Las ocho empresas que agrupan Daylaitex, realizan la confección en familia, cada taller tiene entre tres a cinco personas que se ocupan de la costura de jeans, chamarras, entre otras prendas.
Más que una carrera, el aprendizaje que deja la herencia familiar hace que muchas familias se dediquen a la confección de prendas de vestir, Daylaitex, es una de ellas que innovando en el arte de la costura tiene ya su primera exportación a Venezuela con iniciativa propia.
El mercado, usa un mecanismo fundamental para que sobreviva la pequeña empresa en el país y, por lo tanto, se genere fuentes de empleo seguros, sostiene Gualberto Quispe, propietario de Gualbet´s que es una de las pequeñas empresas que agrupa Daylaitex.
HISTORIA
La microempresa Daylaitex, nace hace aproximadamente 20 años en la ciudad de El Alto, y ahora se ha convertido en la primera en su ramo en iniciar una exportación de siete mil prendas de vestir a Venezuela.
Quispe, menciona que aunque existen muchas trabas en el camino, lo importante es seguir insistiendo hasta lograr el objetivo.
“Hemos pasado por muchas dificultades, el negocio de la confección no es fácil, primero porque no se valora lo nacional, segundo por la ropa a medio uso y tercero por los mercados, sin estos nosotros no podemos subsistir”, sostiene.
En este sentido, espera que las autoridades gubernamentales vean la realidad de las microempresas del país y así determinar la forma de colaboración.
Aunque en esta primera exportación de prendas de vestir de Daylaitex no forma parte de los programas de estatales que tiene el Gobierno con países de Venezuela y Brasil, espera que en un futuro se favorezcan de esta iniciativa.
“Nosotros buscamos el mercado de exportación mediante un intermediario venezolano, nos encontramos satisfechos, pero esperamos en un futuro ser parte de los programas de Gobierno”, remarca.
PRODUCCIÓN
Los trabajadores de las ocho empresas que agrupan Daylaitex, realizan la confección en familia, cada taller tiene entre tres a cinco personas que se ocupan de la costura de jeans, chamarras, entre otras prendas.
Uno de los trabajadores más jóvenes, Edwin Mamani, explica que en un principio es difícil manipular las máquinas, pero posteriormente uno se va convirtiendo en un experto.
“Aún no sé confeccionar, sólo costuro las prendas, empecé desde mis 12 años, ahora manejo la máquina over”, relata.
El propietario de Gualbet´s, añade que cada trabajador realiza un trabajo muy sacrificado, pero temporal, es decir, cuando existe demanda y pedidos la labor se extiende por varias horas.
Sin embargo, cuando no existen pedidos el trabajo y las máquinas se quedan paralizadas, hasta un nuevo contrato.
“Debería ser un trabajo diario, pero para que suceda es necesario contar con mercados. Ahora los trabajadores sacan entre dos o tres docenas de prendas de vestir”, expresa.
La necesidad de empleo es urgente en el país, y por lo tanto, las microempresas son un mecanismo fundamental para resolver este problema, sólo se necesita de incentivos, asevera Quispe.
“Los créditos, por ejemplo, han reducido (la tasa de interés) en el sistema bancario, lo cual es una ventaja, ya no es como antes cuando era de 30%”, destaca.
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