Con una inversión de 3 millones de dólares los últimos tres años en nuevas capacidades tecnológicas, la empresa Maxam Fanexa asentada en la zona industrial de Santiváñez logró exportar en la gestión 2010, explosivos y accesorios para voladuras, por un valor aproximado de 80 millones de bolivianos, a países vecinos y del continente americano.
Tres variedades de explosivos, mechas de seguridad, detonadores no eléctricos, fulminantes y explosivos sísmicos, fabricados en Cochabamba con un 80 por ciento de insumos y materiales importados, cubren los requerimientos y exigencias de empresas constructoras, mineras y petroleras de Ecuador, Chile y Perú, además de Panamá, Estados Unidos, Argentina y Paraguay.
“Actualmente, un 40 por ciento de nuestra producción exportamos y el 60 se queda en el mercado interno. Esto sólo es posible gracias a la calidad de nuestros productos, desarrollada a los largos de estos años”, dijo Antonio Vidal Rodríguez, gerente general de Maxam Fanexa, empresa que proporciona alrededor de 380 empleos directos y más de mil indirectos.
“Lamentablemente, la importación de materia prima, fundamentalmente nitratos, que no se fabrican en Bolivia y provienen de India, China y España, podría representar, en el tiempo, alguna dificultad en los niveles de producción y exportación de explosivos”, indicó.
Por su desempeño industrial, Cadexco distinguió a la empresa MAXAM Fanexa con la medalla de plata al Mérito Exportador 2010.
ANÁLISIS
“Cochabamba ha mostrado una pujanza especial”
Peter Weiss, Gerente general de la exportadora Macaws
Cochabamba, la cuna de la manufactura en Bolivia fue y sigue siendo la fuente de inspiración de bolivianos que aspiran mejorar sus condiciones con la visión de enviar sus productos al mundo.
Este tesón no ha cambiado. Es más, se ha multiplicado en los últimos años gracias a un permanente desarrollo de las exportaciones con valor agregado.
Existe hoy una variedad de productos denominados nostálgicos que son aquellos que nuestros compatriotas buscan para compensar la distancia. Estos variados productos han crecido en sus volúmenes exportados y en variedad, desde frutos secos hasta la amplia variedad de cereales y sus derivados.
Además, Cochabamba ha mostrado que tiene una pujanza especial en tener productos únicos y con el mayor valor agregado que el país produce, desde complejas prendas de vestir, desarrollo de software, monedas de plata de altísima calidad, productos lácteos, aceite, productos orgánicos, sal mineralizada, manufacturas de madera, manufacturas de plata y oro, calzados, fina marroquinería, alimentos muy variados y exóticos, y muchísimo más.
Hoy quizás Cochabamba se ve relegada en el valor comparado con otros departamentos y regiones del país que, dado el cambio del ciclo económico, han generado exportaciones y ventas de productos tradicionales como el petróleo residual, gas natural y los ya bien conocidos minerales.
Sin embargo, es bueno reflexionar sobre dos aspectos importantes. El primero es aquel que nos debe preocupar a todos, ya que el país sigue sumido en la dependencia de que nuestras materias primas sigan con precios altos para que el equilibrio de la balanza fiscal no se vea en riesgo; y el segundo es que Cochabamba es el ejemplo de diversidad y de pujanza en tener una increíble variedad de productos creados o manufacturados que están generando empleo digno y esperanza.
Debemos invocar a sólo revisar las noticias de esta semana que nos muestran muchas dificultades en la economía mundial y la caída de muchos precios de los commodities que muestran un panorama un tanto sombrío y preocupante.
Es momento de retomar y empujar todo lo que Cochabamba representa. ¿Estarán nuestras autoridades, gobernantes, empresarios, trabajadores, profesores, profesionales y estudiantes comprometidos todos en el desafío que hoy nos llama a este cambio?
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