martes, 22 de octubre de 2013

ADA, una empresa "verde" dedicada a la cosmética

Un químico farmacéutico con alma de investigador coincidió un día con un grupo de conservacionistas y el encuentro dio lugar a un emprendimiento que fue bautizado como Laboratorio Artesanal Dermofarmacéutico ADA, una empresa que elabora cosméticos con materia prima de la Amazonia y funciona en Santa Cruz.

Edson Llanos es el nombre del emprendedor, cuya formación como farmacéutico y químico de procesos industriales determinó su inclinación a la investigación y al desarrollo de formulaciones.

“Desde hace muchos años ya estaba en mi mente emprender un negocio de cosméticos, pero un día la Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano me contactó para ayudarme en mi tesis de maestría, que se basaba en una investigación de las propiedades farmacotécnicas del aceite de copaibo", recuerda Llanos, y ese contacto le posibilitó un acercamiento con la Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN)

“Ese año tuve la oportunidad de conocer que FAN trabajaba apoyando a empresas que trabajaban con estas materias primas con las que actualmente trabajo y de allí nació la idea de formular productos de higiene personal y cosmecéutico (combinación entre cosmético y farmacéutico) en base a ingredientes nativos de la biodiversidad boliviana y actualmente FAN sigue apoyándome”, cuenta.

De eso hace ya 10 años. Pero aparentemente el camino no fue fácil pues desde 2003 hasta 2010, Llanos trabajó en los ensayos y estudios de formulación convencional para obtener los diseños finales de 44 productos, cuyas fórmulas ya se encuentran establecidas y están listos para su lanzamiento.

Mientras, desde hace unos tres años, ya hay una línea de 13 productos en el mercado que se promociona con el nombre de Esencia Natural e incluye shampoos, cremas de enjuague y leches corporales hidratantes.

Cusi, castaña, buriti, copuazú y murumuru son los productos naturales que se usan como materia prima y son extraídos de los bosques de Riberalta, en Beni, y de la provincia Guarayos, en Santa Cruz. Llanos explica que “lo que se hace es darle valor agregado a los frutos nativos y coadyuvamos a la conservación ambiental y la generación de empleo”.

El emprendimiento comenzó con una inversión de aproximadamente 10.000 bolivianos; "pero en realidad es muy difícil tener un monto exacto ya que esta etapa (la de promoción) es pura inversión", apunta el emprendedor.

Sobre su equipo de trabajo, Llanos cuenta que, en la parte técnica, es apoyado por colegas farmacéuticos, aunque también tiene apoyo externo de la FAN.

Hasta ahora, dice que lo más difícil fue la comercialización puesto que es una etapa de la cadena que necesita bastante capital.

Hace énfasis en que las estrategias de penetración del mercado son imprescindibles, no importa si la empresa es pequeña o grande. "Solo hay que hacerlas, sin esa herramienta el (camino al) éxito es más lento y ese periodo de demora es peligroso".

Sobre la competencia, Llanos dice que el mercado es bastante grande y "hay negocio para todos, sólo hay que buscar un elemento diferenciador y hacer bastante mercadeo". Recuerda que hubo etapas difíciles, pero nunca pensó en abandonar su proyecto y además está convencido de que dejará un patrimonio a su familia y le emociona ver que su hijo de sólo 12 años ya se interesa en el negocio.

Los productos de ADA se venden en las ferias cruceñas y por catálogo. Tienen un perfil en Facebook como ADA Biocomercio y se pueden hacer contactos al 709-51187.

Edson Llanos | Emprendedor

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Biocomercio

Los productos de ADA se inscriben en el biocomercio, que son todas aquellas actividades de recolección, producción, transformación y comercialización de bienes y servicios derivados de la biodiversidad nativa.

Involucra prácticas de conservación y uso sostenible y la producción se basa en criterios de sostenibilidad ambiental, social y económica. El biocomercio busca aumentar el valor de uso de la biodiversidad nativa para incrementar su valor de conservación.

El término fue acuñado en junio de 1992, en la Cumbre de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Desarrollo, en Río de Janeiro (Brasil), donde uno de los principales temas de discusión fue la relación aparentemente antagónica entre desarrollo y conservación.


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