martes, 4 de noviembre de 2008

12 rubros de exportación disminuyeron producción


egún el IBCE, el Gobierno pone frenos a la producción y no da seguridad jurídica para invertir.

Con relación a 2007, en el primer semestre de este año, 12 productos de exportación disminuyeron sus volúmenes de producción debido a una coyuntura desfavorable a la inversión en el país, según apunta el IBCE. No obstante, algunos de estos productos crecieron en valor gracias a las buenas cotizaciones internacionales.

Según datos del Banco Central de Bolivia (BCB) y el Instituto Nacional de Estadística (INE), estos productos son el oro, plomo, petróleo, harina de soya, torta de soya, aceite de soya, café, algodón, palmito en conserva, cueros, artículos de joyería y bienes para la transformación.

Por ejemplo, las cantidades enviadas al exterior de harina de soya descendieron en 22 por ciento, de torta de soya en 24,2 y aceite de soya en 40,2 con relación al primer semestre de 2007 (ver cuadro).

Sin embargo, en términos de valor, en el primer caso las ventas mejoraron de 5,8 a 6,9 millones de dólares, en el segundo de 69,2 a 76,8 millones de dólares, mientras que las exportaciones de aceite pasaron de 38,3 a 42,3 millones de dólares.

Estos productos tienen como principales destinos los mercados de la Comunidad Andina de Naciones (CAN).

Los volúmenes de café cayeron de 2,02 a 0,94 toneladas y los ingresos por ventas de 5 a 2,9 millones de dólares.

Los cueros, de 5,1 a 4,1 toneladas, aunque los ingresos también descendieron de 14,9 a 13,2 millones de dólares.

Los volúmenes de algodón disminuyeron de 0,2 a 0,1 toneladas y las ventas de 0,2 a 0,1 millones de dólares.

A su vez, los volúmenes de petróleo enviados bajaron de 1,778 a 1,232 millones de barriles, pero sus precios subieron de 125,1 a 147,5 millones de dólares por barril.

En cuanto al rubro de la joyería, los exportadores bajaron su producción de 1,8 a 1,2 toneladas,pero el precio subió de 11.366 el 2007 a 15.390 dólares por onza troy fina.

En el caso de los palmitos de conserva, su produción se mantuvo y su precio no se incrementó de 1,8 en dólares por tonelada métrica.

Finalmente, la joyería con oro importado bajó en su producción de 503,7 a 445,7 kilos, mientras que su valor ascendió de 6,0 a 6,8 dólares por kilo.

En criterio de Gary Rodríguez, gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), la baja de producción en los mencionados rubros se debe, principalmente, a la inseguridad jurídica vinculada a la tenencia de tierras, que desanima a los empresarios bolivianos a invertir por temor a abasallamientos.

“No hay garantías para los productores y exportadores, hay bloqueos, inseguridad y además un hostigamiento en contra de la actividad productiva del país”.

Recordó que, por ejemplo, la soya —de la que se obtiene el aceite— no se la puede exportar libremente al momento y, en este caso, no es factible producir más de lo que se puede llevar fuera del país.

“Si los aceites crudos y refinados estaban prohibidos de exportar y después sujetos a cupos, ¿para qué la industria va a producir en demasía, generando stocks en los silos?”.

Por otro lado, consideró irracional producir más aceite de lo que necesita el mercado interno, que además tiene un cupo asignado para el producto.

Lamentó que el Gobierno coarte el emprendimiento de negocios y que a los ojos del mundo “seamos un país poco serio para las inversiones”.

“Es evidente —añadió— que nuestros servidores públicos no entienden de cuán importante es la exportación para la economía del país (...)”, sentenció el especialista.

Cupos y inseguridad jurídica

En agosto de este año, las ventas de productos no tradicionales sufrieron en un descenso del 15% en el volumen de exportación, éste es el caso del aceite. Según el IBCE, esto se debe a la administración del comercio que hace el Gobierno boliviano estableciendo cupos de exportación para el sector empresarial.

En el caso del algodón, su producción está ligada a la de textiles, pues de esta materia se hace el hilado, después la tela y de ésta la confección. Para las plantaciones de algodón el empresario necesita grandes hectáreas de tierras y, como el Gobierno no le brinda seguridad jurídica, éste pierde interés por invertir por los constantes abasallamientos de terrenos ocurridos en el Oriente del país.

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