El programa que lanzó el Gobierno de reconversión productiva para los vendedores de ropa usada y también para el fortalecimiento de los micro y pequeños empresarios, no tiene ningún avance hasta el momento, según coincidieron en reclamar dirigentes de ambos sectores.
Humberto Sandalio, de la Federación de la Micro y la Pequeña Empresa de El Alto dijo que hasta el momento no había tal reconversión porque no hay proyectos claros. “Hemos firmado un convenio con el Gobierno al que no le están dando cumplimiento”, se quejó el dirigente.
Asimismo, Sandalio lamentó que no se haya capacitado a los vendedores de ropa usada, pues ése era uno de los compromisos asumidos por las autoridades estatales.
De igual modo, el dirigente denunció que sigue entrando ropa usada de contrabando, así como ropa nueva confeccionada en Perú y China.
Otra de las quejas de los microempresarios alteños tiene que ver con los créditos de fomento prometidos a través del Banco de Desarrollo Productivo (BDP). “Muy poca gente ha podido sacar los créditos, siguen habiendo candados muy duros, muy ásperos, por lo que se dificulta el acceso a recursos”, afirmó.
Tampoco el ComproBol (Compro Boliviano) logró avanzar. Sandalio dijo que en esta semana se está adjudicando la demanda de uniformes para las Fuerzas Armadas, pero que las medianas y grandes empresas tenían más posibilidades que los microempresarios, por lo que este proyecto es un contrasentido, pues la idea es dar empleo a su sector que contribuye con casi el 83,5% del empleo en Bolivia.
Por su parte, Wálter Mamani, dirigente del Consejo Nacional de Defensa de la Ropa Usada, expresó que ya son tres los meses que han pasado desde que se firmó el convenio con el Ministerio de Producción y Microempresa, pero que este plan está paralizado.
“Vamos a reunirnos y en la próxima semana vamos a exigir al Gobierno que de una vez se haga realidad”, dijo Mamani e indicó que, según el convenio, los primeros en beneficiarse tenían que ser los microempresarios.
EL DEBER intentó comunicarse repetidas veces con la nueva viceministra de Producción y Microempresa, Ana María Guzmán, pero no fue posible.
Desde ese ministerio se indicó que esta autoridad estaba bastante ocupada en el proceso de adjudicación de uniformes y otros materiales para las FFAA, cuyo plan forma parte de la reconversión productiva.Humberto Sandalio, de la Federación de la Micro y la Pequeña Empresa de El Alto dijo que hasta el momento no había tal reconversión porque no hay proyectos claros. “Hemos firmado un convenio con el Gobierno al que no le están dando cumplimiento”, se quejó el dirigente.
Asimismo, Sandalio lamentó que no se haya capacitado a los vendedores de ropa usada, pues ése era uno de los compromisos asumidos por las autoridades estatales.
De igual modo, el dirigente denunció que sigue entrando ropa usada de contrabando, así como ropa nueva confeccionada en Perú y China.
Otra de las quejas de los microempresarios alteños tiene que ver con los créditos de fomento prometidos a través del Banco de Desarrollo Productivo (BDP). “Muy poca gente ha podido sacar los créditos, siguen habiendo candados muy duros, muy ásperos, por lo que se dificulta el acceso a recursos”, afirmó.
Tampoco el ComproBol (Compro Boliviano) logró avanzar. Sandalio dijo que en esta semana se está adjudicando la demanda de uniformes para las Fuerzas Armadas, pero que las medianas y grandes empresas tenían más posibilidades que los microempresarios, por lo que este proyecto es un contrasentido, pues la idea es dar empleo a su sector que contribuye con casi el 83,5% del empleo en Bolivia.
Por su parte, Wálter Mamani, dirigente del Consejo Nacional de Defensa de la Ropa Usada, expresó que ya son tres los meses que han pasado desde que se firmó el convenio con el Ministerio de Producción y Microempresa, pero que este plan está paralizado.
“Vamos a reunirnos y en la próxima semana vamos a exigir al Gobierno que de una vez se haga realidad”, dijo Mamani e indicó que, según el convenio, los primeros en beneficiarse tenían que ser los microempresarios.
EL DEBER intentó comunicarse repetidas veces con la nueva viceministra de Producción y Microempresa, Ana María Guzmán, pero no fue posible.
Datos
Plan. Los vendedores de ropa usada tenían que convertirse de comerciantes a productores.
Apoyo. Estos vendedores tenían que recibir capacitación y un crédito de $us 15.000, según el proyecto de reconversión.
Fondos. Hasta abril el Gobierno tenía garantizado un monto de $us 5 millones para impulsar este programa.
Cantidad. Hay 250.000 vendedores de ropa usada, según datos de su misma organización.
Contrabando. Se moviliza 8.000 toneladas de ropa usada.
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