigo lector, que el nombre de uno de los tragos más típicos de Bolivia nació gracias a un inglés? Efectivamente, este señor, conductor de ferrocarriles de la británica Bolivian Railway allá por 1888, acostumbraba a llevar en sus viajes de La Paz (Bolivia) a Antofagasta (Chile) que duraban 72 horas, una botella de whisky o de gin para tomar en el coche comedor durante la noche.
Pero una vez olvidaron sus botellas, así que el mozo le ofreció un trago preparado en base a singani, limón, hielo y gaseosa. El hombre desconfiaba, temeroso de una bebida que jamás había probado, pero el mozo boliviano insistía, hasta que el conductor aceptó.
A la noche siguiente el inglés pedía en su medio castellano otro trago de singani porque no tenía resaca, “sure fly” (vuelo seguro) le dijo al mozo, y este le contestó sonriendo: “Chuflay”.
Entre valles
Hoy el singani, indiscutiblemente boliviano, tiene su centro de producción más importante en Tarija, y las empresas que se dedican a él, como Casa Real, Los Parrales o la Concepción, están trabajando para lograr que el singani atraviese nuestras fronteras.
Pero no siempre fue Tarija el reino del singani.
De acuerdo a historiadores y devotos de esta bebida, como Víctor Hugo Alfaro Lazo, Potosí fue la cuna de este aguardiente, muy popular en la época del auge minero.
Las vides, traídas por los padres agustinos entre los años 1550 y 1570, llegaron primero a ciertas poblaciones de Chuquisaca, luego a valles como Mizque, en Cochabamba, Luribay, en La Paz y el sur de Potosí, donde justamente existe una población llamada Singani, ubicada al norte de Santiago de Cotagaita. Finalmente los agustinos llegaron a Tarija en 1588.
Durante la época de la explotación de la plata en el Cerro Rico de Potosí, se trató de cultivar vides en los valles de Potosí y Chuquisaca, pero las condiciones eran adversas para la fabricación del vino. Durante las temporadas de lluvias era imposible sacar la producción de uva debido al caudal de los ríos, lo que dificultaba la elaboración y conservación del vino. Esto obligó a los productores a incorporar alternativas para la utilización de esas vides como la destilación y es así que nace el singani.
A través del tiempo
Desde la época de la colonia y hasta mediados del siglo XX, la producción nacional de singani se hizo de manera artesanal, con poca utilización de maquinaria industrial. Es a partir de la década de 1960 que se introducen métodos y tecnología industrial en la fabricación del singani. La mejora de suelos, sus características única y la introducción de nuevas variedades de uva, benefician la calidad tanto del vino, como del singani.
En 1925, Julio Ortiz, el pionero de la empresa Casa Real que hoy ya está en su cuarta generación, inició la primera operación industrializada de destilación en el valle de Cinti, cerca de Tarija.
El singani tiene como materia prima la uva moscatel de Alejandría. Tras la cosecha de uvas, entre febrero y marzo, se pasa un proceso de molienda cuyo producto es llevado a las cubas de fermentación; el productor controla que no se extinga la fermentación y que las temperaturas del mosto no se eleven por encima de entre 19º C – 21º C, ya que la fruta perdería su aroma natural que es lo que le da el carácter final al singani. Así se obtiene un vino base que luego pasará a una etapa de destilación en los alambiques. El proceso demora aproximadamente siete días y el resultado es un destilado claro de vino que se conoce local e internacionalmente como singani con alto grado alcohólico, por lo que debe ser consumido con moderación y sólo por adultos.
Con la apertura de la llamada “Ruta del vino” en Tarija, se quieren destacar también los emprendimientos respecto a esta bebida, una de las más tradicionales de Bolivia. Cada vez hay más preparaciones con esta bebida, además de los conocidos Poncho Negro, Yungueñito o Chuflay y los bartenders experimentan para lograr tragos diferentes basados en el singani, como el singani sour.
A principios de noviembre se realiza “La fiesta del singani” organizada por Casa Real en casi todos los departamentos del país, allí se elige al Rey y a la Reina del Singani que serán los rostros publicitarios de la campaña anual de esta empresa, líder en el rubro. El viejo aguardiente está más vigente que nunca, y su calidad hace que hoy pueda codearse con las bebidas más distinguidas del mundo. Hay que brindar por ello. (Con datos de La Página del Singani, Cepas de Altura, wikipedia)
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